En entrevista exclusiva para El Diario desde su despacho, en Caracas, el presidente interino de Venezuela aseguró que es una “burla” para los venezolanos que el régimen de Nicolás Maduro busque que el país sea sede de la próxima Copa América.
El gobierno interino de Juan Guaidó ya maneja alternativas para lograr un proceso de transición hacia la democracia en caso de que falle la propuesta del Acuerdo de Salvación Nacional. Si bien el interinato está en vísperas de generar un equipo de negociadores -este podría incluir a representantes de la sociedad civil y otros sectores de la oposición-, el también presidente de la Asamblea Nacional electa en 2015 cree que hay incentivos para que, a diferencia de las anteriores, el proceso sea exitoso: hay más presión de la comunidad internacional.
En entrevista exclusiva para El Diario desde su despacho, en Caracas, Guaidó llamó a todos los dirigentes de la alternativa democrática a sumarse al Acuerdo de Salvación Nacional. La tarea no parece fácil. A pesar de las diferencias y solicitudes de renovación de liderazgos, cree que todos deben verse representados en el equipo negociador. Se refiere también a las fracturas dentro del chavismo: aunque existen, asevera que no hay una parte conservadora, liderada por Nicolás Maduro, y una radical, que representa Diosdado Cabello. “La dictadura es una sola. Todos han sido artífices de la crisis y de la tragedia de Venezuela”, ratifica.
Negociaciones y acuerdo
—Nicolás Maduro afirmó que usted será candidato a la gobernación de Miranda y que se reunirá con Freddy Guevara esta semana, en su representación. ¿Qué responde a eso?
—La dictadura siempre miente. Creo que la situación en Venezuela es lo suficientemente seria como para estar haciendo chistes en televisión nacional sobre refugiados, balseros venezolanos, náufragos. Sobre todo cuando lo que necesitamos, de manera urgente, son vacunas, comida, inversión internacional, generación de empleo, entre otras. Cualquier aspiración en Venezuela en este momento no solamente debe ser pospuesta, sino que debe ser puesta al servicio de lograr un Acuerdo de Salvación Nacional, condiciones, de reinsertarnos en el concierto internacional. Así que los chistecitos de un dictador sobre una crisis tan severa, y que no haya mencionado todavía la supuesta muerte de (Jesús) Santrich en nuestro territorio, habla del nivel de disociación que tiene su régimen con los problemas de los venezolanos. Esas son típicas tácticas distractoras para intentar sacarnos de lo central: vacunas, alimentos, la necesidad de un acuerdo, y unas elecciones libres y justas realmente en Venezuela.
—Usted explicó que la reunión que tuvo Freddy Guevara con Francisco Torrealba hace algunas semanas no fue en su nombre. Sin embargo, el diputado dijo que usted, al igual que Carlos Vecchio y Leopoldo López, sabían de esa conversación. ¿Cómo conciliar estas dos declaraciones? ¿Usted es quien autoriza este tipo de reuniones?
—Es como si fueras a reunirte con alguien y le pidas permiso al jefe. Probablemente informar, no es que vas a hablar en nombre del jefe. Esto es un ejemplo sencillo de lo que quiero decir. La reunión con cualquier miembro del oficialismo incluso está bien. Ahora, cuando hablo en mi nombre, es a nombre del Parlamento nacional, del gobierno encargado, de la plataforma y de la alianza unitaria. En su momento, designaremos a unos delegados de cara al proceso de acuerdo.
Las reuniones que tienen los dirigentes políticos en el país con cualquier miembro del régimen, son solo reuniones. Hablar en nombre del gobierno encargado, del Parlamento, de la futura delegación que vamos a nombrar, esas son cosas distintas. Ratifico, claro que estaba informado por el diputado Guevara. Y la intención es sencilla: promover el Acuerdo de Salvación Nacional en todos los niveles.
—¿Esa delegación lo representarEstablecer la imagen destacadaá a usted o es producto de otro acuerdo con sectores del G4 y de Henrique Capriles? ¿Está definido ya?
—Yo creo que nos tiene que representar a los venezolanos. No solamente al gobierno encargado, ni siquiera a la Asamblea Nacional. De la sociedad civil, de la plataforma unitaria, y ojalá todos los líderes de la alternativa democrática pongan su empeño para lograr el Acuerdo de Salvación Nacional. La representatividad, en mi caso, la da la Constitución. Pero también viene reforzada por una lucha en contra de una dictadura, por un reconocimiento de los venezolanos y de la comunidad internacional, en un momento atípico para los venezolanos y para el mundo.
