El próximo 22 de abril celebraremos el día de la Madre Tierra y será el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030). Para la defensa de la madre tierra estamos en un momento crucial de compromisos con los que Venezuela ha estado comprometida en la ONU y fuera de ella. No es casual que coincida con una fecha patria: el 19 de abril. Esta batalla en la ONU es en defensa de los intereses del Sur, de los pueblos y del planeta tierra.
Estamos destruyendo los cuatro ecosistemas que producen todos los alimentos y casi todas las materias primas: las tierras de cultivo, las llanuras para el pastoreo y la cría de animales, las zonas pesqueras, las fuentes de agua, entre ellas los casquetes polares y todos los glaciares. También se ven afectados los sistemas marinos y costeros. Estos fenómenos multiplican el cambio climático. Es poco probable que a fines de este siglo, el capital logre mantener en el planeta una temperatura promedio de 1,5° C. Es difícil que los países desarrollados controlen las emisiones de CO2.
El compañero Jesús Marrero, que ya murió, desarrolló un proyecto que permitía a pequeñas comunidades producir electricidad con paneles solares. Este sería un camino ecológico para enfrentar a las grandes empresas basadas en petróleo, carbón y gas.
El presidente Biden ha convocado para el 23 y 24 de abril, a 40 países (incluyendo a Rusia y China) para acordarse sobre cambio climático. Estas reuniones son para defender intereses del Norte. El Alba tiene que hacer lo propio y tratar de coordinar al G-77 + China, que reúne a los países del Sur.
En Venezuela los glaciares andinos están desapareciendo. De seis registrados en 1972, sobreviven dos, cuyo periodo de vida no pasaría de 10 años.
Tampoco nosotros somos un recurso humano o un factor de producción. Un grano de maíz no es la simple combinación óptima de factores como tierra trabajo y capital. Un grano de maíz es un milagro de la naturaleza, que es la fuente de la vida.
La Asamblea General invitó al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a que coordinen la implementación del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).
