Sectores de la sociedad civil apostaron por enviar 15 nombres al Comité de Postulaciones para ocupar el cargo de rector del CNE. Entre esos nombres está el de Roberto Picón, que insiste en la necesidad de acuerdos de parte de los actores políticos para lograr un poder Electoral independiente, que genere confianza a la población
Roberto Picón no es un nombre desconocido en la escena política y electoral. El ingeniero en sistemas trabajó en la organización Ojo Electoral y fue asesor de la extinta Mesa de la Unidad, donde formó parte del Grupo Técnico de Apoyo Electoral. En 2017 supo lo que era ser preso político en Venezuela, tras un allanamiento sin orden judicial a una vivienda donde se encontraba reunido ese 22 de junio y una acusación de presunta traición a la patria, rebelión militar y sustracción de equipo militar.
En diciembre de ese año, precisamente el 24, fue excarcelado tras una decisión de la llamada comisión de la verdad. Ahora, su nombre aparece como una de las postulaciones hecha por la sociedad civil para ser considerado al cargo de rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), un proceso que adelanta la Asamblea Nacional electa en los cuestionados comicios de 2020.
En la rueda de prensa donde 70 organizaciones anunciaron los nombres de sus postulados, Roberto Picón, señaló que en Venezuela las tres piedras angulares de la democracia prácticamente no existen (voto, instituciones y partidos políticos), “por lo que la sociedad civil está asumiendo su derecho y deber en la elección de funcionarios de instituciones”.
Desde la sociedad civil se postula para ejercer un derecho, afirmó Picón entonces, “pero también se debe continuar el trabajo de presión en la calle para que este acuerdo que proponemos de un CNE independiente sea realizado. Desde ese CNE es que podremos recuperar la autonomía, el derecho a votar, que todos los venezolanos tengamos capacidad de votar y que su voluntad sea respetada”.
—¿Por qué aceptar esta postulación para ser rector del CNE?
—Siento que tengo, por una parte, las competencias técnicas de estar familiarizado con todo el tema electoral por todo el tiempo que he estado trabajando en temas de organización, de auditoría, del software desde que estaba en Ojo Electoral. Uno se plantea donde se es más útil, y aunque el CNE no es la llave que va a solucionar todo, porque el problema venezolano es más complejo y requiere múltiples temas que se toquen en una negociación, esto es el granito de arena que uno puede poner para facilitar la negociación y dar confianza en que si se logran acuerdos sobre cronograma, condiciones electorales, institucionalidad post electoral, es decir que se cumpla la voluntad expresada en las urnas de votación y se respeten los derechos de todos los venezolanos a partir de esa elección, es importante estar aquí para generar esa confianza.
—¿Ya fue entrevistado por el Comité de Postulaciones Electorales?
—Todavía no me han llamado, me imagino será el lunes (8 de marzo).
—Ha dicho que se retiraría si no lograban acuerdos para el CNE. ¿Qué acuerdos esperan?
—Entiendo que el CNE tiene que representar a todo el país, pues de lo contrario, las personas que van a tomar las decisiones y organizar las próximas elecciones en mejores condiciones que los procesos más recientes, pues no va a ser fácil. Uno quisiera un mínimo de acuerdo entre las partes, que no solamente sea la Asamblea Nacional electa en diciembre de 2020 la que produzca ese acuerdo a lo interno, sino que los otros actores políticos sientan que se ha avanzado al constituir un CNE nuevo.
Si eso no se siente así, va a ser muy complicado. Habrá que esperar hasta qué punto el gobierno y la Asamblea Nacional de 2020 están dispuestos a generar un CNE independiente, equilibrado y competente, y si se da esto, si esa señal es reconocida por los actores políticos que no están en esa AN. Hay que esperar, estamos haciendo el trabajo necesario para que se vea que esto es una oportunidad, pero si la oportunidad no se aprovecha, tendríamos que reevaluar cuál es el rol que debemos cumplir.
—¿Cree que ha habido suficiente voluntad política de esa AN electa en 2020 o todavía debe esperar a que transcurran más lapsos de este proceso de escogencia de candidatos?