—Es decir, ¿podríamos esperar que agrupaciones o representantes de la sociedad civil integren ese equipo de negociadores?
—Estamos buscando que sea lo más plural posible para precisamente facilitar un acuerdo. Y un acuerdo tiene que ver con construcción de consensos, con lograr una mejora en la situación que tenemos los venezolanos. Eso pasa por solucionar la crisis política, económica y humanitaria.
—Hablando de consensos, hace algunos días trascendió que dirigentes del gobierno interino o personas cercanas a usted se reunieron en Bogotá con otros opositores y emisarios de Estados Unidos para afinar estos detalles. ¿Es cierto eso? De ser así, ¿qué se acordó allí?
—Para nosotros es habitual. No es la primera, ya ha habido reuniones en el año. El día de ayer (24 de mayo), la delegación que fue ayer en nombre del gobierno encargado a Ecuador a la toma de posesión del presidente (Guillermo) Lasso se reunió con una delegación de muy alto nivel de Estados Unidos: la embajadora ante la ONU; el asesor en materia de seguridad para la Casa Blanca, Juan González; la subsecretaria de Estado encargada, entre otros. Es decir, para nosotros este tipo de reuniones son habituales. ¿En búsqueda de qué? De refuerzo en el mundo, de crear una plataforma internacional para hacer rendir cuentas al régimen, de garantías para quienes todavía sostienen al régimen y poder avanzar de cara a un acuerdo, poder fortalecer la asistencia de la emergencia humanitaria.
—El país ya ha pasado por varios procesos de negociación, ninguno de ellos con éxito. ¿Qué carta tiene Juan Guaidó para presentarle a Nicolás Maduro para que ellos acepten un acuerdo que acerque al país a un proceso democrático? ¿Por qué este no fracasaría?
—Varias cosas. Uno, estamos ante una dictadura. Es decir, la garantía de éxito ante una dictadura la da solamente la consistencia, la organización, la movilización. ¿Qué capacidades tenemos hoy para lograr empujar o forzar el Acuerdo de Salvación Nacional? Muchas. No solamente el reconocimiento internacional, la altísima presión que existe sobre el régimen de Maduro: no son solo las sanciones personales a violadores de derechos humanos y a corruptos, también el juicio en la Corte Penal Internacional que configura delitos de lesa humanidad, una orden de la DEA en el Caribe por la vinculación que tiene Maduro y su entorno en el narcotráfico, el amparo al terrorismo.
¿Una negociación es suficiente? Probablemente, si la vemos de manera aislada, no. Por eso hemos hablado de la necesaria presión internacional, la presión internacional. Generar, incluso, incentivos positivos, pero también la alternativa no lo hará el acuerdo. Es decir, ¿una negociación va a llegar a término, a lograr un acuerdo? Esperamos todos que sí. Venezuela lo necesita, urge. Pero si no llega, también tenemos alternativas.
—¿Cuáles son esas alternativas?
—La plataforma internacional de rendición de cuentas, el señalamiento ante la Corte Penal Internacional, incluso la responsabilidad de proteger, y cualquier otra opción. ¿Cuál es el gran tema con todas estas opciones? Que no dependen exclusivamente de los venezolanos. Dependen de decisiones de terceros o cuartos. En el caso de lograr empujar a un acuerdo, a través de una negociación, mediación o facilitación internacional, nosotros actuamos directamente en compañía de nuestros aliados.
Una negociación vista de manera aislada, es insuficiente para los venezolanos, aun con el riesgo y la utilización que sabemos le da la dictadura a cualquier proceso de negociación: distender cualquier presión internacional, intentar dividirnos y tratar de generar confusión. Por eso nosotros socialmente debemos enfocarnos en el objetivo de lograr un acuerdo que salve a los venezolanos, que lleve a elecciones libres y justas, entre otras cosas. Fíjense que diferencio mucho la palabra “acuerdo” de “negociación”. Una negociación, insisto, es insuficiente. Debe venir acompañada de todos estos factores que no son aislados.
—El Acuerdo de Salvación Nacional que usted propone contempla el retiro de algunas sanciones conforme al régimen cumpla con garantías. víctimas de violadores de derechos humanos han rechazado este punto por considerar que se juega con su dolor. ¿Qué le responde usted? ¿Contará con ellos en esa negociación?
