Eligio Damas: Todes, todos y todas. Matando piojos en la AN, tan autoritaria como la RAE

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A. Me llamó sobremanera la atención saber, casi por accidente, que la AN, está sumamente ocupada, en un país de desocupados y más que eso desahuciados, en la discusión de un proyecto de Ley que llaman del lenguaje inclusivo.

En un mundo, no dije sociedad, dije mundo, donde por razones históricas, como del patriarcado mismo, donde según todas las religiones, lo existente lo creó un hombre. Y este hombre puso en la tierra a un hombre y de él, de una de sus costillas, creó a la mujer. Y para el viejo testamento, lo digo así con la sospecha que es inadecuado, pues en eso de religión poco conozco, salvo algo de la letra del “Padre nuestro” y el “Ave María”, como el himno nacional y El Alma llanera, asegura que lo hizo en siete días como decir a la carrera. El sistema solar es machista de bola a bola, tanto que el sol, el mandamàs de los alumbradores y dotadores de energía, es un mero macho y la luna, una delicada mujer que, sòlo refleja la luz que aquel le manda y hasta sin pagar tarifa, porque si no fuese asì, la cosa quedarìa en dudas. Dado que el hombre, según todas esas reglas, debe encargarse de llevar las cosas para alimentar la casa y la mujer ocuparse de lo adentro del hogar y mantenerse como en la oscuridad. La caja de las maldades la carga Pandora y Eva es la culpable de los pecados del hombre.

Siendo eso un modo de opresión y subestimación de la mujer, no obstante, una buena parte de ellas – dejo al lector haga su propia cuantificación – està feliz que asì sea, lo que no niega haya valientes, orgullosas y talentosas mujeres que piensan lo contrario y luchan por su liberación. Pero mientras estas se fuñen luchando para que se les valore como seres humanos en igualdad de condiciones con el hombre, porque tampoco se trata de irse al lado opuesto o pasarse de la raya, por ejemplo, en los medios, como la televisión, mujeres hacen todo lo contrario y se exhiben tal como si fuesen un producto más en venta para que se les tome en cuenta, exalte a la gloria y sobre todo se les garantice una generosa estimación. Por supuesto, en este caso, se resuelve el asunto atribuyéndole la culpa al mercantilismo, obviando que este puede ser manejado por hombres y mujeres, aunque en verdad su espíritu es machista. Y nada se hace, se le asume como lo “más natural del mundo”, dado que eso sería enfrentarse a fuerzas muy poderosas y con la idea que “cada quien hace con su capa un sayo”.

Sin acabar de entender el asunto y por haber oído a alguien hablar de “todes”, opté por averiguar los detalles y me enteré que, en la AN, se intenta promulgar una Ley para “imponer”, supongo debe ser en la comunicación oficial y a lo mejor hasta en la escuela, una manera de hablar cuando haya de usarse una forma neutra. Como que en lugar de decir “todas y todos”, el asunto se resuelva diciendo “todes”, lo que serìa en este caso el género neutro. Sería esta una forma de hablar, no producto de la creatividad de las relaciones humanas, de la aceptación y con las caricias de todos, sino como si se tratase de una obligación y función estatal. Y una señal de que aquí “mandamos nosotros”.

Pese eso, logré entender o de lo que me informé, sigo sin entender mucho del asunto. No sé exactamente como eso, en un país con tantas calamidades, tanto para hombres como para mujeres, pues estas a ellos y ellas o “elles”, no sé si esto será correcto, abaten por igual, como los bajos salarios, la falta de vacunas, la crisis alimentaria, sanitaria, etc., puede tomarse como un asunto emergente y hasta una obligación del Estado.

La Real Academia de la Lengua, que no es más que una institución autoritaria española que intenta imponernos una forma de hablar, la de España, no ha podido lograrlo a lo largo de los años. Y no ha podido, porque, así como se cambia de verdad la sociedad o la sociedad cambia, cambia la lengua y la forma de hablar. La lengua, como sus relaciones de distinta naturaleza, la crean los pueblos para comunicarse y es tanto así, que cada pueblo, grupo tiene su forma de hablar y su inventario de palabras. Lo que no niega que, los factores poderosos por distintos medios, traten de darle a esos cambios las formas y contenidos que más le convenga. Pero no es frecuente que, a los pueblos, el Estado, ni que saque la policía, los rolos y las ballenas a las calles, le imponga manera de hablar y comunicarse. Hasta las familias, tienen sus particulares e íntimas formas de comunicación.

