El impacto de la corrupción en América Latina queda al descubierto con la pandemia

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Paraguay y El Salvador, según un informe de la organización Transparencia Internacional, han recibido gran cantidad de dinero para poder enfrentar la pandemia, pero sus ciudadanos “no saben cómo se están utilizando esos fondos”.

Reacciones débiles o caóticas, prácticas ilegales y falta de transparencia sobre cómo se ha invertido la ayuda internacional destinada a hacer frente a la pandemia son algunos de los factores que han agudizado la imagen de Latinoamérica como una de las regiones más corruptas en el mundo, denuncia Transparencia Internacional (TI) en su índice anual de 2020.

“La pandemia nos ha demostrado que América Latina todavía tiene mucho que avanzar en materia de transparencia en las compras y contrataciones y acceso a la información”, explicó a la Voz de América Luciana Torchiaro, responsable para América Latina y el Caribe de TI.

El informe, que incluye a países de todo el mundo, concluye que las naciones que sus ciudadanos perciben como más corruptos han sido de igual forma las que peor respondieron frente al COVID-19.

Según Torchiaro, en el caso especifico de América Latina, los casos de corrupción que se observaron estaban ligados “con la distribución y aplicación de vacunas”, lo que sin dudad también se convirtió en un factor de “desestabilización política”.

Solo en los últimos seis meses, Transparencia Internacional ha recibido más de 1.800 denuncias de corrupción, la mayoría de ellas vinculadas a la falta de transparencia y acceso a la información en las compras y contrataciones.

Torchiaro ejemplificó que Paraguay y El Salvador son algunos de los países que han presentado esos puntos en común.

Ambos “han recibido fondos internacionales muy importantes para poder atajar la pandemia y hacer las compras necesarias”, pero los ciudadanos no saben cómo se están utilizando esos fondos, explicó la representante de la ONG.

Asimismo en estos países se ha concentrado la mayor parte del poder en los órganos ejecutivos “y una disminución de los órganos de control”.

Frente a ese contexto hay disgusto y sobre todo mucha desconfianza hacia las autoridades, en un momento en que la población esta cansada de la pandemia y su vida esta en riesgo, apunta el informe.

Prueba de lo anterior es que en el caso especifico de Paraguay -catalogado en el informe como “altamente corrupto”-, donde el descontento social se ha trasladado a las calles. El viernes el país sudamericano completaba tres semanas ininterrumpidas de protestas que piden la renuncia del presidente Mario Abdo Benítez, entre otras cosas, por el manejo de la pandemia.

“Es común que funcionarios y políticos […] desvían medicamentos para fines político-electorales” afirmó a la VOA Enrique Cosp, ciudadano paraguayo que ha sido parte de las manifestaciones.

Para Cosp, el lucro de los medicamentos para fines electorales “es un agravante terrible, una actitud criminal en un momento en el que la salud pública es prioridad”.

Otros datos

De acuerdo con el índice de percepción de la corrupción que publica la organización cada año, Venezuela, Nicaragua y Haití fueron los países peor catalogados en 2020.

Mientras que Uruguay, Chile y Costa Rica, son los países que obtienen mejor puntuación en el índice por su manejo de la pandemia.

A raíz del informe, Transparencia Internacional ha emitido recomendaciones a aquellos países peor evaluados. Entre ellas, el fortalecer los órganos de control, para que “los sistemas de pesos y contrapesos funcionen de mejor forma en América Latina”.

Además, es fundamental para el combate a la corrupción mejorar el acceso a la información y la transparencia. Así como que los Gobiernos garanticen los espacios de participación de la sociedad civil y periodistas.

* Nota original Belén Mora, con la colaboración de Lenny Castro.

Voz de América

 

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