—Yo estoy absolutamente de acuerdo. Los delitos de lesa humanidad no son amnistiables, por ejemplo. Eso no está, de ninguna manera, en juego. Tampoco la justicia, por cierto. Estamos hablando de recuperar la democracia en Venezuela, en reinstitucionalizar el país. La justicia tardía tampoco es justicia. Aquí de lo que estamos hablando precisamente es que las víctimas tengan justicia, de que sean resarcidos sus daños, que no haya repetición de crímenes horrorosos, dolorosos, que nos marcan como sociedad en el futuro. Estamos hablando de un Acuerdo de Salvación Nacional y la disposición de nuestros aliados al levantamiento progresivo de sanciones de cara a ese acuerdo. Eso implica a nuestros aliados. Entonces, para que los aliados estén dispuestos al levantamiento progresivo también debe tener confianza en lo que está sucediendo en Venezuela.
Dejo un mensaje a las víctimas, porque además todos hemos sido víctimas en una u otra medida de esta dictadura: estamos contemplando, por supuesto, todo lo que tiene que ver con la justicia. Hemos hablado de justicia transicional.
—Hay quienes hablan de dos sectores dentro del régimen. Uno, el de Maduro que supuestamente está más abierto a las negociaciones. Y otro, de Diosdado Cabello, que desecha esta posibilidad y es mucho más confrontativo. ¿Ve usted esta fractura dentro del chavismo?
—La dictadura es una sola. Algunos hacen de policías buenos y otros de policías malos. ¿Hay diferencias dentro del régimen? Sin duda alguna. Le agrego el factor militar en esa ecuación. Que hay intereses dentro del régimen y que hay disputas, no hay dudas. Pero no es cierto de que haya tal cosa como conservadores, moderados y radicales dentro de la dictadura. Están sancionados a nivel internacional. Por lo cual, llegar a un acuerdo con el régimen debe contemplar todos esos factores entre los cuales hay diferencias. Todos han sido artífices de la crisis y de la tragedia de Venezuela.
CNE y elecciones
—Usted no reconoce el nuevo Consejo Nacional Electoral que designó el chavismo con el apoyo del sector opositor que lidera Henrique Capriles. Pero en 2015 y los años sucesivos de la Asamblea Nacional, hubo la posibilidad de nombrar a un nuevo CNE. ¿Por qué no avanzaron en eso?
—La iniciativa más reciente fue hace un año. El comité de postulaciones estaba instalado y miembros de la dictadura se levantaron del comité y lo designaron, de manera unilateral, por un írrito TSJ. Este es el segundo CNE que impone la dictadura en menos de un año. Ya habían designado a uno que supuestamente iba a durar siete años. Pero sin razón o sin un argumento realmente sólido designaron a uno recientemente para el mismo objetivo: buscar confundir a la opinión pública, tratar de dividir a lo interno, buscar blanquear a una institución que hoy está secuestrada y tutelada por la dictadura. No logramos en ese momento designar a uno en ese momento precisamente por el secuestro de la dictadura al Parlamento nacional y hace un año se levantaron de manera intempestiva de un proceso que venía adelantado para designar a un árbitro creíble para todos.
—¿En la actualidad hay, entonces, otro mecanismo para designar a otro CNE?
—Acaban de designar al segundo en menos de un año. Es decir, esto no responde a un argumento jurídico, tiene que ver con una respuesta política, a un momento complejo incluso para la dictadura. Mucho menos va a acceder a algo que necesita toda Venezuela. Con lo cual, en este momento es parte de lo que deberíamos lograr en un acuerdo: un árbitro creíble y confiable por todos. Ahora, un árbitro independiente. Cinco rectores independientes, como establece la Constitución. Aquí no podemos seguir aconstumbrándonos a la tragedia, a la violación de las leyes. La Constitución habla de cinco rectores independientes, hablar de tres y dos rectores, es una distorsión incluso como sociedad. No podemos permitirlo.
Funcionamiento del gobierno interino
—Ya varios opositores han confirmado su participación en las elecciones regionales del 21 de noviembre, y otros parece que están en campaña, pero de manera concreta, ¿qué tiene hacer Juan Guaidó para que participen en unas elecciones con este CNE?
—De nuevo, nosotros no podemos perder de vista, no podemos tener poca memoria histórica. No estoy hablando de los últimos 200 años, sino de los últimos tres: 20 de mayo de 2018, 6 de diciembre de 2020. También unos supuestos opositores, entre comillas, participaron en esos proceso. Ni eran opositores ni generaron ningún tipo de cambio real en lo que era la crisis nacional.