—El proceso ha avanzado hasta ahora normalmente. Vamos a ver que señalen se dan cuando se elija al subconjunto de postulados que debe pasar a la plenaria de la Asamblea, ahí tendremos la primera señal de qué tanto pueden cambiar las cosas. Después seguirán las señales con los 15 que escoja la plenaria, cuáles son principales, rectores suplentes y segundos suplentes.
Todo eso es político. En Venezuela por la polarización que hay, cualquier decisión que se tome es político, y en ese sentido, esta Asamblea de 2020 es la que tiene mayor carga porque es la que ha convocado el proceso. En la medida que lo convoque y cumpla la Constitución en la medida de la independencia y competencia de las personas que se escojan a la plenaria, ahí veremos las señales.
—¿Qué le hace pensar que el chavismo puede aceptar y adoptar acuerdos como estos?
—Yo creo que todo el mundo, incluido el gobierno de Nicolás Maduro, está al tanto de la terrible crisis que estamos viviendo, y que para salir de esa crisis de manera sustentable hace falta del concurso de todos los venezolanos. Ese debería ser el principal incentivo, que consigamos puntos en común donde todos podamos estar de acuerdo en que hay que avanzar.
Si seguimos pegados en el camino de la confrontación existencial que ha dominado la política venezolana, vamos a seguir deteriorando el sistema político, económico y social. La idea de generar acuerdos sobre este tema es hacer una pausa en ese conflicto existente y darle chance a una negociación. Esto debe ser visto así por Maduro, la AN que controla el madurismo y toda la gente que no se siente representada en esos personeros. Si eso no se da, será imposible salir de la crisis.
—El profesor Guillermo Aveledo Coll señalaba en una entrevista, que usted dio retuit, que “si no hay alguien que desde adentro abra la puerta no habrá una transición” en Venezuela. ¿Se consideran en este grupo?
—Es así, estamos abriendo la ventana. Ojalá que podamos abrir la puerta también y que la mayor cantidad de personas decidan entrar en esa habitación donde se dan los acuerdos y conversemos entre nosotros. Conversemos para ver qué puntos en común encontramos y cómo avanzamos todos juntos. Esa habitación no necesariamente es la Asamblea Nacional porque forma parte de los actores en conflicto, hay que buscar el espacio para que eso se dé y podamos juntos encontrarnos y trabajar en los temas donde el país tiene coincidencias.
Ya se está haciendo en algunos temas como es el caso de las vacunas, ojalá se pueda avanzar en otros como por ejemplo el tema de Guyana, donde a todos los venezolanos les debería interesar que Venezuela haga prosperar el tema Esequibo y que no ocurra lo contrario, que es que Guyana con apoyo de empresas petroleras nos perjudiquen en nuestra fachada Atlántica. Ese podría ser un tema de acuerdo, y como esos otros porque el país está viviendo una crisis terrible y la parte institucional podría empezar a resolverse con esta escogencia del CNE, con esta convocatoria a postulaciones. Si seguimos por la vía de la imposición desde el Gobierno de soluciones que no representen a todo el país pues no vamos a avanzar. Está oportunidad tiene que ser aprovechada por el gobierno y la oposición.
—De ser escogido, ¿qué propuestas lleva Roberto Picón al CNE?
—Lo primero es hacer una evaluación, si es que llegamos, sobre la situación de las competencias propias del CNE. El Consejo Nacional Electoral, como todo el país, está muy afectado por la crisis debido a la migración, hay gente que ha pedido permisos no remunerados para dedicarse a hacer otras cosas porque los sueldos de la administración pública son muy débiles.
Entonces lo primero es evaluar el apresto institucional, y en función de eso revisar el resto. Con respecto a los partidos políticos, el CNE puede ayudar a resolver el tema de las tarjetas inhabilitadas a través de la Comisión de Participación Política y Financiamiento. También tenemos una deuda importante con la juventud, en el sentido de que las estadísticas poblacionales apuntan que hay al menos dos millones de jóvenes que no están inscritos en el Registro Electoral. Algunos de ellos han migrado pero igual quedaríamos con un número superior de jóvenes en Venezuela, mayor de 25 años y que no están inscritos. Eso hay que atacarlo con tiempo para realizar una campaña de actualización del Registro Electoral y también para que la gente que se ha visto desplazada dentro de Venezuela por la crisis pueda cambiar de centro de votación. Eso requiere de tiempo y una campaña institucional. Eso por mencionar dos temas fundamentales que requieren de tiempo. Aparte de eso toda la organización y convocatoria a elecciones a través de un cronograma electoral que sea conocido con suficiente tiempo y que permita que cada organización política postule los candidatos idóneos, con tiempo, eso también es fundamental.
