Nelson Morán: El 21-N y la participación estratégica

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La situación país  cada día se torna más complicada; Los actores sociopolíticos son diversos y contrapuestos en extremo, vistos en sus especificidades se poden observar coincidencias múltiples y variadas,  a saber: Coincidencias en los extremos, el todo o la nada. Coincidencias en los términos medios, hablar de democracia sin hacerla. Coincidencias en las no coincidencias, buscar acuerdos y alianzas que otorguen ventajas, con ofrecimientos e incumplimientos, ganar tiempo, para el régimen, y desesperanza para los otros; templanza y firmeza en contraparte es la respuesta necesaria. Pero nada de nada, los resultados de las conversaciones-negociaciones no se ven, y el tiempo pasa a convertirse en el peor enemigo de los encargados o interinos.

Promesas,  posturas, revisiones y rectificaciones se observan en un panorama político electoral  dinámico, donde la maquinaria del régimen, con sus soportes y aliados de todas partes no cesa en su accionar para mantener ocupados a todos en cosas que no lo perjudiquen y así continuar y mantenerse en la posición que, aún,  pretenden hacer que el pueblo acepte.

El grupo del Polo Patriótico (PP), quien mantiene el poder del Estado Venezolano,  inventa miles de cosas y promete hasta lo imposible; tiene tiempo hablando de diálogos, pero termina sin cumplir lo prometido y acusa al contrario de lo hecho. Ahora andan con el tema de un nuevo diálogo en México, donde dicen que las oposiciones asistirán, y de ahí saldrá firmado un documento pidiendo todo lo que ellos, el régimen, quieren.

Paralelamente, algunos de los representantes de las administraciones ad hoc que designó el “TSJ” a algunas y bastantes organizaciones políticas, han salido a convalidar o repetir lo dicho por el vocero del régimen-PP; lo que lleva a pensar en teatro y marionetas.

Otro sector opositor conocido como “la mesita” (dicho de la mejor manera) guarda distancia prudencial y asoma algunas críticas,  mantiene una postura buscando diferenciarse en algo de los demás, andan tratando de encontrar su punto de apoyo para mover la situación; y en ese camino viene asomando candidatos, está en el trabajo electoral y muestra preocupación; aquí no se sabe que puede pasar, pero quieren tener peso propio o recuperarlo.

El otro factor de la oposición; el gran dolor de cabeza del régimen y del PP, y que también ocupa a las otras oposiciones; el otro gobierno, encargado o interino, emanado de la AN 2015 sostiene su planteamiento político de elecciones presidenciales, y sus válidas razones tiene y argumenta.

Los dos gobiernos,  a despecho de muchos; el “gobierno encargado” y el “gobierno constitucional” están enfrentados en la lucha por el poder del Estado, los otros factores políticos están en el medio y deben cuidarse mucho de las “balas perdidas”.

En todo esto, lo cierto es que el país requiere de un dialogo serio, responsable y creíble, donde lo conversado se traduzca en negociaciones con fuerza de valor y garantía de fiel cumplimiento,  esa es una verdad, verdadera que nadie osa negar, los garantes y promotores de dicho diálogo deben y tienen que buscar las condiciones idóneas para que ello sea realidad.

En ese andar, el régimen rompe la mesa de conversaciones, la patea, y seguidamente  dice que seguirán conversando; al parecer algo están tramando, e igualmente se asoma que algo está pasando en el país, se observa cierto nerviosismo y conductas dubitativas de sus representantes, sus personeros, tratan de no aparecer mucho en sitios de presencia popular, esa idea está a la vista y es la que venden. Expresamente se verá.

En la gente del gobierno encargado se dan vaivenes,  algunos de sus cuadros juegan posición adelantada y se lanzan al ruedo electoral. Planificado. ¿Lo sabrán?

Lo que parece ser muy cierto es que la participación es más que posible, segura, y algunos anuncios abstencionistas entrarán en revisión, alguien dijo rectificar es de sabios; así como dijeron que solo los idiotas no rectifican. En política la última palabra se representa en hechos concretos.

La mesa electoral está servida, el 21 de noviembre de este año 2021 se darán las elecciones regionales, hasta ahora todo indica que será así, participantes hay, y otros por decidir.

Bien, en éste estado de cosas puede suceder de todo.

