Enrique Meléndez: La narcoguerrilla bolivariana

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En las redes sociales llega un video, donde se observa a un Iván Márquez, el famoso comandante guerrillero disidente de las FARC, rodeado por una guardia pretoriana, digamos así, en la selva colombiana, y en donde lee un manifiesto, que la verdad es que a uno lo llena de indignación, sobre todo, por la utilización que se hace allí de la figura del Libertador. Es verdad que Bolívar en un momento determinado llegó a decir que los EEUU estaban llamados a plagar de hambre y miseria a los pueblos hispanoamericanos; pero esto lo dijo en una carta, que le escribió al entonces embajador de Inglaterra en lo que conoce nuestra historia como la Gran Colombia, y que es la que evoca el documento de Márquez; cuando habla de que Colombia y Venezuela deben conformar un solo Estado, para luchar contra el “terrible monstruo del Norte”; sólo que no toma en cuenta que la carta de marras la escribe en un tiempo, en el cual le pide a dicho embajador que interceda ante su gobierno, a los fines de que su Estado le conceda un protectorado a su nación, precisamente, a los fines de evitar esa posible amenaza que se cernía sobre nuestros pueblos; algo incluso que formaba parte de una visión suya muy deformada en su momento, y que tuvo sus opositores, entre ellos el propio José Antonio Páez, quien opinaba que a pesar de que los venezolanos habíamos luchado durante veinte años, para despojarnos del colonialismo español, “ahora su excelencia el Libertador, nos quiere imponer un nuevo yugo”.

Por supuesto, esta era una idea que Inglaterra no estaba en condiciones de aceptar, sobre todo, porque le parecía que chocaba contra su diplomacia, en el sentido de que su relación con España había llegado a un equilibrio de paz, luego de haber sido dos Estados que se habían mantenido en una permanente lucha; aunque ya ese es otro tema; pues, por lo demás, como hombre de conciencia republicana Bolívar tenía que abrigar una gran admiración por los EEUU, tomando en cuenta que se trataba del primer Estado que se había erigido en los tiempos modernos como una República soberana, partiendo de una Constitución al estilo de los griegos; esto es, una República democrática, y en la cual se inspiran los revolucionarios franceses. Incluso, Juan Vicente González a propósito de una crónica que escribe sobre una recepción, que se le hace al Libertador, en cuya sala alguien colocó un retrato suyo al lado del retrato de George Washington, éste se muestra muy satisfecho por tal iniciativa; instante en el que confiesa que se consideraba un admirador del libertador de los EEUU.

Lo curioso es que allí Márquez no habla de que “el terrible monstruo del Norte” nos quiere despojar de nuestro petróleo; como acostumbraban decir los nacionalistas trasnochados en la década de 1960, y que fue una bandera, sobre todo, desde la década de 1930, cuando comienzan a instalarse las transnacionales del petróleo en nuestros países, sobre todo, en México y en Venezuela, y que constituyó un movimiento de opinión que, precisamente, dio lugar a las famosas nacionalizaciones de la industria petrolera, y esto porque lo más probable es que Márquez sabe, que a esta altura EEUU se ha venido hasta convirtiendo en un país exportador de hidrocarburos; sino que éste entonces prefiere decir que lo que nos quiere es despojar de nuestro oro, y con lo cual menciona la soga en la casa del ahorcado; pues quien nos está despojando del oro, además del coltán, del uranio y de otros minerales, que hoy en día están extrayendo del mal llamado Arco Minero, es la guerrilla comandada por él mismo.

Obsérvese que EEUU llegó a Europa en plena II Guerra Mundial, siendo decisiva su participación en dicho conflicto, para calmar la ira de Hitler y, una vez obtenida la victoria, no se quedó allí. Invadió Japón, cuando este país le declaró la guerra, y no se quedó allí, como tampoco se quedó en Panamá, a la hora de llevarse a Manuel Noriega y así sucesivamente en su tarea de gendarme del mundo.

Pero eso no es lo más grave; como sí lo que declara, y es que allí mismo se confiesa “amigo” de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB); como del propio gobierno de Nicolás Maduro; cosa que no es de extrañar, pues Iván Duque ha denunciado la presencia de Márquez en nuestro país; al igual que la figura de Jesús Santrich; que es lo que le da más carácter de narco-Estado a la Venezuela actual, sin que hasta ahora esa FANB haya rechazado tal tipo de identificación, no sólo por el carácter de narcotraficante, que ha adoptado la guerrilla colombiana, sino también por lo sanguinaria que ha sido, a propósito de sus modos violentos de actuar;  siendo víctima la mayor parte de las veces el ciudadano colombo-venezolano común y corriente, y lo que ha llevado a decir a más de uno, que en nuestro país no existen generales, sino comisarios políticos.

Por supuesto, la FANB estaría lejos de llevar a cabo un pronunciamiento de rechazo a esta identificación; pues lo que se dice, es que en estos instantes le está ofreciendo un apoyo a la narcoguerrilla de Márquez y de Santrich en una lucha contra el grupo guerrillero disidente de ellos mismos; que comanda Gentil Duarte, y nada más y nada menos que por disputarse las rutas del comercio de la droga. De hecho, ha trascendido que hay más de cien funcionarios militares y policiales detenidos en la cárcel de la Ramo Verde de Los Teques por negarse a participar en estos combates; aparte de que hay otros, que han participado; pero que, finalmente, han tenido que huir a territorio colombiano. Lo que significa que la FANB se pone por debajo de la narcoguerrilla de Márquez y de Santrich y que, como lo ha hecho ver alguien, se coloca en la posición de violar la Constitución. No sin razón el Libertador siempre temió que su figura fuera utilizada, para manipulaciones de tipo político, como lo hace este señor.

melendezo.enrique@gmail.com

 

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