La doble fecha de las eliminatorias culminó con Brasil claramente el ganador, tras lograr dos victorias en igual número de partidos y así afianzar el liderato en la tabla de clasificación mundialista. Pero, para la selección de Brasil todo esto viene con un mal sabor de boca: la celebración de la Copa América en el país, donde hay 470.000 muertes producto de la pandemia del covid-19, y haber sido puestos en una situación de división política en la que bien pueden quedar como insensibles.
Al final, con la suspensión por 30 días de Rogerio Caboclo —el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, envuelto en un escándalo de abuso sexual y que estaba en una guerra con la selección por la celebración de la Copa América— los propios jugadores publicaron un comunicado tras el partido del martes contra Paraguay, en el que Brasil ganó 0-2. «Estamos en contra de la celebración de la Copa América, pero nunca diremos que no a la selección», fueron las últimas palabras de ese comunicado.
Brasil lleva seis victorias en los seis partidos que ha disputado. Con 18 puntos está a solo 10 de la marca de 28 puntos que es la que, por lo general, da un acceso directo al mundial.
Con este andar perfecto, y sin importar dónde se celebre la Copa América, la canarinha tendría que ser la favorita. Pero, con este ambiente enrarecido, y pese a que le ganaron a Ecuador y Paraguay en la doble fecha, Brasil encarará el inicio de la Copa América, el domingo 13 de junio, cuando juegue contra Venezuela.
Pero, si hay algo a favor de Brasil para este certamen, es el nivel de sus rivales. Empezando por nuestra Vinotinto, para luego jugar contra Perú, Colombia y Ecuador. De todas estas selecciones, la que está más cerca en la tabla de clasificación mundialista del líder es Ecuador, que está a nueve puntos.
Una vez que pase de la fase de grupos —de la cual pasan cuatro de cinco equipos por grupo—, el único rival que por el talento que acumula en su selección podría luchar con Brasil en un intercambio de golpes es Argentina. Pero la selección albiceleste no está jugando al mismo nivel que la brasileña. La tabla de clasificación no engaña, y Argentina está en el segundo lugar con 12 puntos —seis menos que el líder—, tras una doble fecha en la que consiguió dos puntos de seis posibles luego de dos empates contra Chile y Colombia.
Será una Copa América en la que muy seguramente quedarán de manifiesto las deficiencias de la gestión del deporte en el continente. Sobretodo cuando se considera que, en paralelo, ocurrirá la Eurocopa 2020 que fue aplazada para el año en curso al igual que el torneo sudamericano. Ya en el plano futbolístico se puede argumentar que la Euro será un mejor torneo que la Copa América, con las selecciones europeas amasando verdaderos arsenales de talento. Francia, Bélgica, Inglaterra, Alemania, Holanda, Portugal e Italia son equipos que, al verse nombre a nombre, se ve que hay mucha calidad. Cuando lleguen las rondas definitivas y salgan los equipos que no acumulan este talento seguramente será un torneo interesante.
Mientras, en la Copa América el verdadero reclamo al título lo tienen Brasil y Argentina y, en menor medida, Uruguay.
Pero ahora a esa desigualdad deportiva se le debe añadir una desigualdad provocada por la pandemia y por un cambio de sede de última hora. Mientras en Europa las sedes tendrán aficionados en los estadios —hasta un 30% de la capacidad de los recintos— en Sudamérica eso no será posible debido a los brotes y nuevas olas de infecciones. Será la cuarta Copa América en seis años, cuando lo normal es que se celebren cada cuatro años. ¿Era absolutamente necesario que se celebrara?
Gustavo Franco es periodista deportivo – @GusFrancoH