En un escenario ejemplificador e ilustrativo; los actores políticos saben de la planificación estratégica, del arte de la planificación y de las estrategias en particular, de sus bondades  y utilidad, conocen sobradamente que es un instrumento muy útil para lograr alcanzar lo propuesto; siendo esto así, y dando por hecho que el bloque que integran el gobierno encargado manifieste su decisión de participar, aplicando estrategias participativas. Qué podría pasar? Principalmente se crearía una nueva visión de la situación, prospectiva; todo lo establecido entraría no en un caos necesariamente, pero si en “cierta” crisis, donde los planes iniciales de algunos sectores entrarían a estar en riesgo cierto y todo dependerá de su accionar; los sectores opositores con acuerdos con el régimen o con posturas cercanas, tendrían que asumir posiciones firmes, que podrían incidir en lo que puede suceder.

Eso es clave, ya que el llamado seria a la unidad, lo más amplia posible,  pues ello es  garantía del triunfo; está unidad englobaría a todos los sectores o factores opositores y materializaría los llamados a la unidad que todos proclaman por separado, aquí se acabarían las cartas y las caretas caerían, se sabría quién es quién. Y dependiendo de su accionar, podrían considerarse estar en entredicho o entre dicho, lo que al final deviene en lo mismo.

Indudablemente en dicha estrategia unitaria ningún factor quedaría por fuera y, guste o no, se tienen que repartir o establecer cuotas con ciertas y seguras garantías de triunfo. Ésta en juego el futuro de todos, del país. Luego vendrán tiempos de recomposición interna.

Ahora bien,  consideremos que  en el peor de los casos no se logra el acuerdo de incluir las presidenciales, legislativas y se obtiene un poco menos de la mitad de los cargos, ahí viene a estar el problema, el punto de inflexión; que bien podría ser la oportunidad esperada por todos.

La oposición no puede ir a esperar los resultados en casas aisladas,  debe estar en la calle, dispuesta a defender sus triunfos y a denunciar lo más mínimo. Eso puede generar un proceso indetenible que conlleve a elecciones generales y al cambio.

La estrategia puede consistir en no ceder un ápice de lo que por derecho del voto popular le corresponde y debe defenderlo férreamente hasta lograr vencer.

Con la convicción de la derrota segura del PP, la participación seguramente será masiva y aplastante, en consecuencia no se puede defraudar al pueblo participante ni a quienes esperan que se haga algo, la unidad opositora debe dar el todo por materializar la esperanza, y la denuncia y protesta vienen a ser sus instrumentos de lucha, la protesta y defensa de los triunfos vienen a ser la mecha que podría disparar la gran manifestación de cambio político social; éstas elecciones pasan a ocupar lugar privilegiado en lo que se debe hacer para alcanzar el país que queremos.

Participar en las elecciones del 21-N, puede ser la opción para iniciar  la materialización real de la esperanza popular, el comienzo del fin.

Cabe preguntarse: Participar para qué? Participar por participar y lograr algunas victorias no tiene ningún sentido. Hacerlo en base a un reparto de cargos con el PP y de paso validar al régimen, es peor.

Participar creyendo y convencido del triunfo, obviando la realidad es un sin sentido. Hacerlo, con optimismo y visos de ingenuidad política, confiando en quien controla las instituciones del país,  y asumiendo que estas elecciones serán transparentes y democráticas es la mayor de las locuras.

Participar conscientes de la situación asimétrica, favorable al PP y con una estrategia participativa de denuncias y defensa de los derechos del pueblo, puede contribuir a crear el clima propicio para el despertar popular y lograr materializar las esperanzas populares, reconstruir el país que queremos, el cambio político en beneficio de los Venezolanos, conquistar el poder para ponerlo al servicio de los ciudadanos.

El hecho de participar en unas elecciones donde el régimen tiene el control absoluto de todo, no es entregarse  ni validar dicho régimen, debe ser todo lo contrario, participar con la denuncia y la lucha por el respeto a la voluntad ciudadana, necesariamente otorgará la conducción de las luchas populares, y estar orientando las luchas del pueblo permitirá conducirlo a la Victoria. Eso es parte de la estrategia participativa, participar para incentivar la lucha popular y lograr el cambio necesario para beneficio del colectivo social.

De todos depende, y de la vanguardia necesaria.

¡Vamos pues!

@neamog

 

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