Joel Rodríguez Ramos: Optimismo

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Siento pesimismo en el ambiente, en el aire, en las conversaciones, en las miradas y hasta en la preparación de vacaciones. Por eso quiero hablar del optimismo. Acontecimientos que eran o que son, tan especiales para la vida de las personas, como la graduación de un hijo, el matrimonio, el nacimiento de un niño, etc., se están viviendo, en muchos casos, sin entusiasmo o sin el entusiasmo al que estábamos acostumbrados en Venezuela. Hay pesimismo, no se sabe qué va a pasar en el país y más aún, no se sabe qué va a pasar en el mundo. Dios nos ayude. La pandemia del Covid-19 nos tomó por sorpresa y ese desconcierto influye, lógicamente, en los demás acontecimientos. Venezuela tiene un agregado muy grave que es su situación política, social y económica.

Por convicción moral y como cristiano, estoy obligado a ser optimista y Venezuela tiene motivos para serlo, pero es necesario cambiar nuestra actitud y buscar un entendimiento entre el mayor número posible de venezolanos. Creo que el mundo nos quiere ayudar, pero es difícil ayudar un país tan dividido, lleno de corrupción y desamor. Cada quien, increíblemente, se quiere tomar como propia, la ayuda que venga de afuera, tanto los recursos y la gloria de esa ayuda. Y no deja de estar presente en unos la ambición de continuar en el poder (ya más de la mitad de lo que duró la república civil nacida el 23 de enero de 1958) y en otros aparece la descalificación de quienes han hecho grandes esfuerzos por resolver la crisis. Quienes hoy detentan el poder no han entendido que Venezuela es de todos, aunque lo repetían mucho, hay que recordarles que el bien de todos es el bien de la parte, ellos quieren sólo el bien de ellos, para su beneficio y el poder exclusivo en manos de ellos. Nunca piensan en la alternabilidad republicana. Es necesario, es bueno, alternarse en el poder, quien se aparta del poder, descansa y se renueva.

Estoy, a pesar de lo señalado, optimista por el futuro de Venezuela, por la juventud venezolana. Esa juventud no se ha amilanado, ha triunfado en varios países donde ha ido a buscar nuevos horizontes. Espero que regrese a Venezuela una vez superadas las dificultades de estos tiempos. Muchos echarán raíces en otras tierras, pero sé de la mayoría que quiere regresar, aman a Venezuela y viven con la esperanza de darle, por los dones que Dios les ha regalado, una mejor vida a nuestros compatriotas. La vida no está hecha para vivirla sin problemas, hay que solucionarlos y pasar por encima de ellos, pero todo eso requiere un gran esfuerzo, nuestra juventud tiene condiciones para superar y triunfar ante los problemas. Felicito al joven Juan Guaidó, por ese enorme esfuerzo, por ese empeño en darle a Venezuela un futuro mejor.

Deseo también condenar el atentado del régimen contra los hermanos Javier y Rafael Tarazona, Omar de Dios García y varios de los directores de la ONG FundaRedes. Alevosa y arbitraria detención. Volverán los tiempos en que cada quien pueda decir lo que crea conveniente, con la libertad garantizada por la Carta Magna. Finalmente advierto a mis amables lectores, cuyos mensajes siempre son estimulantes, que este es el último artículo que escribo por tiempo indefinido. Mi agradecimiento al diario El Impulso que tan generosamente, durante casi 20 años, me abrió sus páginas y luego este lugar Web tan importante. Gracias al recordado Dr. Juan Manuel Carmona, al amigo Lic. José Ángel Ocanto y a la Lic. Gisela Carmona, quienes me animaron a escribir en las páginas del querido diario El Impulso, y yo, con algo de temor, acepté. Gracias también a la Lic. Jéssica Oshiro, por su cordialísima atención y ayuda en los días que me correspondía escribir.

Volveré y seguiremos conversando.

 

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