¡Que Bolas! Con el argumento balurdo y de poca monta de que el consumo eléctrico aumento en Caracas, el martes 24 de agosto del 2021, los tipos de Corpoelec legalizaron los cortes de luz que desde el 2019 vienen aplicando en varios sectores populares de la capital de la república. ¿Quién carajo va a creer ese cuento chino que en Caracas aumento el consumo eléctrico? Cuando las fábricas de calzados y de otras materias que funcionaban en el sureste y suroeste de Caracas, por el estrangulamiento y extorsión económico que les provocaron cuando llegó la peste roja, tuvieron que cerrar y despedir a miles de trabajadores. Igualmente, los miles de comercios que se abastecían con el producto de esas fábricas que también cerraron, así como las centenares de viviendas que quedaron solas porque sus propietarios salieron huyendo de la crisis humanitaria no están consumiendo electricidad.
Es bueno recordar el pasado para entender el presente. Antes que llegara la peste roja a Venezuela en 1999 el consumo eléctrico en todo el país era de once mil megavatios diarios y la capacidad instalada era 20 mil megavatios, lo que significaba que habían nueve mil megavatios de reservas para cualquier emergencia, que casi nunca se producían porque la industria era dirigida por especialistas en la materia, la inversión y el mantenimiento se aplicaba cuando el tiempo lo requería. Además, por ser una industria tan grande funcionaba de forma descentralizada con la matriz Edelca en Guayana propiedad del estado y varias empresas privadas como la Electricidad de Caracas, entre muchas.
A principios de los años sesenta cuando más del 75% de la población venezolana era rural y el servicio eléctrico era muy deficiente, donde pueblos como mi natal Caicara de Maturín, estado Monagas, la luz llegaba a partir de las siete de la noche hasta la una de la madrugada aproximadamente cuando se calculaba que todas las personas ya estaban durmiendo, las neveras y cocinas funcionaban con querosene; el presidente Don Rómulo Betancourt antes de finalizar su gobierno colocó la primera piedra para la construcción de la represa de Guri, y en ejercicio de continuidad administrativa democrática el presidente Raúl Leoni comenzó los trabajos, Rafael Caldera los continuó y el presidente Carlos Andrés Pérez en 1978 terminó la primera etapa con la instalación de diez turbinas que comenzaron a generar cinco mil megavatios que inmediatamente comenzaron a iluminar muchos pueblos que permanecían a oscuras.
Pero el presidente Carlos Andrés Pérez no se quedó anclado, sino que inmediatamente en 1978 comenzó la segunda etapa de Guri y en ese mismo ejercicio democrático administrativo la continuó el presidente Luis Herrera y en 1986 la terminó el presidente Jaime Lusinchi con diez turbinas que generaban cinco mil megavatios más, para un total de diez mil megavatios solo en Guri, a los que hay que agregarle Macagua. Pero como ya dijimos que el presidente Pérez no se quedó anclado, como buen estadista escuchó a los asesores que le dijeron que en tiempos de sequía Guri trabaría a medias, entonces ordenó la construcción e instalación de termoeléctricas en varias zonas del país, incluyendo Planta Centro en Carabobo que generaba dos mil megavatios para cuando llegaran los tiempos del fenómeno El Niño. Igualmente las del Zulia que le daban total autonomía en materia eléctrica a ese estado. Hoy de las 20 turbinas del Guri solo funcionan nueve y las termoeléctricas del Zulia están vueltas leñas. Igual suerte corre Planta Centro.
Pero cuando al resentido social que en mala hora para Venezuela nació en Sabaneta de Barinas, le entró la puntada de las nacionalizaciones y en 2007 tomó por asalto a todas empresas eléctricas y formó la empresa Corpoelec, desde entonces por la falta de técnicos y de gerencia en la materia, así como la desinversión, falta de mantenimiento y el robo de miles de millones de dólares condujeron al primer apagón fuerte en 2011. A partir de ese momento todo a quien el resentido social quería convertir en millonario lo nombraba como presidente de Corpoelec.
Y así podemos observar a individuos como el teniente golpista Jesse Chacón que antes de 1999 vivía en un apartamento en las Lomas de Propatria que era propiedad de sus padres, hoy vive como rey en Suiza. Por Corpoelec pasaron militares y otros no militares pero igual de pelabolas antes de 1999, que hoy son multimillonarios que no aguantan una jurungaita en cuentas bancarias del exterior. Es más, hubo un sindicalista que por decir que un apagón fue porque una iguana mordió un cable de alta tensión, el resentido social lo nombró presidente de Corpoelec pero a la semana lo destituyeron por meter a Caracas en cronograma de racionamiento, sin saber que el resentido siempre prohibió que Caracas fuese incluida en los racionamientos eléctricos. El sindicalista ya había ordenado revisar los seguros para ver que tajada podía sacar pero no le alcanzó el tiempo.
Hoy las necesidades de consumo eléctrico en todo el país, es de diecinueve mil megavatios diarios y pesar de haber 30 mil megavatios instalados, solo se producen diez mil megavatios, arrojando un déficit de nueve mil megavatios diarios que es distribuido en todos los estados del país sin meter a Caracas, pero como el déficit sigue creciendo, ahora le tocó a Caracas su ración de apagones diarios que acaban de ser legalizados por los tipos de Corpoelec con el cuento chino que en la capital creció el consumo. ¡No me jodas!
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