En Venezuela se debe construir un movimiento político que tenga por fortaleza su fuerza moral y ética, que sea capaz de reconstruir su doble vertiente de discurso y acción, dirección y organización, para que su actividad se manifieste en forma de actos que deben ser conductas organizadas y, de esa manera, se reinserte en el quehacer ciudadano.
De esta manera, la política crea, organiza, dirige, propone, se opone en la dicotomía gobierno-oposición y busca el poder para realizar el pensamiento previamente comprometido con su base de apoyo.
Toda actividad política debe tener un objetivo, para lograrlo se requiere de la organización, en el caso de Venezuela, cuyo componente sea ciudadano y que esté más allá de los militantes, para que su sentido sea inclusivo. Toda acción sin organización no conduce a nada, toda acción sin objetivo previo se diluye.
El líder debe conducir a la sociedad a donde ella por sí sola no llegaría, por tanto, el líder y los dirigentes deben estar lo suficientemente preparados y actualizados sobre el curso de la humanidad, sus problemas y soluciones. Si usted escucha a un político y no le aprendió nada, por favor, no lo siga. Y así, vamos depurando la función política, hoy asumida por personas que desvirtúan su real esencia.
El ciudadano debe saber de qué vive el político y qué hace, así comprenderá si estamos en presencia de un empresario prestado a la política o, por el contrario, un político de pasantía que quiere llegar a ser empresario desde la actividad política.
Para ello, es indispensable que todo el que participe en la actividad política debe presentar de forma pública su declaración de bienes, si es funcionario público, presentar la declaración con la que llegó al cargo y la declaración con la que está saliendo. En estos tiempos en Venezuela, donde la corrupción es un fenómeno sistémico que permeó a todas las instancias sociales, es por lo que ya no se puede suponer la inocencia, y el caso de la honestidad se debe probar; con ello, nos diferenciamos bastante de aquellos a los que adversamos.
Propongo que la ONG Transparencia Venezuela abra un portal en su página web y por estados se publiquen esas declaraciones de bienes de todo el que aspire a seguir en la política, yo seré el primero en hacerlo cuando la página esté disponible.
La tarea más importante hoy es la organización desde la comunidad para enfrentar, como se está haciendo en muchas comunidades, la pretensión del chavismo de llenar las directivas de los consejos comunales sin elección, y luego la pretensión del Estado comunal.
El político que aparece de campaña en campaña, por favor deséchelo, ese busca es una oportunidad para llegar a un cargo, hurtando el título de político, actividad que debemos dignificar. Todo aquel que dijo que fue perseguido del gobierno y se fue al exterior, y ahora regresa a ser candidato, deséchelo, primero en razón que esas conductas desdibujan la figura del exilio político, lo degradan, existiendo tantas personas que realmente sí lo necesitan y no lo encuentran, y en segundo lugar, demuestra que si el régimen lo deja entrar, es porque no lo perseguía.
Sirva esta reflexión para reivindicar la lucha política que lleva adelante Javier Tarazona, con quien compartí trabajo de base en la organización y formación desde hace ya bastantes años, y hoy es prisionero del régimen por sus valientes denuncias, que el gobierno ni siquiera pudo responder.
Hoy somos solidarios con los presos políticos que no les dio tiempo ni de irse ni de pedir asilo político.
Les pido una bendición para todos los presos políticos de Venezuela.