El teletrabajo ya era utilizado como alternativa del mercado de trabajo, pero la pandemia del Covid19 hizo que se multiplicara en los países desarrollados, cuando millones de trabajadores y trabajadoras se vieron afectados por el cierre parcial o total de las empresas.
La asesora técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Susan Hayter, declaró a la prensa ONU (marzo 2020):
“Podría ser motivo de celebración, para la gente y el planeta, pero la idea de que ha llegado el fin de la oficina es ciertamente exagerada. La Organización Internacional del Trabajo estima que el 27% de los trabajadores en los países de altos ingresos podrían teletrabajar desde su casa. Esto no significa necesariamente que seguirán trabajando a distancia.”
En efecto, la modalidad de trabajar desde la casa involucra a trabajadores y trabajadoras con experticia en el manejo de ordenadores, copiadoras, comunicaciones a distancia, en general técnicos y profesionales con medios y altos ingresos salariales o por contratación. Sin embargo, la mayoría no está en ese renglón y migra hacia el sector informal de la economía o se mantiene por los beneficios de la seguridad social, como el seguro de paro forzoso u otras medidas sociales de los gobiernos.
El teletrabajo tiene sus ventajas y desventajas, la persona puede compartir más tiempo con la familia, organizar su horario de trabajo, pero al mismo tiempo debe cuidar su salud física y mental, en virtud del tiempo sentado frente al computador y la necesidad de organizar bien el tiempo libre, junto a la familia.
Uno de los riesgos para el trabajador y trabajadora, es perder su vinculación con la seguridad social. Las empresas ofrecen contrataciones individuales, con buenos beneficios, pero al dejar de ser de la nómina contractual, las personas tienen que afiliarse al seguro social como trabajador independiente y además adquirir pólizas de seguros privados.
¿Ha llegado el teletrabajo para quedarse?
No hay certeza de su permanencia en el tiempo, puede ser que las empresas adopten ese modelo, las instituciones públicas, las oficinas de servicio público, pero siempre es necesario el personal de trabajadores y trabajadoras para la producción de bienes y servicios.
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