Un importante número de intelectuales; dirigentes sociales, y políticos tras la búsqueda de salidas democráticas para la muy prolongada crisis venezolana, enviaron un documento a Juan Guaidó solicitándole ponerse al frente de la lucha por el rescate de la unidad y la participación electoral, a objeto de enfrentar al gobierno y sus pretensiones hegemónicas.
Todo ello haciéndole un reconocimiento en calidad de líder de la AN anterior, a pesar del drama que supuso su conducta abstencionista que hoy prolonga la agonía de los venezolanos en su padecimiento, luego de haberle regalado la instancia parlamentaria al gobierno por no participar.
Hoy, cuando casi todo el mundo acepta que fue un error garrafal la abstención, y comienzan a organizarse para encontrar modos de participación de cara a las mega-elecciones que el gobierno planea convocar para este año para seleccionar Gobernadores; Alcaldes; Diputados a los Consejos Legislativos Regionales, y Concejales Municipales, Guaidó ha dicho que no acepta ninguna participación, y que ¨él no está para pendejadas”.
Luego de la multiplicidad de errores cometidos, le lanzan un salvavidas para que enmiende y vuelva a comenzar, a pesar de su caída estrepitosa en las encuestas, y todavía tiene el coraje de decir que no, y que no lo busquen para tonterías. De verdad, se siente pena ajena, y un gran arrepentimiento –en mi caso- por haber escrito tantas veces a su favor al principio, por considerar que con su llegada la política se refrescaba.
Inmensa fue la esperanza que sintió la mayoría al ver una cara nueva al frente, e inmensa ahora la frustración al ver a un joven envejecido; sin ideas, y sin voluntad, que prefirió dilapidar un capital político, y un liderazgo regalado por la ciudadanía, para entregarse a ser el secretario de un político engreído y mediocre como el jefe de su partido; responsable junto a otros extremistas de los fracasos de: La salida; Maduro vete ya; las guarimbas; los trancazos; los estudiantes de escudos de cartón muertos; operación libertad (la suya), operación Gedeón, etc.
Repetidores de lugares comunes; frases hechas, y clichés tontos, como: ¨Cese de la Usurpación; Gobierno de Transición, y Elecciones Libres; Vamos bien; si, o si; solos no podemos; todas las opciones están sobre la mesa, y debajo también; todas las luchas una lucha; vamos juntos, vamos bien; el que se cansa pierde; estamos del lado correcto de la historia¨. En fin, pura retórica hueca y vacía, sin resultados concretos para ofrecer, y aun así pretenden –engreídos al fin- hegemonizar la dirección política de la oposición con un tratamiento discriminatorio de todo aquello que no pertenezca a la rosca del G4.
Cuando tuvieron el control de la AN, en vez de producir políticas públicas para contribuir en la solución de los problemas reales de la sociedad, como electricidad; gasolina, y gas doméstico; agua; vialidad, transporte superficial y subterráneo; salud, y la seguridad de personas y bienes, prefirieron escurrir el bulto y entregarse al servicio de fuerzas internacionales para que ellos hicieran el trabajo que era propio de la oposición, a pesar de que los aliados insistieron en la necesidad de negociar salidas a la crisis.
Hoy no existe oposición, gracias a esos errores abstencionistas. En medio del caos, la ciudadanía toda –excepto los enchufados- languidece por la pobreza galopante que abraza a todos los sectores.
Más allá de lo que este muchacho incompetente, y aficionado de la política diga, la sociedad debe organizarse para conquistar la unidad más amplia posible; luchar por mejores condiciones de participación, y votar en alianzas perfectas para tratar de derrotar al gobierno, como ya se ha hecho.
Seguir cometiendo errores terminará por desaparecer a la oposición de manera total. No más barranco.
@romanibarra