Pdvsa sigue sin definir los proyectos gasíferos

Compartir

 

Las empresas Total de Francia y Equinor de Noruega desde hace casi 10 años progresivamente habían comenzado a recudir su presencia en Venezuela, tanto en personal como en proyectos. Sus quejas en materia cambiaria, inseguridad de instalaciones, contratación de servicios y gestión operacional en la empresa mixta Petrocedeño poco fueron atendidas ni siquiera en la época que al frente del Ministerio de Petróleo y PDVSA estuvo Rafael Ramírez y el presidente de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) era Eulogio Del Pino. Las puertas nunca se abrieron durante la gestión de Manuel Quevedo y poco había que hacer cuando Tareck El Aissami y Asdrúbal Chávez llegaron.

Petrocedeño tiene su nacimiento en la empresa Sincrudos de Oriente (Sincor), que fue una de las cuatro asociaciones estratégica creada a finales del segundo gobierno de Rafael Caldera para mejorar el crudo pesado y extrapesado de la faja del Orinoco y que en el año 2007 fue convertida en Petrocedeño, empresa mixta en la que Total redujo su participación de 47% a 30,3% a favor de una mayoría accionaria pasó a tener la CVP.

Sincor registró pico de producción de 172.000 barriles diarios en 2006 pero ya como Petrocedeño inició un descenso de producción alcanzando niveles por el entorno de 100.000 barriles diarios en 2016. A partir de ese año con cifras por debajo de ese volumen. En buena medida ese declive partió de presupuestos operacionals por encima de 1.000 dólares, que estaban inflados debido a las tasas que rigieron el control de cambios sobre todo ya durante la administración de Nicolás Maduro con tasas apreciadas como las de 4,30 bolívares, 6,30 o 10 bolívares por dólares.

Los representantes de Total y Equinor llegaron a proponer una reducción en la tasa de regalía de 30% a 20% -aspecto que permite la Ley Orgánica de Hidrocarburos- tomando en cuenta la incidencia que tenía este tributo sobre los costos de producción, los cuales llegaron a ser los más elevados de las cuatro empresas mixtas encargadas del mejoramiento del crudo de la faja del Orinoco. Esa petición tampoco fue atendida.

En tal sentido, ya para el momento que surge Equinor a mediados de 2018 -que venía de ser Statoil- unido a las políticas de transición energética impulsadas por Total comienzan las conversaciones con la CVP y PDVSA para reducir la inversión en proyectos de hidrocarburos líquidos, sobre todo que se consideran contaminantes como el de Petrocedeño.

¿Ahora es factible que Total y Equinor permanezcan en los negocios de gas natural en los que están? Por el momento ambas dijeron que sí. La francesa tiene participación de 69,5% en la licencia de gas de Yucal Placer y 49% del bloque 4 de la plataforma deltana. En este último Equinor posee 51%.

El Ministerio de Petróleo y PDVSA, sin embargo, mantiene sin definir los proyectos gasíferos, si se les concede la posibilidad de exportar y si habrá una corrección en las tarifas de este combustible para el mercado interno. Ambas empresas están ganadas a seguir en Venezuela pero dependerá por un lado que la administración de Nicolás Maduro adopte medidas que no restrinja la presencia de empresas privadas y extranjeras en proyectos de gas, tal como está previsto en la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos,  y que se logre una resolución de la conflictividad política que permita la flexibilización o eliminación de las sanciones que el gobierno de Estados Unidos mantiene contra el sector de los hidrocarburos venezolano y que limita el financiamiento.

La experiencia de ENI y Repsol con el proyecto Cardón IV no arroja buenos augurios.

Petroguia

 

Traducción »