Fernando Márquez: Rescatemos la República

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Venezuela ha sido un país que históricamente, desde la época de la independencia, ha contado con una tradición republicana, esto se ha plasmado de forma directa o indirecta en las 26 constituciones elaboradas desde 1811, un ejemplo de ello es el artículo 3 de la Constitución de 1961, el cual dice que: “El Gobierno de la República de Venezuela es y será siempre democrático, representativo, responsable y alternativo”; aunque con el tiempo se han realizado modificaciones a nuestra Carta Magna, la esencia republicana de la misma ha imperado, la cual se podría considerar como el resultado del sacrificio de distintas generaciones que llevaron a la Venezuela moderna a vivir en una república democrática, descentralizada y con posibilidades de desarrollo, con sus fallas, con sus desaciertos, pero con una convicción de respeto a la dignidad humana.

Por su parte, el artículo 4 de nuestra Constitución vigente nos indica: “La República Bolivariana de Venezuela es un Estado Federal descentralizado en los términos consagrados, territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad”. En el intento por acabar con esta composición del Estado es donde entran el juego la traición y conspiración, como parte de un plan macabro del régimen comunal Chávez-Maduro, quienes han llevado a cabo un sinfín de acciones, todas conducidas a destruir el bloque histórico que desarrolló nuestra nación; la imposición del Estado Comunal Comunista y la pulverización de la República es primordial y fundamental para consolidar su plan ideológico internacional.

En este momento de la historia contemporánea donde se ha generado de forma intencional una crisis orgánica, que se reproduce y crece de forma holista en todas los sectores y áreas de la sociedad es donde el Régimen le hace vivir a la ciudadanía en la mayor miseria y decadencia imaginable, para producir un estado de indefensión que ocasiona un daño antropológico generacional, el cual producirá una sociedad anónima, con individuos colectivizados, sumisos y serviles al nuevo modo de vida, donde los derechos fundamentales, los principios republicanos y la dignidad humana desaparecen.

Frenar el avance y la consolidación de este plan, es un grito de auxilio de la república, lo cual se debe interpretar como un llamado a cada ciudadano para activarse, considerando siempre que lo que está en juego no es un litro de gasolina, no es un cilindro de gas, no es una distribución permanente del Clap, no es un bono de la patria, ni cualquier otro programa de control social, lo que está en juego es el modo de vida republicado, vivir es un Estado que garantice la vida, la propiedad y la libertad, está en juego la herencia de nuestros libertadores y lo más sagrado, la familia venezolana, que hoy está dominada por los que crearon el monstruo social, económico y político que vivimos.

Solo se cuenta con una alternativa, unir a la sociedad venezolana en torno al rescate de nuestra república, cohesionar a nuestra dirigencia para impedir que Maduro y su banda de malignos impongan un modelo comunal al que en el 2007 los venezolanos le dijeron “NO”, al igual que en el 2018 el ciudadano, en el ejercicio de su soberanía, no legitimó la írrita Asamblea Nacional Constituyente, un adefesio institucional que se creó con toda la intención de avanzar en la implementación del modelo comunal.

Estamos en un tiempo en el que se debe decidir como sociedad, unificar criterios para que aquellos que traicionaron a la nación no logren sus objetivos, el Estado Comunal, es una nueva hegemonía cultural, con pensamiento único, partido hegemónico, centralismo y paternalismo de Estado, destrucción de las regiones, control social, control económico, control judicial, lo que llamarían el Estado Ampliado, donde todos los poderes son manejados por un solo grupo de personas, matando los elementos que la república democrática nos da para nuestro desarrollo humano.

 

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