Tan hermoso y azotado hoy dia
Lamentablemente se espera estar en situaciones límites para que los entes gubernamentales puedan medianamente, ejercer alguna acción ¿es posible evitar esta situación? Sí, si se toman las medidas preventivas pertinentes. En la zona dejaron de fumigar desde hace bastante tiempo. Siendo lugares endémicos, la fumigación debe ser constante al igual que, es una necesidad tener el tratamiento preventivo del paludismo. Son muchas las personas que acuden a diario a realizarse el examen de la gota gruesa y ya la preocupación comienza a apoderarse del personal especialista que toma la muestra puesto que, dada la cantidad de palúdicos, las pruebas se acabaron, al igual que el tratamiento. Es alarmante la cifra de contagio en el municipio; El Pueblo Necesita La Ayuda Pertinente, no pañitos de agua tibia, costumbre del gobierno durante muchos años para con su gente. En el pueblo el único centro de atención médico no cuenta con las condiciones para atender a la gente. Prácticamente se está a la “buena de Dios”.Cuantos pañitos de agua tibia hay que soportar de un estado al que se le escapó de las manos cualquier forma de gobierno. Nuevamente alzo mi voz, en apoyo a mi gente querida de Pedernales y las comunidades adyacentes que se encuentran a lo largo del alto Orinoco. Unido a la pandemia Covid que continúa haciendo estragos en nuestro país, las comunidades del estado Delta Amacuro se enfrentan a un brote fuerte de paludismo a tal punto que en la zona ya no cuentan con las pruebas para el diagnóstico del mismo.
Pedernales es una muestra de la realidad de nuestras poblaciones lejanas. Si hablamos de electricidad, es un problema que ya se viene arrastrando de tiempo atrás. Recordemos, el año pasado pasaron alrededor de diez meses sin luz. Después se hizo el intento de dar solución y como siempre las cosas a media, el pueblo recibe luz cuando hay gasoil, apenas cuatro horas diarias. La media: una semana con luz (cuatro horas, de 8:00pm a 1:00am) y otras dos sin luz por falta de combustible. En estos momentos, ya tienen varios días sin luz. Precios exorbitantes de los productos a los que no llega el bolsillo de la mayoría. Son muchos los que aún continúan cocinando a leña porque la escasez del gas ya se ha convertido en algo “natural”. La inseguridad, continúa siendo el pan de cada día para aquellos que se lanzan a buscar sustento a las ciudades más cercanas arriesgando sus vidas puesto que “los piratas del rio” siguen al acecho y no hay autoridad que repare en ello. ¡Qué contradicción, cuatro cuerpos de seguridad del estado venezolano en el municipio y esto sigue siendo un misterio!
Nuestros pueblos continúan siendo víctimas silenciadas, obligadas a resistir y subsistir en nuestra Venezuela doliente. No es indefensión, hay gente valiosa que trabaja día a día por llevarse el pan a la boca, pero la situación ya rebasó el vaso. El grito de auxilio continúa en pie.
Una hija de Pedernales