Cuando era estudiante universitaria de ciencias políticas también me interesaba la nutrición pero nunca tuve el valor de cambiar de carrera para ser nutricionista. Los años pasaron y tuve muchos trabajos pero siempre tuve la idea de entrar al campo de la nutrición. A partir de 2015 empecé a asumir la nutrición como forma de vida adicional a mi carrera . A raíz de la pandemia, cambié el rumbo y decidí seguir mi pasión. Hoy en día, soy Coach Nutricional y asisto a las personas para que desarrollen y potencien hábitos alimenticios para mejorar su salud.
Gracias a la situación en la que vivimos actualmente muchas personas han recurrido a la comida como mecanismo de supervivencia. Entendiendo este mecanismo como un precepto psicológico. Por esto comenzamos a alimentarnos de manera emocional. Es decir, comemos por ansiedad, tristeza y aburrimiento. Lo que crea una relación negativa y de dependencia con la comida, la cual comenzamos a ver como una recompensa.
Para combatir lo anterior una de las técnicas más efectivas que recomiendo es la alimentación consciente. La cual se centra en fomentar en nosotros y los demás, la autocompasión y la intención a la hora de comer. Llevar una relación sana con la comida depende de una serie de prácticas alimenticias que vamos desarrollando desde la infancia y que mejoraremos durante toda nuestra vida.
La solución de la que hablo se conoce como alimentación consciente o mindful eating. En general se trata de estar presente en el momento y tomar decisiones en el proceso de alimentarnos. Se busca involucrar al paciente 100% en el ciclo de alimentación, desde la preparación de alimentos hasta lograr una consciencia sobre sus pensamientos y conductas con respecto a lo que come. De esa manera desarrollamos también la capacidad de escuchar las señales de saciedad y hambre de nuestro cuerpo.
Sin embargo, es esencial aprender a llevar una dieta balanceada de manera que podamos hacer uso correcto de esta práctica. Si comprendemos por qué debemos alimentarnos en balance (preferir vegetales sobre dulces o comer lentamente , llevando una vida activa) seremos capaces de desarrollar estos hábitos e integrarlos a nuestra rutina .
Alimentarnos conscientemente también significa que respetamos nuestro cuerpo y que practicamos autocompasión en vez de autocrítica. La alimentación consciente se opone a muchas de las prácticas tradicionales en nutrición y el mundo del fitness . Tales como prescribir dietas y/o regímenes alimenticios sin involucrar al paciente en el proceso de alimentación y al mito de que existe una dieta ideal para todos.
Aprender a alimentarnos en balance es un proceso largo pero beneficioso que puede mejorar nuestra salud física y mental. En la próxima entrega discutiremos los principios que nos permitirán adaptar nuestra manera de comer a los de la alimentación consciente.
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