“Gracias Uruguay!”. Con una publicación larga en su Instagram y ese agradecido cierre, el atleta venezolano Eldric Sella confirmaba que se ha mudado a vivir al país latinoamericano.
“Definitivamente el frío aquí está a un nivel mucho más alto!” añadía.
Tras su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio, el boxeador no pudo regresar a Trinidad y Tobago, donde residía, debido a que no tiene su pasaporte vigente.
La Cancillería de Uruguay emitió un comunicado indicando que “recibió en calidad de reasentado a un ciudadano de nacionalidad venezolana, contando para ello con el apoyo del Alto Comisionado de las NNUU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)”.
Ambas organizaciones ayudaron con sus gestiones a que Sella pudiera competir en Japón.
Ya se encuentra allí
“Ante la solicitud del ACNUR, Uruguay expresó formalmente su conformidad para concretar el reasentamiento de la mencionada persona el día 15 de julio del corriente año, habiendo arribado a Uruguay en días pasados”, agrega Cancillería, que precisa que este reasentamiento “contará con el apoyo financiero y técnico de ACNUR”.
Su participación en Tokio fue modesta, ya que fue derrotado en su primer combate. Se enfrentaba al boxeador dominicano Euri Cedeño en la modalidad de peso medio.
El asalto duró tan solo 67 segundos.
Cómo se esfumó en 67 segundos el sueño olímpico del venezolano Eldric Sella, el primer latinoamericano en el Equipo de Refugiados
Sella, del barrio popular del 23 de enero de Caracas, se había cargado a sus espaldas las esperanzas de una nación azotada por una incesante crisis económica, social y política; proponiéndose generar ilusión entre aquellos que, como él, se vieron forzados a pedir refugio en otro país, pero también entre los que se quedaron.
Con solo 18 años entró en el equipo nacional de boxeo de Venezuela pero la falta de recursos tras la crisis económica le obligó a dejarlo.
En medio de la inestabilidad, abandonó su Caracas natal en 2018 y pidió asilo en Trinidad y Tobago, donde había sido invitado a competir en un torneo.
Su padre, su actual entrenador, se sumó a él poco después en el país caribeño, mientras Sella trabajaba aquí y allá, siempre teniendo presente su sueño.
“No pasaba un día en el que no pensara en ir a los Juegos Olímpicos, en el que no pensara en el boxeo”, señaló al canal de los Juegos.
“Cuando estaba mezclando cemento, pensaba cómo me ayudaría en mi carrera de boxeador. Cuando estaba cortando césped, pensaba cómo me ayudaría en mi carrera de boxeador. Cuando estaba pintando una casa, o lo que estuviera haciendo, siempre tenía claro lo que quería hacer”.
Así que cuando recibió la aprobación para participar en Tokio, se volvió a sentir “vivo”.
En su post de Instagram no menciona si continuará practicando el boxeo.
BBC News Mundo