De improvisación en improvisación, y lo más preocupante es que esos ensayos son con la salud de los venezolanos. Culpando a lo que él llama la cepa brasileña, que no es más que el virus creado por los comunistas que pisotean derechos humanos en China, y que exportaron para infectar al planeta. Maduro cambia el 7X7 que en su oportunidad consideró como lo mejor del mundo, a 7X14, que significa 7 días de flexibilización por 14 días de lo que él llama cuarentena radical “voluntaria”. Es como si el virus ahora se esconderá una semana para que los venezolanos puedan salir a las calles y durante catorce días ese virus será implacable con todo aquel que se atreva a desafiarlo saliendo a las calles. Sin embargo, fuentes confiables aseguran que Maduro estaría acariciando la fórmula de 30 días radicales por siete de flexibilización.
Hay quienes dicen que al régimen solo hay que creerle el 10% de lo que dice. Por eso consideramos que así estará la vaina de pelúa con el virus chino, que los voceros del régimen dijeron que los contagios aumentaron de un promedio de 700 a 1300 por días, algo así como en casi 100%, y que las muertes subieron de cinco a nueve, un promedio del 60%, sin embargo, voceros de la Asamblea Nacional legitima electa en 2015, que lleva su propio registro, aseguran que las muertes por el virus chino pasan de 200 diarias. Por ejemplo, algunos medios de comunicación anunciaron el sábado 27 de marzo 2021, que en el cementerio de Los Teques habría cremado hasta 17 fallecidos por virus chino, que no vimos en el reporte oficial del régimen.
En ese mismo orden Delcy anuncia como una gran vaina que llegaron 50 mil vacunas rusas más que en la práctica son 25 mil porque hay que aplicarla en doble dosis: Esto no es que no sea bueno, pero es como tirar un vaso de agua al océano Atlántico, cuando la carencia es de más de 20 millones de vacunas. Mientras por razones ideológicas se niega la entrada de 2 millones 400 mil vacunas ya canceladas a la Organización Panamericana de la Salud. En ese mismo orden hay que recordar que Maduro en diciembre 2020 dijo que en los primero tres meses del 2021, llegarían 10 millones de vacunas rusas, pero hasta la fecha solo han llegado 150 mil que significan 75 mil.
Igualmente en los últimos tiempos hemos visto al propio Nicolás Maduro y algunos de sus voceros, ponerse en sintonía con la campaña desplegada por las grandes cadenas de televisión y medios impresos globalistas, que están montando una matriz de opinión para posesionar y hacer creer ante Europa, y Latinoamérica, pero muy especialmente en Brasil, que el virus es culpa de las malas políticas sanitarias implementadas por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, para favorecer electoralmente y políticamente al corrupto Lula Da Silva. Algo muy parecido a lo que hicieron con el presidente Donald Trump en el 2020 para favorecer al partido Demócrata y su candidato Joe Biden. Los globalistas tratan de exonerar a los comunistas que gobiernan China.
Aunque Maduro trate de maquillarlo culpando al presidente Bolsonaro de Brasil, el ataque del virus se hizo más agresivo en Venezuela, primero por la debilidad en que se encuentra al sistema sanitario venezolano, todos los hospitales están carentes de insumos porque se robaron los recursos, y fallos de recursos humanos porque la diáspora se ha llevado miles de médicos y miles enfermeras. Segundo, por la irresponsabilidad que en diciembre se permitieran grandes fiestas y concentraciones como actos demagógicos para que salieran a votar en las ilegales parlamentarias del 6 de diciembre 2020. Y tercero por haber decretado que se celebraran los carnavales 2021 como si la situación hubiese sido normal. Con lo de diciembre y carnavales, los integrantes de la Academia de la Ciencia y la Salud alertaron el peligro que eso significaba para la expansión del virus, pero el presidente obrero en abierto desafío a la ciencia médica no hizo caso a esas advertencias.
La situación sanitaria en el país es tan precaria, por no decir nula, por el desmantelamiento de los hospitales, y los venezolanos están tan desprotegidos por no tener opción a cual institución prestadora de salud del estado dirigirse cuando están enfermos, ya que a toda hora vemos por las redes sociales a venezolanos solicitando ayuda económica para poder costear los gastos cobrados en dólares por parte de las clínicas privadas, donde un examen por muy simple que sea, no baja de veinte dólares, y un dia de hospitalización no baja de dos mil dólares. ¿Cómo hace un empleado público que gana apenas tres dólares mensuales? O un maestro, un médico, una enfermera o profesor universitario que ganan entre cinco, ocho y quince dólares mensuales. O un pensionado de los tres millones y medios que hay, que solo reciben 90 centavos de dólar, para cubrir esos costos.
Uno de los últimos casos muy sonados registrados por los medios de comunicación, por ser uno de ellos el afectado, fue el de Davy Capella, presentador de uno de los programas de Televen, quien desde su lecho de enfermo emprendió una campaña pidiendo colaboración a todo aquel que pudiera prestársela, sin importar la cantidad que pudieran aportarle para poder seguir costeando los costos de la clínica donde estaba hospitalizado. Lamentablemente el presentador de televisión murió en la clínica. A estas clínicas es imposible que puedan ingresar millones de venezolanos por no tener como pagar ni recibir donaciones en dólares. Es una realidad que pareciera no importar a quienes pueden ayudar para resolver la crisis, a pesar que en el exterior hay millones de millones de dólares congelados que son propiedad de todos los venezolanos, pero que administran unos pocos.
Mientras el virus chino en todos los rincones de Venezuela sigue matando médicos jóvenes y experimentados, enfermeras, personal de salud y ciudadanos de todas las edades sin distingo de clase social, Nicolás Maduro anuncia públicamente que niega la entra de dos millones 400 mil vacunas de la farmacéutica británica AstraZeneca suministradas bajo el mecanismo Covax de la Organización Panamericana de la Salud, y ya canceladas. Sin embargo, anuncia que hará vacunación masiva con la vacuna cubana Abdala, una vaina que todavía está en proceso y no ha sido aprobado por la ciencia mundial de la salud. O sea, Maduro deja entrever que los brujos y curanderos cubanos a quienes disfrazan de médicos, saben más que los científicos ingleses.
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