La sucursal del cielo y de los techos rojos cumple 454 años de fundada el próximo 25 de julio. En medio de la pandemia y de servicios públicos ausentes o deficientes, sus habitantes piden a los gobernantes mayor atención a las necesidades de la capital.
La llamada sucursal del cielo y de los techos rojos es hoy una ciudad convulsa, insegura, con servicios públicos deficientes y confinada debido a la pandemia. Como regalo por su aniversario 454, a “celebrarse” el próximo 25 de julio, los habitantes de Santiago de León de Caracas claman por atención a sus problemas.
La falta parcial o total de los servicios básicos como agua, transporte público, aseo urbano, telecomunicaciones y electricidad generan un contexto poco alentador para los caraqueños en las parroquias, quienes, pese a todo, siguen trabajando en la adversidad que supone vivir en un espacio tan hostil.
Luis Sojo, habitante de La Pastora, una de las parroquias más emblemáticas y antiguas de Caracas, describe cómo ve la capital.
Digan lo que digan, lo mejor de Caracas es su clima y su montaña mágica, el cerro El Ávila. Para mí, lo malo de Caracas es que no ha contado con alcaldes ni concejales comprometidos y que de verdad sientan la ciudad como suya y allí es donde está el abandono en el que hoy se encuentra”.
Caracas para vivir
Derribar la creencia internalizada de que en Caracas ya no se puede vivir es una tarea que el catiense, José Ibarra, docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central Venezuela, asume a diario:
Formando desde hace un par de años a través de talleres de carácter social, las comunidades han aprendido a recuperar sus espacios públicos, reciben instrucción en primeros auxilios, de capacitación en diferentes oficios, etc. Ese es un ejemplo de que Caracas se levanta ante los obstáculos y sus parroquianos así me lo han demostrado cuando trabajo junto a ellos”.
Por más que el entusiasmo hacia Caracas siga intacto para muchos caraqueños, la inseguridad y la pandemia son una realidad que se ha vuelto el gran obstáculo para vivir la ciudad, especialmente en las noches.
A Isabelina Rodríguez, vecina de Catia, le gusta trotar por el parque del Oeste, ver tiendas y revisar precios cuando va a comprar, visitar a familiares en La Vega o Antímano los fines de semana; pero desde que llegó la pandemia está confinada, cerca de su vivienda compra sus alimentos y en la semana flexible realiza trabajos en la oficina. Ella se une al clamor colectivo por rescatar la ciudad en su aniversario 454:
Es muy triste estar en la casa, pero hay que hacerlo para evitar el coronavirus. Caracas tiene cosas buenas como El Ávila, el Metro, sus parques, plazas, centros comerciales; y cosas malas como servicios públicos pésimos, inseguridad, malas autoridades. Nuestra ciudad necesita mayor atención”.
Cronista Popular – Crónica Uno
Caracas la capital de Venezuela
Desde el siglo XIX es considerada el centro del poder político y económico de Venezuela. Se encuentra ubicada en la zona centro-norte costera del país, a 12 km de la costa del mar Caribe y se sitúa dentro de un valle montañoso. Aunque se sitúa próxima a la costa, la ciudad se ubica a casi 900 metros de altitud, separada del Litoral central de Vargas, por la Cordillera de la Costa y que, a su paso por el núcleo urbano, se constituye como el Parque nacional El Ávila. La autopista Caracas-La Guaira, sirve como principal vía de comunicación entre la ciudad y el estado costero de La Guaira, así como al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía y al puerto de La Guaira, el segundo puerto del país.8
Caracas fue fundada el 25 de julio de 1567 bajo el nombre de Santiago León de Caracas por Diego de Losada, luego de los intentos fallidos de Francisco Fajardo.