Carlos Ñáñez: Crónica de la muerte del bolívar como moneda

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Hace casi tres años se anunció al país una nueva reconversión monetaria, los efectos de la dinámica hiperinflacionaria dejaban de ser recurrentes con el vórtice de alta inflación para pasar a ser considerada como una tendencia irreversible hacia el alza exponencial de precios, un fenómeno del cual no logramos recuperarnos como república, pues la instrumentalización de la hiperinflación produce control social, y desde la lógica praxiológica de la acción humana, recordando a Von Mises, no existe para la hegemonía en el poder ningún incentivo para revertir el fenómeno de la hiperinflación.

Con más de treinta y siete meses inmersos en hiperinflación, nuestro país ocupa el deshonroso, segundo lugar como la economía con mayor longevidad de un proceso de hiperinflación, superamos a Grecia y nuestro fenómeno sóloes inferior en tiempo al del estallido de la hiperinflación nicaragüense, pero lo que motiva estas líneas es el deseo pedagógico por hacer comprender que la causa de este fenómeno económico, que vivimos en precios obedece a una explicación unicausal y epifenómenica a la vez, la causa de la hiperinflación nacional se debe al empleo disfuncional, opaco, dispendioso y manirroto del déficit público, luego de largos treinta y siete meses y un septenio entero de contracción esta afirmación constituye una obviedad, desde luego desatendida por una arrogante hegemonía en el poder, que se nutre políticamente de la sobrevivencia de todo un país, es menester a los fines de contribuir con las lides de la verdad, aclarar que en 2017 y 2018, se dieron el vórtice y pico en el crecimiento de precios, antes de las sanciones ya la hiperinflación y la contracción económica eran una realidad, así lo demuestra la tabla presentada de los precios.

2017: 863,06

2018: 130.019,90

2019: 9.566,89

2020: 2.961,00

2021: 2.666,60 / Fuente BCV, 2021 – Datos a Enero

La contracción de la actividad económica como una consecuencia de la política de sustitución de producción nacional por importaciones durante la bonanza, además de una agresiva conducta de expolios y confiscaciones, produjeron que la actividad económica se contrajera en más de 80% en el periodo 2013-2020, pero en el periodo 2013-2017 la contracción de la actividad económica previas a las sanciones se ubicó en -41,8%, es necesario reforzar las  cadenas de causalidad a los fines de evitar que la posverdad, así como la mentira oficial, se reproduzcan en el discurso, es justo en ese punto en el cual la repudiabilidad de la moneda surge como un síntoma de la hiperinflación, el bolívar no podía ser la excepción a la regla, al suprimirle los cinco ceros a la moneda, la misma quedó herida de muerte y absolutamente condenada a desaparecer.

El nuevo cono monetario jamás permeo a la sociedad, la cantidad de billetes y monedas que deben existir en la economía para que esta pueda funcionar de manera operativa oscila entre el 7% y el 8%, pero en la actualidad el porcentaje de billetes y monedasno supera el 2,1% del total de la liquidez en la economía, el volumen de liquidez en dólares al esquema de cambio no supera los nueve millones de dólares, de allí que ante la imposibilidad de lograr digitalizar a la economía para lograr pagar los servicios que requieren efectivo, desde el mes de enero se ha anunciado la digitalización y esa promesa no se ha logrado.

En Venezuela no hay moneda local, el bolívar soberano, no dejo de ser un eufemismo sin sustento, la soberanía nacional de la moneda se ha perdido, ahora el odiado dólar del culpable imperio es la moneda que circula en la revolucionaria y socialista Venezuela de Maduro,  esa válvula de escape, que de acuerdo a Maduro es un fenómeno plausible, se ha trocado en un espectáculo para la iniquidad y la desigualdad, así pues una ideología basada en la igualdad terminó generando una injusticia terrible en materia económica y social, el socialismo de Maduro ha mutado hacia un capitalismo clientelar en el cual aquellos que están cercanos al régimen se benefician aún del erario convertido en botín personal.

La digitalización es un eufemismo que esconde la muerte del bolívar y su repudiabilidad como medio de pago y reserva de valor y confianza, los anuncios de contratos colectivos sin resolver el problema de la hiperinflación revelan el sostenimiento unicausal de este fenómeno, de dónde se obtendrán los recursos para sustentar estos contratos que nacen muertos en medio de la herrumbre hiperinflacionaria. No pueden existir contratos colectivos en medio de una hiperinflación que destruye todo a su paso, que pulveriza el poder de compra del extinto bolívar y por ende, estas conquistas laborales no son otra cosa que demagogia barata.

La digitalización es la calificación eufemística que esconde la desaparición del bolívar, su muerte como moneda y la preexistencia de la hiperinflación como consecuencia de una inexistente política monetaria, las distorsiones permanecen, las penurias para el ciudadano de a pie se hacen cada vez más insoportables y el pulso de nuestra economía es comatoso, con el agravante de la complicidad y relatos sesgados de los socios ideológicos de este innominado desastre.

La conducta del tipo de cambio, es inversa a la estacionalidad del pago de ISLR, ni siquiera la cercanía de esta obligación tributaria ha incidido en la contracción del tipo de cambio, las expectativas negativas en torno a la inviabilidad de la digitalización reconocidas por el propio Maduro aceleran las expectativas negativas y la repudiabilidad de la moneda, esta hegemonía se niega a escuchar las razones que podrían poner fin a este sufrimiento inmenso, aún el desorden fiscal es la causa elemental de este fenómeno hiperinflacionario, embridado y producido como mecanismo de control social.

 

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