Reimeriz Pérez tiene 38 semanas de gestación, y aunque se controló su embarazo en el ambulatorio de Tamaca, la remitieron al Hospital Central porque requiere de una cesárea. La joven primeriza de 21 años ha ido dos veces al centro asistencial y no la han atendido. “Tengo miedo de que el parto se pase, pero aquí me dicen que si no llego con dolores, o casi pariendo no me atienden”, soltó. Durante tres días, su esposo recorrió más de 12 farmacias de Barquisimeto para comprar la lista de 40 insumos médicos que le solicitaron debido a la escasez que existe en el lugar. El gasto total fue de 70,38 dólares.
“Me pidieron 10 paquetes de guantes, compresas, suturas, inyectadoras, batas para el equipo médico que me va a atender. Este Hospital Central no tiene nada”, exclamó la mujer, que acudió el sábado, domingo y ayer lunes para que la atendieran, y en cada revisión la hicieron esperar más de cinco horas.
Reimeriz Pérez / Consultada: He venido tres veces para la cesárea, pero si no llego con dolor no me atienden.
Johana Martínez, familiar de una paciente en proceso de parto, relató que su familia gastó más de 60 dólares en los insumos para que atendieran a su hermana. “Ella iba a parir en el Seguro Social Pastor Oropeza, pero allá le dijeron que no la podían pasar a sala de parto y tuvimos que traerla hasta el Hospital Central. Allá solicitaron el kit de obstetricia y todos los insumos necesarios para una intervención quirúrgica”, indicó.
Johana Martínez / Ingeniera: A mi hermana le pidieron los insumos y gastamos más de 60 dólares.
Una fuente interna del área de maternidad de Hospital Central, contó a La Prensa que en promedio diariamente atienden a 80 embarazadas, pero se ingresan aproximadamente 45 pacientes. “Se realizan 15 cesáreas y entre 25 y 30 partos. Se le solicitan todos los insumos para una cesárea a cada una, porque no sabemos si al momento del parto el bebé se complica. Si esos insumos no se utilizan se le devuelven al paciente”, informó.
Alega que desde 2015 los recursos del área de maternidad eran deficitarios para la alta demanda. “Todos los días llegan insumos, pero no hay para todos. Por ejemplo, a veces el almacén cuenta con 10 kits de laparotomía y se utilizan en las primeras 10 mujeres que lleguen, las otras cinco en cola tienen que mandar a su familiar a comprarlo afuera”, contó la fuente.
Antonio Pérez / Jardinero: Recorrí en promedio 12 farmacias, para comprar todo lo que le piden a mi esposa.
Indicó que el tiempo de espera de muchas mujeres con dolor al llegar es por la falta de personal. “Entre cinco o seis residentes de posgrado y dos médicos adjuntos son los únicos que están de guardia diariamente. Pero a esto hay que sumarle la falta de enfermeras, personal esencial para atender un parto, porque son quienes ayudan al galeno al proporcionar información del paciente y ayudando en la gestión de los equipos. Un día llegaron a la guardia tres enfermeras solamente, cuando sala de parto tiene tantas áreas. La zona de alto riesgo, obstetricia, área de recuperación, neonatología, área de quirófano, de curetaje. Por cada área debería haber entre dos y tres enfermeras”, explicó.
En el principal centro asistencial de Lara falta hasta el personal de mantenimiento. “Que no esté una persona para la limpieza de maternidad a tiempo, también retrasa la atención de pacientes. Hay veces en que sólo va a trabajar una sola persona de mantenimiento y le toca laborar 24 horas, eso es explotación”, manifestó la fuente.
María Fernández / Embarazada: De maternidad informan si uno tiene que comprar todos los insumos o no.
Para el doctor Ruy Medina, exdirector sectorial de Salud en Lara, el servicio del Hospital Central se ha privatizado desde 2017. “En el hospital hay kit para operar cesárea, pero la guardan para extrema urgencia. La persona tiene que gastar un dineral para recibir atención pública. A veces la mujer llega con dolores y no la atienden hasta que el marido vaya y compre todos los insumos, entonces empiezas a pasar trabajo. La hacen pasar un dolor innecesario y un trabajo de parto prolongado que pone en peligro la vida del bebé, que recibe contracciones innecesarias”, indicó.
Ana Uzcátegui – La Prensa de Lara