Son tantas y tan grandes las simpatías con que el número tres cuenta —en lo divino, en lo humano y en lo terrestre— que no deja de constituir una rareza esa unánime preferencia. Número misterioso que a todos y en todos los tiempos atrajo como meta, clave, resumen y compendio de sus creaciones, de sus descubrimientos, de sus inventos e incluso de sueños. Por eso Pitágoras lo convierte en símbolo de la deidad, cualidades dignas de admiración y de estudio sobre todas las cosas, las causas y los efectos.
En la filosofía, Platón lo considera la imagen del ser supremo en sus tres personalidades: la material, la espiritual y la intelectual. Aristóteles llegó al convencimiento de que el tres contiene: el principio, el medio y el fin
En el tres, efectivamente, están la base y la raíz de casi todas las religiones. Para los católicos y cristianos, tres son las personas de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las de los hindúes: Brahma, Shiva y Vishnú. Entre los godos: Wotan, Freya y Thor; la de los escandinavos: Odin, Vili y Ve.
De acuerdo con los antiguos griegos el mundo estaba regido por tres dioses: Zeus, Poseidón y Hades.
Según la mitología, tres eran los Hados, tres las Furias, tres las Gracias y las Arpías.
Tres eran los «misteriosos escandinavos» cuyos tronos se hallaban sobre el arco iris.
Tres los tesoros que constituyen el «Tiratua» del sánscrito, el «san-pao» chino y «sambo» japonés.
El triadismo — doctrina de origen estoico que se repite en las epístolas de San Pablo— , considera que el hombre está formado por tres principios: el alma, el cuerpo y el espíritu.
Tres son los órdenes de la filosofía tomista: el metafísico — que sirve de base moral— y el moral que es la base del orden jurídico.
Tres son las bases de la dialéctica, conforme al concepto hegeliano: tesis, antítesis y la síntesis.
El conocido Discurso del método, de René Descartes, filósofo y matemático, es el prólogo a los tres tratados de: Dióptrica, Meteoros y Geometría.
La primera certeza cartesiana se condesa en tres palabras: Cógito ergo sum (pienso, luego existo).
El positivismo formula la Ley de los tres estadios, sucesivos del conocimiento humano: de lo religioso-mágico a lo metafísico, y de lo metafísico al espíritu de la ciencia positiva.
Tres son las potencias del alma: memoria entendimiento y voluntad.
Tres hijos tuvieron Adán y Eva: Caín, Abel y Set.
Tres hijos tuvo Noé: Sem, Cam y Jafet.
Tres fueron los Reyes Magos: Melchor, Baltasar y Gaspar.
Tres son los enemigos del alma: mundo, demonio y carne.
Tres son las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
Tres fueron las hegemonías griegas: ateniense, espartana y tebana.
Tres puntas tiene el cetro de Neptuno.
Tres edades clasifican la historia: antigua, media y moderna.
Tres palabras aparecieron durante el festín de Baltasar: mane, thecel, phares.
Tres palabras forman el famoso Veni, vidi, vinci de César.
Tres fueron las carabelas de Cristóbal Colon: La Niña, La Pinta y la Santa María.
Tres han sido los principales sistemas astronómicos: el de Ptolomeo, el de Tycho y el de Copérnico.
Tres eran los sacrificios israelitas: el pacífico, el holocausto y el expiatorio.
Tres cultos rendía el caballero andante: a su dios, a su patria y a su dama.
Tres clases de astros giran alrededor del Sol: planetas, cometas y satélites.
Tres reinos agrupan a los seres que existen en la tierra: mineral, vegetal y animal.
Tres los colores básicos: amarillo, azul y rojo.
Tres elementos tiene el planeta: tierra, mar y aire.
Tres las formas en que se presentan los cuerpos: sólido, líquido y gaseoso.
Tres dimensiones tiene todo cuerpo: longitud, anchura y espesor.
Tres puntos determinan un plano.
Tres son las operaciones directas de la aritmética: suma, multiplicación y elevación a potencias.
Tres son las inversas: resta, división y extracción de raíces.
Regla de tres: que tiene por objeto la solución de todos los problemas en lo que se busca el cuarto término de una proporción conociendo los otros tres.
Tres clases hay de equilibrio: estable, inestable e indiferente.
Tres son las máquinas consideradas como primordiales: la palanca, el torno y el plano inclinado.
Tres son los géneros gramaticales: masculino, femenino y neutro.
Tres los números: singular, plural e independiente.
Tres son las partes de que está compuesto un silogismo: dos premisas y una conclusión.
Tres partes forman el cuerpo humano: cabeza, tronco y extremidades.
Tres partes constituyen nuestro sistema sanguíneo: corazón, arteria y venas.
Tres órganos esenciales aparecen en el rostro: ojos, nariz y boca.
Tres formas hay de respiración: pulmonar, bronquial y traqueal.
Tres clases de dientes tenemos: incisivos, caninos y molares.
Tres los Derechos del hombre y del ciudadano, consagrados por la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad.
Tres partes constituyen el continente americano: América del Norte, del Centro y del Sur.
Tres estados de un mismo insecto son: la larva, la crisálida y la mariposa.
Tres avisos da el matador antes de echarle el toro al corral.
Tres bemoles tienen todo aquello que nos molesta.
Tres pies se buscan al gato para acabar en bronca.
Tres B desea el que compra y ofrece siempre el que vende: bueno, bonito y barato.
Tres es el origen del tribunal, del trípode, del triángulo, el triunvirato, la trigonometría, el terno, el tercio y 333 palabras más.
El número 370.370.370, dividido entre tres da por cociente la siguiente cifra correlativa: 123.456.789.
Para multiplicar el número 142.857 por tres no es necesario más que trasladar el uno al final y, de esta manera, queda convertido en 428.571 que es el producto de dicha multiplicación.
En el lenguaje simbólico de los sueños el tres se considera siempre unido a la idea de la creación. Vinculado a la idea, de la de la unión del hombre y la mujer nace — el tercero — el hijo.
33 años vivió Jesús antes de que falleciera a las 3:00 p. m. Pedro lo negó tres veces.
La expresión «como tres y dos son cinco», indica la evidencia de una verdad.
El término «dar tres y raya» señala superar y aventajar en mucho.
Gisela Ortega es periodista – giselaoo@gmail.com