Una institución sodomizada donde hombres y mujeres se entregan al desafuero moral, ético y legal en holocausto de las perversiones de un psicópata.
Ya hemos reiterado que cuando el psicópata está a la cabeza de las instituciones las corrompe y que entre uno de sus múltiples rasgos es su empeño por controlar todo para preservar y blindar su mundo de delitos. Y en ese afán se hace de una camarilla de súbditos o títeres que en realidad son serviles de este antisocial que generalmente los considera inferiores al él, pero que estos se sienten a gusto y hasta elogiados por ser tomados como “amigos” del Jefe delincuente quien los usa a su antojo para mantener ese control. Estos trabajadores que intelectualmente para el psicópata no constituyen amenaza se prestan para toda clase de vilezas y delitos y son pues la red interna que lleva y trae, pero no solo chismes e información que para el psicópata es estratégica en su mundo de control, sino que son los que llevan y traen bienes de toda naturaleza que hurtan y comercian y que pertenecen a la institución a través de cualquier vía o por mantener un negocio ilícito dentro de una actividad lícita. Bienes de la institución que hurtan, roban y comercian por orden y cuenta del psicópata y el chorro de dólares mal habidos para felicidad de ellos en función del giro de la institución. El desprestigio de la institución les vale nada, y la mayoría empieza a dejar ver sus rostros sin atisbos de vergüenza, se comienzan a dejar descubrir, porque se creen justificados en todo cuanto hacen delictivamente.
Todos hacen de suricatos aunque hay unos más entregados que otros y en función de sus estudios sus aportes son directamente proporcionales. Hay quienes son tan vulgares que prácticamente reptan para complacer a su anti líder el psicópata. Para entre otras cosas mantener el control que les permita conservar a salvo la corrupción.
Aunque haya gente formada académicamente de entre sus filas hay quienes no tienen dignidad y se someten a los caprichos de todo orden de este perverso psicópata violador de derechos humanos y sin empatía, rindiéndole pleitesía de tal modo que hasta se auto anulan y se niegan su propia valía en una entrega enfermiza de su propio yo, importándoles un bledo dejar enemigos en el camino.
En una institución así, el psicópata los tiene sodomizados, los hace serviles. Y como he mencionado en otra ocasión hasta los “cristianos de boca ” hacen apostasía con tal de satisfacer y quedar bien con el psicópata. ¿Es que acaso los trabajadores no se dan cuenta que este hombre corrupto, mentiroso crónico, e impulsivo los ha hecho unos delincuentes y ha logrado que se llenen de enemigos que seguramente en algún momento perfecto quedarán a la merced de la gente que han lastimado e irrespetado por orden y cuenta del psicópata? Hoy se escudan en el psicópata, y en el desorden de su personalidad y embriagados por la corrupción no se ubican en el futuro cuando las condiciones cambien.
Este depredador social, el psicópata, usa a esta camarilla de trabajadores súbditos para estar al corriente de cuanto sucede y acontece en la institución pero no para bien, sino para obtener provecho económico o de sumisión en tanto el control le permite manipularlo todo para la maldad.
Recuerdo una señora que trabajaba para este desadaptado social, que sentía una especie de orgasmo al estar al lado o hablar con el psicópata que se roba cuanto puede de la institución y se hace de dineros mediante negocios turbios. Hay cantidad de deformaciones mentales y de valores de personas que hacen justificaciones de conductas inmorales, anti éticas e ilegales de los psicópatas y siente placer al saberse aliados de un delincuente pues le halaban la impunidad que hasta ahora logra, pero en Eclesiastés 3. 1, leemos que «todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» y ahora se lucen y ríen impunemente, pero el juicio de Dios o de los hombres llegará. ,
Una institución sodomizada por un psicópata es una concha del crimen y todos los que lo permiten y alcahuetean son tan reos de delitos como el psicópata mismo. Pero pregúntense los que fungen de títeres del psicópata, hoy le rinden honores y pleitesía a un delincuente y se congracian con él en su mundo furtivo de crímenes y perversiones. ¿Qué cuento le van a echar a Dios cuando tengan que enfrentarlo en el día del juicio final? ¿O es que van a responderle con la jactancia y la prepotencia que han copiado de su antihéroe el psicópata?
El psicópata es un sádico consumado y se complace en constatar como trabajadores y trabajadoras de la institución le entregan su virtud, su valía, su dignidad porque el psicópata ha logrado barrenar sus psiquis, pero muy débiles han sido sus defensas morales y espirituales que se han dejado corromper sin mayor resistencia. ¿O es que acaso no había resistencia moral que romper antes de ser dominados por el psicópata porque ya sus conductas están dañadas y vienen así deformadas desde el hogar?
Todas estas personas que se han dejado convertir en títeres, marionetas o serviles del psicópata y que se han dejado sodomizar ética , moral y espiritualmente ; todos ellos están llenos de ínfulas como quien “quiere cagar más arriba del culo”, porque en ellos se ha enraizado la maldad del psicópata quien los maneja o manipula a su antojo y ellos se sienten el propio jefe psicópata que a lo que tenga la oportunidad se irá con la cabuya entre las patas y todos estos cómplices trabajadores quedarán enlodados hasta el cuello y serán los chivos expiatorios a lo que el largo brazo de la ley les alcance
Cuan peligrosos son los demonios disfrazados de Ángeles, son las que acechan con aparente inocuidad a las víctimas del psicópata y junto a él en silencio urden planes malévolos, planes que ofenden a Dios. Y convierten la empresa en un antro, en un mundo de maldad y corrupción a imagen y semejanza del psicópata que la dirige, de su macabra mente. Si ya de por sí el psicópata es malvado que se puede decir de quienes ejecutan sus órdenes sabiendo que este es un depredador social y hacen como él y por él indecentes actos de todo tipo especialmente en contra de sus víctimas y contra de los derechos humanos. Recuerden que la responsabilidad penal es personalísima, que todo cuanto el psicópata les mande a hacer solo ustedes son responsables ante la ley, ante los hombres y ante Dios. , así como el psicópata es responsable penalmente por sus acciones.
El psicópata se aprovecha de estar enconchado en una institución con un giro de actividades amparadas por la ley y desde allí comanda e instaura todo inimaginable acto de corrupción en tanto pueda tener a la empresa como una máquina de hacer dólares mal habidos. Es la pantalla perfecta.
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