Ahora, ¿necesitamos espacios de participación, de organización, de movilización, de poder expresar nuestro descontento con esta dictadura? Sin duda. Utilizamos la Consulta Popular, hemos utilizado marchas y protestas en años anteriores. Hemos utilizado también la no votación, por ejemplo, el no convalidar un fraude como el 20 de mayo o el 6 de diciembre. Son muchos los mecanismos. ¿Nos brinda ese espacio una posibilidad? Hay que analizarlo, porque no vamos a reconocer un árbitro ilegítimo, necesitamos espacios de participación. Entonces, hay que ver cómo, en este lamentable contexto, podemos enfrentar ese escenario.
—¿Qué pasará con los partidos políticos y dirigentes que apoyan al gobierno interino y a usted como presidente si deciden participar en las próximas elecciones?
—La decisión va a ser en conjunto, de cómo abordar el proceso de las regionales y municipales. Creo que las mejores herramientas que tenemos siguen siendo la organización y la unión. Es fundamental, por eso la dictadura invierte tanto en dividirnos, en potenciar una oposición a su medida. Entendiendo que estamos en una situación muy compleja y tenemos que tomar medidas. Así que, con respecto a las regionales y municipales, será una decisión que tomaremos en unidad, con dos premisas: una, que tiene que ser de cara a un acuerdo integral, que condicione para solucionar realmente. La segunda premisa es que se tiene que consolidar la unión, porque es una herramienta para enfrentar este régimen.
—¿Teme usted que, de no apoyar la participación en elecciones, ocurra una estampida de dirigentes y partidos que lo respaldan por ahora o cree que el presupuesto que se le asigna del gobierno interino al G4 condiciona la posición de los partidos?
—No hay ningún presupuesto como tal para partidos políticos en Venezuela. Lo que se ha aprobado al momento son 80 millones de dólares en febrero de 2020. Si no me equivoco, en febrero de 2020 se aprobaron, de los cuales se ejecutaron 63. Igual 83% de eso ha ido directamente a donación directa a la Cruz Roja y a la OPS, Héroes de la salud, Clan Madre María, entre otras cosas, y el resto en el funcionamiento operativo del Parlamento nacional. Recientemente se aprobaron 150 millones de dólares que están en proceso de control posterior. El control previo es en la Asamblea Nacional, aprobación de presupuestos, aprobación de Comisión de Finanzas, aprobación de la plenaria. Por la vulnerabilidad que tiene la República hoy está en proceso de aprobación ante la OFAC. Entonces no hay ningún tipo de condicionamiento de partidos políticos. De ninguna manera.
—¿Entonces para qué se usa el fondo para la liberación de la democracia y en qué consisten las zonas 1,2, 3,4 y 5?
—No se han usado. Eso es lo relevante de esto, que está recientemente aprobado por el Parlamento nacional y está en fase de aprobación de la licencia OFAC, y en todo caso eso está destinado a trabajo social.
—¿Cómo responde usted a las críticas que le han hecho desde Transparencia Venezuela sobre la rendición de cuentas del presupuesto de los años 2019 y 2020?
—El año pasado se rindió cuentas en julio. Creo que a todas las ONG hay que escucharlas, atenderlas. Son críticas constructivas, que hacen contrapeso al poder. Entonces, yo lo que creo es que hay que tener una gran responsabilidad ciudadana en la rendición de cuentas, atender a las críticas constructivas, como sociedad entender que estamos en una dictadura. Mucho de lo que estamos conversando deriva en ocasiones de mala información por parte de la dictadura. Nosotros debemos buscar mejores formas de comunicación, las mejores formas de rendición de cuentas, entendiendo cuáles son los espacios que tenemos de poder comunicar todo esto. Lo cual me hace reflexionar, mientras conversamos, que hay que buscar más aun mecanismos de ventilar y publicar todo esto.
—Finalmente el régimen pagó para obtener las vacunas a través del mecanismo Covax. El gobierno interino ya venía preparando la obtención de los recursos a través de la OFAC. ¿Qué pasará con ese dinero?
