Esta cuarentena prolongadísima, ya más de 365 días, nos obliga a reforzar nuestras defensas personales, nuestra salud mental. Rezar ayuda, independientemente de nuestras creencias religiosas, rezar por otros, saber que rezan por nosotros. Un Padrenuestro, que de entrada nos permite reconocernos como hermanos, es una buena oración. Escribo el Padrenuestro de la cuarentena que recoge angustias y buenos deseos.
Esta cuarentena está prolongadísima, y no se ve cuándo terminará. Es necesario fortalecernos como personas, reforzar lazos afectivos, pues se nos pide distanciamiento físico, pero no social. Aislados nos debilitamos. Sentirnos parte de un grupo, sentirnos cerca de otros, ayuda. Por eso recomiendo rezar, no es suficiente, no lo arregla todo, pero fortalece nuestra persona, y para mí, la mejor oración, es la del Padrenuestro, porque, de entrada, nos reconocemos como hermanos, cercanos.
Les comparto mi Padrenuestro de la cuarentena.
Padrenuestro que estás en la tierra
en un mundo que vive angustiado
que sepamos recurrir a Ti
y que con tu mano seamos consolados.
Padrenuestro que tu voluntad
de construir tu Reino de fraternidad
se encuentre con gente de mano extendida
que pueda gestar otra humanidad.
Padrenuestro, pido especialmente
por los niños y por los ancianos
escucharles les ayuda mucho
también sonreírles cuando saludamos.
Padrenuestro, no es sólo el covid
también están muchos otros males
pacientes renales, sin sus tratamientos
niños sin trasplantes en los hospitales.
Padrenuestro, pido que protejas
a periodistas, médicos… a gente
que sale cada día a servirnos
arriesgándose, son muy valientes.
Padrenuestro pido que el gobierno
tenga plan sin discriminación
y así todos los venezolanos
tengan acceso a la vacunación.
Padrenuestro, dales hoy el pan
a los vulnerables, que viven al día
que encuentren a alguien en su caminar
que al ser compasivos, les den alegría.
Padrenuestro, te pido perdón
por las veces que yo no se actuar,
por esperar que otro haga tu obra,
por no ver lo grande que es rezar.
Padrenuestro, que nunca caigamos
en la tentación de dejar de soñar
que vea tus signos en cosas pequeñas
y que la bondad pueda contagiar.
Complete usted la oración. Agregue por quién quiere rezar, agregue sus preocupaciones y también sus buenos deseos por el país, por el mundo angustiado. Agregue porqué dar gracias.
Le aconsejo que cuando rece por otros, si puede, hágaselo saber, eso también consuela y anima a las personas por las cuales pedimos. Por supuesto, en estos momentos, pedir por los enfermos de covid, por esos que no consiguen recursos para sus medicinas… todo eso sin dejar de exigir a las autoridades un Plan de vacunación y acuerdos para que entren suficientes vacunas, eso no lo va a meter en el Padrenuestro, pero también hay que hacerlo.
Padrenuestro de la escuela en pandemia
Si algo hemos aprendido en esta cuarentena prolongadísima, es que somos muy vulnerables y que solos no salimos airosos de estas dos emergencias en las que los venezolanos estamos: la humanitaria compleja desde hace varios años – y la pandemia, universal y aquí agravada por las condiciones prexistentes.
Los educadores tenemos que hacer un doble esfuerzo: cuidar a los estudiantes y sus familias, y cuidaros nosotros mismos, fortalecer el sujeto de ellos, y fortalecernos nosotros, si es que queremos seguir siendo educadores, y si no queremos arrastrarnos, como en una larga agonía, sino caminar, seguir formando personas, soñando. Tenemos que cuidarnos del covid y también cuidar nuestra salud mental.
Hay varias cosas que podemos hacer. Les resumo en unas erres eses consejos para terminar con la erre de rezar. Respirar profundo – antes de comenzar nuestra rutina -, relajarnos, reír así sea con nosotros mismos para distendernos, reflexionar sobre lo que hacemos sin culpabilizarnos sino aprendiendo de eso que hacemos, incluso de los errores, reunirnos – por wasap, por zoom – no aislarnos, recrearnos – descansar – resolver los problemas por vía pacífica…
Añado siempre en las erres, la de rezar, que no es lo mismo que orar, las dos acciones son necesarias, y es bueno que lo hagamos, pero cuando hablo de rezar, digo, por ejemplo, recitar esas oraciones que ya nos sabemos, las peticiones a ese Dios Padre bueno que siempre nos oye. El Padrenuestro me encanta porque de entrada ya nos reconocemos como hermanos. Rezar por otros ayuda, y si se lo decimos a esos por los cuales rezamos, mejor.
Les comparto mi Padrenuestro de la escuela en pandemia.
Padrenuestro, que estás en la escuela
Aunque ahora vacía de niños
Que nosotros los educadores
A distancia, les demos cariño.
PN pido por aquellos
Por los “niños dejados atrás”
Necesitan de mucha atención
Hoy sus padres no pueden abrazar.
PN también yo te pido
Por los que venían y no han regresado
Tú lo puedes todo, búscalos te pido,
Diles que aquí tienen su cupo apartado
PN también a los padres
Sabemos que hay que acompañar
Que tengan paciencia, que pongan rutina
Ellos hacen falta para hoy educar
PN hay supermaestros
Enfrentado mil y un problemas
Dales fuerzas para que ellos puedan
A pesar de todo, enseñar poemas.
PN mira a los docentes
Pasando trabajo y necesidades
Merecen salario que sea decente
Que eso lo entiendan las autoridades.
PN danos fortaleza
Para defender a la Educación
Estudiar no sólo es derecho,
Es también deber y una bendición.
Agregue usted sus estrofas, ¿por quién más pide? ¿Cuáles otros deseos tienen para los estudiantes, para el país? Rezar consuela, reconforta, y necesitamos mucha fortaleza para continuar. ¡Dios los bendiga!