Abraham Sequeda: ¿Existe realmente la banca en Venezuela?

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Privada o pública, la banca está conformada por todas las instituciones bancarias; es decir, los bancos, los cuales poseen funciones específicas y responsabilidades para poder llamarse de esa forma y constituirse como tales.

Existen diferentes tipos de bancos: bancos centrales, comerciales, de inversión, de consumo, hipotecarios, entre otros. Todos poseen las mismas funciones fundamentales de los bancos, aunque pueden especializarse en algunas de ellas. La mayoría de los bancos se concentran en el tipo comercial. Una definición de lo que significa un banco, es que se dedica a la intermediación financiera; por lo tanto, un banco debe canalizar los ahorros y dar seguridad de dichos depósitos, emite créditos y préstamos, servicios financieros, control de la masa monetaria, etc.

Tres requisitos son indispensables para la sobrevivencia de los bancos: un mínimo de capital pagado, estar y mantenerse en la cámara de compensación y un encaje legal; seguramente sus técnicos conocerán muy bien el tema. Esto último, hace recordar la crisis bancaria que se inició en 1992, donde precisamente por situaciones económicas nada parecidas a las actuales, en origen o en magnitud, el retiro masivo de fondos, la falta de liquidez de los bancos y la insolvencia en la cámara de compensación, llevó a la extinción de un tercio de las instituciones bancarias en el país con sus respectivas consecuencias.

Puesto que, es la intermediación financiera el corazón de un banco, ¿Cómo es posible la sobrevivencia de esas instituciones en Venezuela? La destrucción de la economía nacional, no es un asunto para tomar a la ligera y frente a este desastre, lo que le resta a la estructura que controla el poder, es hacer toda clase de maniobras en este particular; dos de ellas: la creación de una Cámara de Compensación Electrónica y otra que aparece en GO 41.244 del 26 de septiembre de 2017, según la cual se da una nueva definición para “Institución Bancaria” en el artículo 7 de dicha gaceta.

No existe situación más “rentable” para un banco, que aún sin cumplir con sus funciones, sin hacer nada, pueda incluso permanecer en una “cámara de compensación electrónica” a cambio de “beneficios”; en medio de una situación, de la más espantosa incluso para la vida humana en Venezuela, de su historia contemporánea.

Muestra de la más alta ineficiencia y parasitismo de la banca, consiste en carcomer a los emprendedores, comerciantes y pequeños empresarios, los cuales deben pagar un 20% sobre el monto de la transacción al banco de la cuenta afiliada a los puntos de venta. Pero lo más desagradable es la sumisión de esa banca a la estructura que controla el poder y las posibles causas de ese comportamiento.

Entendiendo que los bancos tienen funciones bien definidas en la economía, la historia ha demostrado que pueden poseer roles en ciertas circunstancias, y dejar de una vez por todas, simular situaciones de normalidad, pensando que todo pasará desapercibido; de esta forma, retrotrayéndose en el tiempo, bueno es hacer referencia a una operación crucial al inicio de la II Guerra Mundial, que consistió en la creación de una junta directiva del Banco de Noruega, designada por el Gobierno de Noruega que funcionaba en el exilio. Todos los recursos y reservas estaban a cargo de esa junta directiva, en una ciudad segura fuera de ese país.

En Venezuela, todo indica una condición de guerra. No existe un gobierno legítimo, ni dentro del territorio ni fuera; proclamado o electo, con autoridad para concentrar y administrar recursos. Lo que respecta a la banca, vale recordar a los directivos, tomando en cuenta la jerga bancaria, que “hacerse el loco” no dará buen saldo.

 

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