—Recientemente aprobamos un nuevo uso, porque estaban destinados a pagar el Covax directamente, y ahora están destinados para usarlos a través del Covax. ¿Cómo? A través de la Unicef y la OPS, para mejorar la cadena de frío y mejorar la distribución de las vacunas en Venezuela. Recordemos que Venezuela está atravesando una catástrofe humanitaria. Para importar las vacunas tuvimos que mejorar la cadena de frío, es decir, la infraestructura en Venezuela está destruida. No hay ni siquiera para soportar algo tan elemental como una cadena de frío y distribución de vacunas en un país como Venezuela, que tuvo en su momento no solamente los recursos más altos del continente, sino también un índice de desarrollo envidiable.
—En medio de esta situación sanitaria, además de la crisis de servicios públicos, el régimen de Maduro propuso a Venezuela para albergar la Copa América. ¿Qué opina usted como presidente interino de este planteamiento? ¿Cree que el torneo se debe celebrar en el país?
—Albergar eventos deportivos de alto calibre como una Copa América, un mundial, unas olimpiadas requiere un nivel de infraestructura, de bienes y servicios elementales. Pero voy más allá: todos los que van a atender a estas delegaciones, ¿van a estar vacunados? ¿Pueden combatir el covid-19? Por eso, ojalá que lleguen las vacunas a Venezuela a tiempo. No han llegado por la responsabilidad de la dictadura de bloquear a la de AstraZeneca. Entonces, el objetivo de la dictadura es tratar de normalizar la crisis. Esto ya es un insulto a los venezolanos y al sufrimiento de nuestra gente. Pero no podemos caer en acciones distractoras.
Es una burla a los cientos de médicos que han muerto en Venezuela, a los caminantes, a los muertos, náufragos, que han tratado de emigrar por mar hacia las islas del Caribe, a la situación de crisis de las empresas básicas. Puedo hacer una lista de 200 cosas de por qué la declaración de Maduro (sobre la Copa América) sería una burla haciendo ver que puede albergar un evento así. Ojalá que a futuro haya condiciones médicas a todo dar y que en condiciones de democracia podamos traer incluso eventos más grandes al país.
—Henrique Capriles dijo recientemente que la Administración de Donald Trump no significó nada para Venezuela y que solo le sirvió para ganar la elección en el estado de la Florida, ¿coincide usted con él?
—Yo creo que Venezuela y los venezolanos tenemos mucho que agradecerle a Estados Unidos. El respaldo de Estados Unidos ha sido bipartidista. Adicionalmente, la Administración del presidente Trump inició con el proceso de reconocimiento del gobierno encargado, así que yo creo que los venezolanos tenemos mucho que agradecer. Reconocer nuestra Constitución, de alguna manera fue hacer responsable a la dictadura de Maduro, una acción a favor de la democracia, así que esto tiene muchas variables de lo que significó el reconocimiento de la administración Trump, de Estados Unidos de manera bipartidista.
Vacunas
—Desde el régimen de Nicolás Maduro recientemente dijeron que el 90% de los médicos estaban vacunados y que esperan para los meses de agosto o septiembre que el 70% de la población esté vacunada, ¿cree usted que se cumplirá con ese objetivo?
—La Federación Médica Venezolana, Médicos Unidos, la asociación de enfermeras, es decir, distintos miembros de la salud, han desmentido estas cifras. Hemos visto cómo hay un mercado negro de vacunas en Venezuela, que probablemente es el único país de la Tierra en el que se están comercializando las vacunas, cuando en los principales países del mundo no solo es gratis la dosis, sino que están aupando a la gente para que puedan ponérsela en este momento. Así que, de nuevo, es mentir para tratar de arrancar algunos titulares a nivel internacional, para tratar de relativizar la crisis. Esto no podemos permitirlo los venezolanos y hemos hecho las denuncias en todo momento.
—¿Y usted ya se vacunó?
—Ojalá, pero preferiría que se vacunaran primero los adultos mayores, las enfermeras, todos los trabajadores del sector salud, los pacientes crónicos. Envío un mensaje de conciencia a todos los venezolanos: no alimentemos el mercado negro de vacunas, eso le quita la vacuna a un médico, a un abuelo, a un paciente crónico que necesita seguramente mucho más ese biológico que cualquiera de nosotros (de su edad).
—Su segunda hija, ¿nacerá en una Venezuela democrática –o al menos en una transición-, o bajo el mismo régimen que le ha tocado vivir a su primera hija?
—Y a mí. He luchado toda mi vida en contra de este régimen y estoy luchando precisamente para que mis dos hijas vivan en democracia, elijan, sueñen en crecer en su país, ejercer su profesión. Pero el reto es porque mi segunda hija nazca en libertad, en democracia, en transición.
Raúl C. y José Gregorio S.