Pedro Alejandro Parra: El precio de desentenderse de la política

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La política es una ciencia, la cual debe ser tratada con el debido respeto profesional de quienes se ostentan como políticos o de quienes participan en ella, y que, lamentablemente en la mayoría de los países esta Ciencia está muy desprestigiada. El desprestigio se lo adjudicamos a la disciplina, y no a los que operan y participan en ella; expresiones como “La política es muy sucia”, “se politiza el tema”, o “En la mesa no hay que hablar de política”, sólo promueven el distanciamiento de las personas con esta Ciencia, cuando es precisamente todo lo contrario lo que deberíamos de hacer.

Al respecto, el maestro Platón decía: “El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres”. Hoy el mundo entero atraviesa por dos grandes crisis: La primera, nos reta a salvaguardar la vida y la salud; la segunda, nos amenaza con doblar las condiciones económicas; en ambas situaciones la forma y tiempo de salir avante depende del cómo los gobiernos y líderes políticos decidan afrontarlos. De ello, resalta todavía más la importancia de informarse bien para elegir mejor a nuestros representantes: En ese sentido, el maestro Aristóteles nos recomienda observar las cuatro grandes virtudes fundamentales que todo político debe tener: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.

1°.- La persona prudente siempre piensa en las consecuencias de sus palabras y de sus actos; busca el momento ideal para intervenir acorde a las circunstancias y generar el mayor bien posible o en su defecto minimizar el daño.

2°.- La persona justa procura “dar a cada uno lo que le corresponde”, donde la rigurosidad de su juicio con otros, también debe aplicarla para sí mismo; es un acto de madurez y prudencia.

3°.- La persona fuerte vence el temor y se sobrepone a todo aquello que lo rebasa, esto a su vez le permite convertirse en una mejor persona.

4°.- La persona con temple logra controlar sus sentidos sujetándolos a la razón; no se deja llevar por sus preferencias o tendencias; se capacita y se deja ayudar.

Amigas y amigos, estamos pasando por tiempos difíciles; seguramente saldremos de esta, y el mundo seguirá girando; indudablemente vendrán otras crisis, otros problemas; eso no lo podemos evitar ni escoger. Lo que sí podemos hacer es empezar a ver la política como la ciencia que es, informarnos más, participar activamente en los asuntos públicos y elegir mejor a quienes tienen que tomar decisiones que nos impactan e importan a todos; exigir profesionalismo, compromiso y resultados de nuestros políticos, no es cosa menor, ya que en la medida que lo hagamos, estaremos resolviendo nuestros problemas; eso es bueno, y a todos nos conviene; quedarse parado o ir en sentido contrario nos va a salir muy caro.

Insisto en manifestar que esta frase de Platón, “El precio de desentenderse de la política, es el ser gobernado por los peores hombres”, es muy sabia y que, sin duda alguna, se aplica en nuestro país y, lamentablemente, en el mundo entero. El precio que pagamos por nuestra indiferencia es muy alto, y hoy se está manifestando en todos los niveles de gobierno.

En un extraordinario libro, “En busca de respuestas, el liderazgo en tiempo de crisis”, Felipe González, expresidente del Gobierno español, da una serie de recetas para que pueda surgir un líder. Evidentemente en tiempos difíciles como los que, indudablemente, vivimos, si alguien desde la Presidencia, hasta el más humilde funcionario, no reconoce que nos encontramos en uno de los más importantes baches de nuestra historia, en materia social, económica, cultural, moral y de seguridad, de verdad, nuestro problema será insalvable. Entre muchas otras respuestas a sus preguntas, está cierto de la validez de la frase de Otto Von Bismark y retomada posteriormente por Churchill: “Un político se distingue de un estadista, porque el estadista ve por las próximas generaciones y no por las próximas elecciones”.

Profesor

 

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