Aníbal Sánchez, a diez años de tu partida, que nunca convertiremos en despedida, te repetimos lo de entonces y que tú bien sabes: estás y seguirás en la vida con tu Zenaida de lo más profundo de tu alma. Con tus hijos del inmenso querer, Aníbal, Carolina, Alexis, Renata y Andrés Eloy. Con tus nietas del amor y la ternura. Con tus amigos, que siempre te vimos y sentimos como el jerarca de la alegría, el optimismo y creador de caminos y porvenir.
Aníbal, hermano, dondequiera que te encuentres, no olvides que hoy tenemos reunión en la Plaza Bolívar de tu inolvidable Maracay, centro fundamental de nuestros permanentes encuentros juveniles, donde día a día debatíamos sobre cómo avanzar para hacernos miembros de los verdaderos arregladores del mundo injusto en que nos tocaba y aún nos corresponde vivir.
Y hoy se reúne la pandilla para celebrar tus andanzas creadoras y siempre festivas y para recordarte que nada nos podrá separar ni lograr el olvido tuyo ni de ningún otro miembro de nuestra ‘pata de la plaza’.
Aníbal, hoy también nos quedamos sumergidos en el recuerdo de tu concepción del vivir y en medio de un quererte que cada día se hace más intenso y profundo. Y por eso ninguna de nuestras lágrimas, nos logrará apartar de tu lúcido y celebrante andar de señor de la alegría mayor.
¡Hasta entonces, amigo, compañero de siempre, hermano!
29 de marzo del 2021
