Enrique Meléndez: La tragedia de nuestra fuerza armada

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Lo endiablado de este gobierno se mide en el hecho de la conducta, que ha asumido frente al caso de la matanza, que sostienen dos facciones de narcoguerrilleros; que están disputándose las rutas del tráfico de cocaína, como se viene sosteniendo en la opinión pública; es decir, aquí ya no hay nada de revolucionario de estas fuerzas irregulares; que es lo que le da origen a tan subversivo nombre “Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas” (FARC); como sí capitalismo del más salvaje de todos: caimanes del mismo pozo, como decía Hugo Chávez, cuando se refería a lo que consideraba una conducta sin escrúpulos de un par de sujetillos; porque aquí estamos frente a la misma situación, que sucede hasta con los animales domésticos; quienes se apoderan de determinados territorios, y los marcan con orina; lo que demuestra aquello que decía Hegel, de que el hombre supera la animalidad; cuando se da cuenta de que es un animal.

He allí un mundo que está fuera de la ley; donde más cundió el fenómeno de la teoría foquista del Che Guevara, y quien hablaba de prender las luchas revolucionarias y antiimperialistas en focos de guerrilleros a lo largo de la América Latina; con ejércitos populares a la manera como se había llevado a cabo en Cuba; de quien él era uno de sus cabecillas; siendo, no obstante, de nacionalidad argentina; sólo que estamos ante la proclama de Marx, de que todos los proletarios del mundo deberían unirse tras su credo; es decir, estamos ante aquello que proclamábamos como el internacionalismo proletario; cuando éramos comunistas, y como tal el famoso Che terminaría siendo víctima de su propia teoría, a propósito de su muerte; cuando se radicó en Bolivia, y desde allí quiso prender esa mecha; pensando, quizás, en su natal Argentina; es decir, extender ese foco hacia allá, y esto porque se imaginó que podía vencer a un Ejército, como el que existía en ese momento en el país del altiplano andino. ¿Lo mató la CIA? He allí una certeza, con la que se manejaba ese mundo comunista; sobre todo, le daba mayor fuerza de heroicidad a aquella figura; tanto así que en nuestra época el ídolo, por excelencia, de nuestra generación; cuando estábamos jóvenes, era este “buen revolucionario” devenido del “buen salvaje”, del que hablaba Carlos Rangel.

Pero, en lo fundamental esta gente, para existir no se valió sino del terrorismo, vista la inferioridad en la que estaba frente a estos ejércitos, como el de Bolivia, que acabó con el Che, o el de Colombia, que los mantuvo a raya; como el de aquí de Venezuela, que hasta sofocó los tres intentos de incursión en nuestro territorio de Fidel Castro; siendo uno de ellos el de Machurucuto; porque éste partía del principio de que Venezuela, un país rico, por excelencia, podía financiar su comunismo por toda Sudamérica; pero, quizás, con estas tres derrotas, a propósito de los intentos de Castro, percibió el Che que las cosas no eran tan fáciles como se pintaban aquí en Venezuela; por donde se propuso comenzar, y escogió Bolivia. Incluso, su vida ha sido llevada al cine, con motivo de esa leyenda que se suscitó sobre su persona, caracterizándose lo que fue su psicosis de terror; mejor dicho, de exterminador.

Se lo dijo Andrés Pastrana a Chávez en una oportunidad, cuando le esclareció que en Colombia no se vivía una guerra civil, con motivo de ese afán de Chávez de comenzar a pedir carácter beligerante en el territorio neogranadino a las FARC, sobre todo. El Ejército colombiano hasta acabó con los líderes fundadores de estos grupos terroristas; con aquellas famosas incursiones en sus campamentos, especialmente, lo que aconteció con el famoso Raúl Reyes, al que se le ubicó gracias a la tecnología; de modo que al reducírsele a cenizas su campamento, con motivo de una operación quirúrgica militar; que levantó la cólera de Chávez; razón por la que indispuso a su caballito de batalla en ese momento, como lo era Rafael Correa, presidente de Ecuador, en contra de Uribe, visto que esa operación se había llevado a cabo en territorio ecuatoriano; en lo que había sido el centro de operaciones de Reyes, se consiguió que en su computadora se tenía entre los pasivos de la administración de las FARC, una contribución en dólares, que le había dado a Chávez durante la campaña de 1998.

Es decir, este idilio Chávez – FARC es de vieja data. Ahora, supongo yo, que esta preferencia que ha tenido Nicolás Maduro por la facción de Santrich y Márquez, quizás esté movida por el hecho de que esta gente es la heredera de la tradición de Manuel Marulanda y de Raúl Reyes; prestándose, en ese sentido, a combatir la otra facción, liderada por un Gentil Duarte, y para lo cual ha puesto a su disposición a nuestras fuerzas armadas; para indignación de la ciudadanía venezolana, ya que eso ha significado una verdadera tragedia para nuestra institución armada; tomando en cuenta las bajas, que se han tenido; como se ha podido comprobar a propósito de los videos, que llegan por las redes sociales; siendo el más dramático de todos, el de la toma de la escena de unos cadáveres, que se meten en un camión en bolsas de plástico negras, y hay un comandante guerrillero, que pondera esta situación de la utilización de nuestro Ejército en este combate entre dos facciones narcoguerrileras, que se disputan, repito, el territorio de lo que se viene conociendo en nuestra opinión pública como el eje Apure-Arauca, es decir, un eje fronterizo; estando de por medio el pueblo de La Victoria del municipio Urdaneta de Apure, y de donde sus habitantes huyeron despavoridos, ya que por su posesión comienza la disputa entre esta gente.

Por cierto, que a última hora Vladimir Padrino López tuvo que admitir que había unos militares en manos de esta gente en calidad de rehenes, en total 8, y quienes en un video, que también llega por las redes, admiten estar secuestrados, aunque bien tratados por sus plagiarios.

melendezo.enrique@gmail.com

 

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