Otra cuestión es la garantía las condiciones, que incluye a los miembros de mesa, que se convoque con tiempo, que las mesas electorales sean un verdadero ejercicio de ciudadanía donde los propios ciudadanos controlen el proceso.
—¿Considera que toda la oposición está alineada al hablar de condiciones electorales?
—La oposición ha estado fundamentalmente pidiendo cinco cosas. Primero un CNE independiente, esa es la principal. En Venezuela la independencia de los poderes prácticamente no existe pues están alineados con el poder Ejecutivo. Este nombramiento de un CNE independiente y competente marcaría un inicio en esa dirección.
El segundo tema tiene que ver con los derechos a participar en las elecciones, esto de los partidos políticos y dirigentes inhabilitados, exiliados, las persecuciones. Hacer una elección con perseguidos y presos políticos es un contrasentido. Esa sería una segunda condición importante.
Después estaría la observación internacional, que es una cosa que hay pedir por tiempo, no se hace por televisión. Hay que se seguir los pasos y los plazos necesarios para que esas organizaciones internacionales de asistencia o de observación electoral se organicen y vengan al país. Esas son tres garantías fundamentales en las que todo el mundo está de acuerdo, incluso el propio gobierno de Nicolás Maduro ha hablado de que venga Naciones Unidas, la Unión Europea, entonces eso hay que operativizarlo en una manifestación por escrito del ente electoral.
—¿Conoce si ha habido acercamientos o conversaciones con actores internacionales tras la petición de la sociedad civil de que se sumen a estos acuerdos?
—Ha habido conversaciones para que se entienda esto en el justo sentido. En primer lugar, a quién le corresponde postular candidatos a rector según dicta la Constitución es a la sociedad civil. Eso lo entiende la comunidad internacional, se lo hemos hecho saber como un gesto que busca la reinstitucionalización del CNE y es un gesto ir genera una oportunidad.
Que esa oportunidad sea aprovechada y se reciban apoyos políticos para que se abra la alternativa de un CNE independiente depende de los actores políticos dentro de Venezuela y que eventualmente la comunidad internacional reconozca eso si los apoyos son realmente amplios. En este sentido es que hemos hablado con los distintos actores con intereses sobre Venezuela o que han estado involucrados en el pasado con negociaciones.
—Juan Guaidó dice que la escogencia de nuevos rectores del CNE es un “falso dilema”. ¿Qué responde a ello?
—No entiendo mucho el falso dilema, creo que el CNE hay que equilibrarlo, hay que nombrarlo. Si hay apoyo suficiente ese CNE va a ser reconocido por todo el mundo, lo importante es justamente que se vea como una oportunidad. Si él (Guaidó) está diciendo que es un falso dilema así como lo ha dicho sobre la participación de las elecciones, me imagino que hay la posibilidad de que se nombre y sea reconocido.
—Justamente otra de las cuestiones que ha dicho Guaidó es que no se puede reconocer un CNE que emane de un parlamento ilegítimo…
—Bueno, pero eso tiene sus maneras porque así como está la Asamblea Nacional electa en 2020, la Asamblea Nacional electa en 2015 tiene un cuerpo que la representa y que si el CNE resulta equilibrado, ese cuerpo pudiera reconocerlo también. Así se salvaría la distancia.
—Todo pasa entonces por lograr los acuerdos políticos…
—Absolutamente. Si no hay acuerdo político el CNE va a seguir no siendo reconocido por buena parte del país, y las elecciones que organicen por ese CNE van a seguir teniendo resultados similares a los recientes.
Luisa Quintero | TalCual