Earle Herrera: Oposición Covid

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Para resucitar, la derecha venezolana pone sus esperanzas en la covid-19. El apoyo de “1.000 países” del que se jactaba de poco le sirvió o no lo supo aprovechar. Tampoco la sacó de abajo la cantidad de dinero, en dólares y euros, que EEUU y la UE pusieron en sus arcas. Siguió en el foso de su insondable torpeza. El grosero apoyo de los medios no la reflotó un milímetro y revirtió contra la credibilidad de estos. Desgañitada, apuesta su sobrevivencia al coronavirus.

La imaginativa juventud del G4 llenó de basura varias bolsas negras y las lanzó a las puertas de los hospitales, como si fueran cadáveres. Era una protesta macabra e infeliz que evidenciaba lo que tienen en la cabeza sus protagonistas. Los trabajadores sanitarios se dedicaron a retirar los monigotes que, al ser defendidos por sus geniales creadores, se rompían. Los centros de salud se llenaban así de basura, cortesía de la oposición. Los pacientes se apartaban de sus contagiosos defensores.

La esperanza de la derecha muta sin parar, como un virus inestable. Ayer se aferró a la banda del “Coqui” y a sus pares de Petare. Añoraban que la delincuencia común les haría el trabajo que sus líderes evaden. Los choros le pintaron una currucucú. De la Cota 905, trasladaron su fanatismo al estado Apure, con la ilusión de que el narco paramilitarismo compensara el desaire del “Coqui”. Aplaudieron las minas antipersonales, la explosión de instalaciones venezolanas y la muerte de soldados y oficiales de nuestra Fanb. Sus aplausos mediáticos y digitales cesaron cuando sus nuevos héroes fueron obligados por los soldados venezolanos a refugiarse en Colombia, Entonces, como los boxeadores groguis, miró desesperada hacia el coronavirus.

Es la última esperanza de la derecha. A ella se unen la Academia de Medicina y la Facultad de Ciencias. Estas, en lugar de investigar para que el país tenga su propio antiviral, arremeten contra los esfuerzos del gobierno bolivariano por traer las vacunas contra mar, sanciones, secuestros de sus recursos y bloqueos. También se activan las Ong que desde el golpe de 2002, son financiadas por Estados Unidos y la anciana Europa. La alianza de la derecha con pestes y pandemias no es nueva en la historia de la humanidad.

Solo que, no pocas veces, el virus le sale por la culata.

 

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