Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, así se llamó el que fue llamado años después simplemente “El Libertador”; en 2020 se conmemoraron 237 años de su nacimiento, en la ciudad de Caracas, hoy en día muy golpeada, fracturada ya con más de 450 años de fundada.
La ciudad de Santiago de León de Caracas, que serviría de cuna para el nacimiento del niño Simón, fundada por el capitán español Diego de Losada según los hechos históricos, previamente ya los españoles habían intentado colonizarla dos veces; el primer intento fue en 1560 con Francisco Fajardo al frente, quien era hijo de un general español y una indígena de la isla de Margarita, la segunda oportunidad ocurrió un año después en 1561 con Juan Rodríguez Suárez, quien pretendió refundar el poblado. En ambas ocasiones los europeos fracasaron, hasta que se concretó la fundación el 25 de julio de 1567.
Caracas, Simón Bolívar y la historia en pleno desarrollo, nos hace ver que con cada día que pasa, la lucha constante y crucial para nuestro país, luego de más de 20 años de control, con una visión de estado que ya se ha demostrado que son un completo fracaso y lejos de traer mejores condiciones para los ciudadanos, ha traído miserias, deudas y en los últimos meses muerte a causa entre otras cosas, de una pandemia mundial que el régimen tomó como un juego hasta que se dio cuenta que no lo es.
Mientras la gente se muere, el régimen oficialista que pretende perpetuarse en el poder mediante perpetuamente, busca salidas continuamente, pero para justificarse, para nada más.
Muchos aún con todas las alarmas encendidas dudan de que el proceso revolucionario sea autoritario y mientras tanto el país se cae a pedazos.
Aunque se tengan argumentos y sólidos soportes como el que establece la Constitución de 1999 en su Art. 347 que dice lo siguiente: “El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder [el pueblo], puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente…”, observamos claramente que ese control no se ejerce o no se permite que se ejerza.
Al contrario de lo que señala la norma, quien ejerce la Presidencia de la República en Venezuela violentando el texto constitucional anuncia cada vez que le provoca algún proceso electoral para continuar atornillado al poder, más nada y es solo un ejemplo.
Según Nicolás, en sus “atribuciones presidenciales como jefe de Estado y constitucionales de acuerdo al artículo 347 están las de convocar el poder constituyente originario para que la clase obrera en un proceso convoque a un Asamblea Nacional Constituyente”, nada más alejado de la realidad y por tal motivo la propuesta como muchas es errada, inconstitucional y fraudulenta, pero aun así lo hace
En Venezuela, el Presidente de la República NO puede convocar una Asamblea Constituyente, pues conforme al texto del artículo 347 de la Constitución antes citado, quien puede convocar una Asamblea Constituyente es el pueblo exclusivamente, quien es el único que detenta el poder constituyente originario y dicha acción pasa obligatoriamente por un proceso electoral consultivo que normalmente no se realiza y por lo tanto el Chavismo actúa al margen de la norma y hace lo que le da la gana siempre.
Conjuntamente a lo antes explicado, tenemos la actuación fuera de todo marco jurídico de un CNE sin credibilidad, que acompaña al ejecutivo en todos y cada uno de los fraudes más grandes de la época contemporánea en nuestro país.
Aunado a todo se encuentra la situación de choque entre los ya existentes Tribunales Supremos de Justicia, si así en plural, porque son dos, al respecto no se tiene mucho que explicar, pues el Tribunal juramentado por la Asamblea Nacional en su momento, cumple con todos los requisitos legales para ser el correcto y el vigente, entrar en otros detalles es alargar una discusión sin sentido.
El mundo está atento a lo que sucede en Venezuela, cosa que no ocurría años atrás, quizás porque la estabilidad de la zona depende mucho de lo que aquí suceda y los países cercanos se ven afectados.
Los hechos que prácticamente ocurren a diario hacen que estemos en las portadas de los periódicos de todo el mundo como ocurrió recientemente en el New York Times por nombrar a alguno o de diarios de Europa, las responsabilidades de quienes han cometido tantos actos también ameritan la atención mundial, entes independientes, Organizaciones no Gubernamentales ya documentan todo, aunque pretenda Nicolás controlarlas inventando leyes, con seguridad dichas acciones no quedarán impunes.
Volviendo al tema constituyente, y con ocasión de la reciente conmemoración del nacimiento de “El Libertador”, es propicio señalar que en el discurso pronunciado por Simón Bolívar en febrero de 1819, en la entonces provincia de Guayana, con motivo de la instalación del segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela en San Tomé de Angostura (hoy Ciudad Bolívar), como jefe de Estado se dirigió a los congresistas del país no sólo para expresar su opinión sobre lo que debía ser el proyecto constitucional a sancionarse, sino también para ofrecer una profunda reflexión sobre la situación que vivía Venezuela a fines de 1818 y comienzos de 1819.
En el discurso pronunciado durante casi una hora ante el denominado Congreso de Angostura, el Libertador analizó de manera profunda la realidad de su tiempo, señalando la conveniencia de que. “…las instituciones que surgieran en América a raíz de la Independencia, debían responder a las necesidades y posibilidades de las sociedades, sin copiar modelos de tierras extrañas”.
Hoy a 202 años del referido discurso, no tenemos duda en afirmar que nos encontramos en circunstancias que preocuparían muchísimo al padre de la patria, a aquel joven Simón que se hizo hombre y lideró la gesta libertaria de múltiples países, lo que me lleva decir con firmeza, que nos encontramos en nuestra lucha por un mejor futuro para Venezuela, en compañía y bajo la mirada del Libertador, así de simple y sencillo.
@raguilera68 – @AnalisisPE