Lo denigrante que es para las mujeres echar gasolina en Maturín

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Patricia y Carolina contaron a El Pitazo que las irregularidades en la distribución de la gasolina subsidiada persisten. Los guardias, los policías y los revendedores siguen vendiendo cupos en dólares. Durante la semana radical, sólo se vende combustible en las estaciones premium

Patricia Gómez y Carolina Hernández son de esas mujeres venezolanas echadas pa’lante: son trabajadoras, guerreras y asumen los retos con valor. Coinciden en que pasar tres días o más en una cola para echar gasolina es denigrante, humillante. Aseguran que es una situación que irrespeta al género, pero que asumen por pura necesidad. Este 14 de julio contaron a El Pitazo las irregularidades que se siguen cometiendo en las colas por gasolina subsidiada.

“Orinar sobre un envase en el asiento trasero del carro es complicado, pero aprendí a hacerlo porque soy taxista y no siempre tengo dinero para comprar gasolina a precio internacional. La primera vez que lo hice lloré de rabia, pero cuando se es madre soltera se hace lo imposible por darle de comer a los hijos”, dijo Carolina.

Patricia es comerciante y tiene tres años trajinando para conseguir gasolina en Maturín, estado Monagas. Recuerda que el despacho de gasolina se agravó desde hace un año, cuando la gobernadora Yelitze Santaella cerró el paso entre las parroquias y prohibió la venta de gasolina durante las semanas de cuarentena radical debido al aumento de los casos del COVID-19.

“Las restricciones sólo han permitido que las mafias aumenten en las colas para echar gasolina en las estaciones de servicio subsidiadas. En esas gasolineras cada vez son más frecuentes los revendedores de puestos, así como los policías y los militares que permiten que se formen las colas paralelas, porque se lucran de ellas. En esas colas sobrevive el más pila”, explicó.

La comerciante asegura que en la estación de servicio que frecuenta hay un funcionario que anota en una lista a las personas que van a pagar por entrar. Recibe 10 dólares y ordena la fila paralela. “Pero en esa bomba también hay un policía y un grupo de guardias que cobran cinco dólares por meterte sin hacer tanta fila”, contó.

Por su parte, Carolina recordó que los cupos en todas las estaciones de servicio se venden desde octubre de 2020, cuando la gobernadora Santaella comenzó a sortear las bombas. “Siento que en ese momento le dieron poder a los militares y ellos no le respetan la cara a nadie. Te vejan sin importar que seas mujer”, expresó.

Sobre las fallas en el suministro de gasolina no hay explicaciones concretas y el levantamiento de algunas restricciones, como en marzo de 2021 cuando se permitió la venta en las estaciones premium sin importar el número de placa. La gobernadora ha insistido en que las sanciones económicas tienen la culpa. Pero los revendedores lo ofrecen hasta por dos dólares el litro y lo llevan hasta la puerta de la casa de cada cliente, afirmó Carolina.

“Si no tienes dinero para comprar gasolina revendida o un cupo, toca armarse de paciencia para ir a una cola. Tienes que llevarte una cava y comida. Pero además tienes que entender que si se accidenta el carro, debes empujarlo tú, porque en estos momentos son pocos los caballeros que hay”, afirmó Patricia.

Jesymar Añez – El Pitazo

 

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