Ellos mandan hoy ¡Porque tú le obedeces! Albert Camus.
Durante al año 2007, una campaña publicitaria basada en la pobreza de lenguaje y en la argumentación simple venía a decretar que en Venezuela se fortalecería el signo monetario con el surgimiento del entonces bolívar fuerte, un nuevo cono monetario que le eliminaba tres ceros a la moneda, por once años esa denominación impuesta por Chávez se mantuvo, pero fue incapaz de generar estabilidad y la inflación se mantuvo controlada, bajo el imperio de los altos precios del petróleo, reconvertíamos la moneda por primera vez en el país, y el proceso se fundamentaba como ya lo mencioné anteriormente, en un proceso de reduccionismos, verdades a medias y abordaje pobre de los temas económicos, sin embargo, existió una familia monetaria y una coexistencia con el anterior cono monetario hasta el agotamiento absoluto del mismo, los datos de la inflación fueron de dos dígitos hasta 2014, como lo muestra la tabla adjunta:
Fuente BCV
Se aprecia la conducta del indicador de precios hasta 2009, con una inflación acotada alrededor del 30%, en 2010 la inflación se expande hasta un 68,% y luego se corrige en el bienio 2011-2012, para remontarse en torno a los 50%, a la muerte de Hugo Chávez se comienza a verificar el efecto de la caída de los precios del petróleo y desde luego la contracción de la actividad económica y el empleo de la liquidez como fuente de financiamiento y soporte del gasto público se trocan en una práctica común adoptada por el régimen de Maduro, quién hereda desde Chávez a un Banco Central expoliado de independencia y autonomía, razón principal de esta antigualla hiperinflacionaria.
La gran tarea pendiente del régimen de Maduro fue, es y será la economía, es así como con absoluta audacia imprimida desde la ignorancia se pretendieron toda suerte de recetas atávicas y anacrónicas, hasta el lugar común de idear un enemigo externo, la idea de una “guerra económica” y la onírica pretensión de acudir a la guerra en los planos de la economía, luchar contra una ciencia es una pretensión tan alucinante como la que tuviera Cayo Calígula, de declarar la guerra al mar.
“Es la economía”, lacélebre frase de James Carville, asesor de campaña de Bill Clinton, ha marcado la era del chavismo y los casi ocho años del horror madurista, no existe complot ni planes desestabilizadores, sino la concentración de los errores de la planificación centralizada impuesta por el chavismo, bajo la batuta del economista autodidacta Giordani, imposición que ha supuesto la eclosión de una larga hiperinflación que de manera violenta ha desplazado al bolívar como unidad monetaria y nos defenestra hacia la desigualdad y la injusticia social, Semejante contradicción califica al chavismo como una estafa hueca, como un atavismo socialista incompatible con el cálculo económico, con el bienestar y la dignidad, las cifras de contracción de la actividad económica ostentadas por Venezuela, dan cuenta de que la revolución es una sumatoria de errores y horrores, es justamente en 2017, después del fracaso de SICAD, SIMADI y un intento de subastas tipo Vickey, aunado al empleo exprofeso del BCV como financiador del gasto público, particularmente como financista de PDVSA, cuando estalla el bucle de hiperinflación en el mes de noviembre de ese 2017.
Es así como Maduro y su “equipo económico” deciden darle la espalda a las leyes de la lógica económica, imponer un festín fiscal y un abandono de la política monetaria que siguiera impulsando la espiral de hiperinflación, desde toma de inventarios hasta el decreto de ley de precios justos en el marco de un Estado de excepción económica, reeditado de las praxis propias de Carl Schmitt, desde 2017 hasta la fecha hemos transitado por 45 meses en hiperinflación, aunado a una caída libre del aparato productivo cercano al 80%, los datos de la inflación desde 2017, al corte de 2021 dan cuenta de esta realidad.
Fuente BCV
El 18 de agosto de 2018 son decretadas las medidas de recuperación y reimpulso de la economía, desde luego los regímenes comunistas tienen un especial gusto por los nombres extravagantes y por planes sin sentido, por lo que se decide crear una unidad de cuenta llamada Petro, misma que es violatoria de la constitución y de la ley de hidrocarburos, además no es una criptomoneda, pues no existe en el ecosistema propio de estos instrumentos financieros, mas allá de esto, contraria los preceptos básicos de descentralización y respaldo en confianza de estos activos disruptivos, pero que en la frenética Venezuela de Maduro, se convertiría en un ancla al bolívar reconvertido y al salario, el patrón de cálculo de esta suerte de emisión de deuda publica era el precio del barril de petróleo por el tipo de cambio, el salario estaría atado a medio Petro y el nuevo bolívar el “bolívar soberano”, contaría con cinco ceros menos, imprimiendo mayor entropía a la moneda, es también este año en el cual se lanza el “Plan de la Patria” y se complementan las nóminas de los trabajadores públicos y privados, comenzando así el festín de la entropía fiscal y favoreciendo el pico de inflación de 130,060%, el nuevo bolívar no soportaría las presiones de la hiperinflación y en 2020 es desplazado de la escena nacional, pierde valor, se le suprimen sus cualidades de reserva de valor, unidad de cuenta y medio de pago.