Tanto es así que unos dos años atrás, la Real Academia de lengua dictó una serie de resoluciones, una de las cuales era prohibir el uso de la letra “Y” (la que llamamos i griega) como enlace, como por ejemplo al decir, “La mujer y el hombre se fueron al campo a comer una manzana”. En aquel momento escribí que eso aparte de ser un abuso e imposición, era una ridiculez porque a eso nadie le pararía y que, en mi caso particular, jamás lo haría salvo que el pueblo, los hablantes, lo asumiesen. Después de tanto tiempo, ni siquiera la Academia misma le hace caso a esa su decisión. Porque la lengua la transforman los usuarios, los pueblos, a su gusto, conveniencia e interés; porque ese es un mecanismo creado por ellos para que le sea útil, en toda circunstancia.

Buscando información sobre el asunto, hallo una nota, en la cual, el máximo directivo de RAE, casualmente de visita en Cuba, una cosa curiosa, por cierto, ha declarado que “si el llamado lenguaje inclusivo -por ejemplo, escribir o decir “todes” en vez de “todos” o “todas”- se impone entre los hispanohablantes, la RAE no tendrá más remedio que asimilarlo, pero aseguró que por ahora se trata de una extravagancia que no facilita la comunicación.” https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/rae-palomeara-el-termino-todes-si-se-vuelve-de-uso-comun-en-los-hispanohablantes/

Si alguna vez, la RAE ha sido sensata y respetuosa con los pueblos y su forma de hablar, es esta; pues habla de no imponer, lo que ella a siempre ha intentado, y además sostiene, casi a manera de un llamado a respetar el derecho de los pueblos a crear su lengua e ir modificándola a su conveniencia, como tantas cosas que, si eso “se impone entre los hispano hablantes, la RAE no tendrá más remedio que asimilarlo”.

Y es curioso, que lo que antes ha intentado hacernos la RAE, algo así como el imperialismo o la gran dictadura en nuestra lengua, ante la cual los pueblos diariamente se sublevan y crean sus propias formas de hablarse e ignoran lo que ella quiera imponer, como lo que he referido de la “Y”, ahora es el Estado venezolano, dándole la razón a quienes le acusan de dictador y autoritario, quien asume el rol de aquel.

Los papeles se han cambiado. En la historia de la lengua, los pueblos han tenido, por el uso persistente, que obligar a la RAE, hasta demasiado traídamente, tanto que todavía hay palabras de uso cotidiano entre los venezolanos que el diccionario de aquella no recoge ni admite como valederas, porque ella ha querido imponernos una forma de hablar, una tendencia derivada del eurocentrismo y la colonización. Nuestras formas de hablar, palabras, tarda en reconocerlas y hasta nunca lo hace cuando puede por puro atavismo. Pero ahora, curiosamente, en Venezuela, al parecer copiándolo de otro espacio, el Estado, en lugar de esperar que la costumbre, la naturaleza de las relaciones humanas, de la comunicación y el relativo a la creación del lenguaje, determinen las formas de hablar, trata al estilo tradicional de la REA, imponernos una forma de hablar.

Cuando escuché al presidente de la AN usar la palabra “todes”, estando al lado de mi compañera, siendo ambos viejos educadores, nos asombramos por el intento de oficializar el uso de una expresión que sencillamente no usan los venezolanos. No se trata de discutir si eso es bueno o no para liberar a la mujer, porque si así fuese, no dudaría en apoyarlo, sino del asunto, cómo el Estado, toma una palabra que todavía nos es totalmente ajena, quizás usada en otros espacios, donde eso pudiera tener validez, y trata de imponérnosla a través de una ley.

El lenguaje, la forma de hablar la elaboran los pueblos y las instituciones inherentes a ese asunto, se limitar a aquello recoger y formalizan para unificar. Pero parece como muy extraño, sugerente y apetitoso, para quienes hablan de dictadura, que el Estado intente imponernos la forma de hablar nuestra lengua.

Y todo eso, hasta de manera infantil, se cobija bajo la idea que se trata de una conquista en favor de las mujeres, mientras estas en verdad claman por cosas emergentes, el feminicidio, las necesidades que padecen como alimentación, por sus hijos, por el abuso que, en fábricas y hasta en las instituciones del Estado, se comete con ellas, pagándoles salarios de miseria, mientras los organismos que eso pudieran evitar nada hacen.

Todo esto hasta pudiera resultar inoficioso, y a la AN, irle como a la RAE con el intento de defenestrar la Y; que nadie le pare, más tratándose de la imposición de una figura ajena; no ha nacida del vientre venezolano. A menos que, tratándose de Ley, disposición coercitiva estatal, la impongan a rajatablas en la comunicación oficial, pero el venezolano, en la cotidianidad, la ignore.

Por lo visto, la AN, ante tantas calamidades, reclamos, insatisfacciones y sobre todos sabiendo que sobre ella está la mirada de la gente, opta por perder el tiempo en asuntos que no son de su incumbencia y menos de urgencia del colectivo, “amarrando la perra” o matando inexistentes piojos en cabeza propia y de los muchachos y muchachas, de “todes”, los que tenga a su alcance.

 

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