La moneda de los Estados Unidos circula en el país en una proporción de 2.500 millones de dólares, la masa monetaria de billetes y monedas manejadas por el Banco Central dan cuenta de una preocupante realidad: el total de billetes y monedas en poder del público es de 105,2 billones de bolívares unos 26 mil millones de dólares, esta realidad se explana para que el lector comprenda los inconvenientes físicos para conseguir efectivo, en promedio cada venezolano dispone en efectivo de algo más de tres millones de bolívares, unos 0,80 céntimos de dólar.
Fuente BCV.
Una economía expoliada de cajeros automáticos, pues de 10.000 que poseíamos pasamos a disponer de menos de 5.762, aunque solo funcionan 288, este dato ofrecido por FETRABANCA, indica la miniaturización del sector bancario, igual pasa con más de 7400 agencias bancarias, ahora sólo contamos con 3700, una caída del 50%. Será esta industria bancaria la encargada de hacer viable un proceso de digitalización para el bolívar, pues este adjetivo se desprende de la cualidad de esta moneda para efectuar trasferencias inmediatas, pues su empleo virtual se viene dando desde 2016, cuando la economía se desmonetizó, así dan cuanta las exiguas cifras de billetes en poder del publico ofrecidas por el BCV.
Fuente BCV.
Como ya es costumbre, se anuncia una reincidencia en el error, una tara a la Sísifo, y se acude a una nueva reconversión que le suprime seis ceros al bolívar, adjudicándole el calificativo de digital; llama la atención que en el comunicado difundido por el ministerio de información se indica que este proceso favorecerá la digitalización de la economía, mejorará las transacciones y los registros contables de forma, sin evaluar las distorsiones que de fondo generaría esta reconversión en las cuentas reales de capital o patrimonio de las personas jurídicas y en las valoraciones de inventario, además del impacto en las destruidas tablas salariales de un sector público que no se recuperó jamás de la reconversión de 2018, paralelamente a este comunicado que prima la digitalización, se hace referencia a una nueva familia de billetes físicos, que arranca en una moneda de un bolívar y termina en un billete de cien bolívares, cien millones de los soberanos y cien billones de la familia previa a esta manía de eliminar ceros antes de 2008, las reconversiones se realizan ex post a los controles o reversiones de un plan de ajustes económicos para vencer la hiperinflación, pero en Venezuela el régimen continua emitiendo bolívares virtuales y expandiendo una liquidez de dos billardos de bolívares, una cifra que se tiene que expresar en notación científica 2,1*1014 . No existe voluntad por cambiar de rumbo y se atiza la espiral de hiperinflación.
Sí bien es cierto que no se podía continuar con la expresión nominal de los pagos en bolívares, por las posiciones decimales que ponían en aprietos a los desarrolladores de software, para los procesos contables y de índole tributaria, el desplazamiento del bolívar por el dólar, que es muy distinto a la dolarización transaccional, han supuesto el manejo de la divisa en la economía nacional, de hecho, la eliminación de estos seis ceros genera como lo señale anteriormente, fuertes distorsiones para los procesos de índole contableen torno al registro de capital y la expresión de estados financieros en cuanto a comparabilidad y valoración de inventarios.
Es necesario aclarar que esto es sólo una consecuencia de la hiperinflación, no es un objetivo de la política monetaria para imprimir estabilidad en precios, sencillamente la dinámica de la hiperinflación le aportará a la vuelta de escasos seis meses a un año los seis ceros eliminados de manera nominal, es una medida de carácter transaccional que no detendrá el crecimiento de los precios mientras se siga sosteniendo un gasto fiscal colosal y se abandone el control del objetivo operativo del tipo de cambio, que suma emisión terciaria de liquidez a la economía. Esta reconversión coloca a la cúspide del cono monetario en capacidad de comprar al tipo de cambio del viernes seis de agosto, unos veintitrés dólares, es decir es un cono monetario que demuestra el minúsculo poder de paridad de compra de nuestra moneda, en ningún caso embrida devaluación alguna, pues los 100 millones de bolívares a 4.40.000 BS/USD, son 24,8 dólares y 100 bolívares digitales (Bs.d) a un tipo de cambio también reconvertido en 4,04 Bs/USD, compran 24,8 dólares.
Sencillamente es un maquillaje nominal, un ajuste para las transacciones y una medida transitoria que no supone la supresión del fenómeno de la hiperinflación, solo demuestra la tozudez del régimen, y como corolario, pueden llamar al próximo bolívar al cual decidan escindirles ceros para morigerar a la inflación bolívar Sísifo; a causa de estas torpezas y arrogancias todo un país sufre, se empobrece y se exilia, para huir del hambre y la imposibilidad. Ya superamos a Siria en número de migrantes, la revolución solo acumula vicios, errores y negaciones de la virtud.
¡Es la economía!, ese es el grito que aún hacemos quienes ejercemos la docencia desde esta ciencia exacta, que emula de la física su abordaje científico, a los que hoy secuestran el Estado.
“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas” .Alberto Camus.
Profesor de la Universidad de Carabobo