Enrique Alí González Ordosgoitti: La Virgen del Carmen en Nueva Esparta, la otra hegemonía

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Las advocaciones de la Virgen María, son un tema abierto y apasionante, para poder comprender una parte importante de la historia de la Iglesia Católica y de algunos de sus conflictos internos.

Discusión siempre polémica a lo largo de los siglos, pero desde donde emerge triunfadora -a pesar de lapsus en los cuales, han querido reducir su culto- pues al final se manifiesta, la constante reivindicación del papel de la Virgen María, tanto para la Iglesia, como para la propia historia de la salvación.

Sin ir muy lejos en el tiempo, tenemos como en el siglo XIX y en el XX, cuando se realizaron los Concilios Vaticanos I y II y un poco más atrás, en la lucha contra la modernidad, cuando la Iglesia Católica vivió un proceso de “protestantización”.

En esas ocasiones, la figura de María tendía a ser subvalorada, escondida, colocada en un modestísimo plano y cuando se pensaba –desde los cenáculos de una teología “racional y moderna”- que el tema de María había sido zanjado, hete aquí que “la vida te da sorpresas” y nos encontramos hoy, a nivel mundial –y con mayor intensidad en América Latina- con una vuelta formidable del culto a María, una reevaluación positiva de la marianidad, vigor en medida apreciable, causado por la profesión pública mariana del Papa San Juan Pablo II y su señalamiento, del destacado papel a jugar por María, en la Nueva Evangelización de América.

A todas estas, si bien tales discusiones ocurrían en el seno de la Iglesia Católica Oficial, en la religiosidad Católica Popular, es decir, en la manera como el pueblo latinoamericano vive su fe católica, tales problemas o no existían, o no tenían la misma dimensión que en las otras esferas, el pueblo católico seguía viviendo su marianidad.

Ejemplo de esta vivencia lo tenemos, con la advocación de la Virgen del Carmen en Nueva Esparta. Pero antes de entrar en detalles sobre estas prácticas de fe, digamos algo sobre la pertinencia de las advocaciones.

En algunos círculos “ilustrados” del catolicismo, suele desmerecerse la importancia de estas advocaciones, debido a que según la Biblia y las enseñanzas de la Iglesia: “la Virgen es una sola y se llama María”, de donde las advocaciones serían manifestaciones accidentales (en el sentido aristotélico), más propias de reflexión socioantropológica que teológicas.

Pensamos que este pensamiento contiene el error grueso, de no justipreciar adecuadamente el papel de la diversidad, en la propia configuración de la Iglesia Católica, resaltando sólo el de la unidad. Se olvida que la Iglesia en sus Constituciones y en su historia conciliar, se ha definido claramente como representante de la Unidad con el Cuerpo de Cristo, lo que justifica la existencia de la estructura jerárquica, encabezada por el Papa.

Pero a su vez, es contenedora de la Diversidad producida por el Espíritu Santo, que se expresa a través de los carismas, los ministerios y especialmente, por las órdenes y congregaciones religiosas, profundizando en esta dirección, con los grupos de apostolado y organizaciones mixtas, que combinan lo diocesano con lo carismático.

En el sentido de reivindicar la diversidad dentro de la unidad, es que pensamos, cabe la discusión acerca de las advocaciones de la Virgen, las cuales expresan respuestas a las diversidades devocionales de los fieles, manifestándose hierofánicamente, en los diversos intersticios de la sociedad y de la naturaleza, de manera de procurar con su presencia, una inculturación del Evangelio que penetra en los rincones más íntimos de la subjetividad y afectividad, de los fieles.

Las hierofanías de las advocaciones de la Virgen, que permiten retomar el contacto inmediato con lo maravilloso divino, con el misterio cristiano, actúan como propagadoras de la fe y facilitan –de ser bien encausadas- la inculturación del Evangelio, a partir de la explicación del papel de María, en la historia de la salvación.

Sus apariciones en grutas, campos, en aguas. Sus manifestaciones de brote de aceite, agua, escarcha (como la Rosa Mística), de milagros concedidos, son hierofanías que permanentemente refuerzan –por la asunción de la misma, como manifestación objetiva por parte de los fieles- la presencia de la Madre de Jesucristo.

Pensamos entonces que la variedad de las advocaciones, tienen perfecta pertinencia y están en consonancia, con la diversidad devocional de los fieles, la cual es expresión a su vez, de la diversidad de los dones del Espíritu.

Volviendo –ahora si- al caso que tenemos para ejemplificar, el de la Virgen del Carmen en el Estado Nueva Esparta, comenzaremos por mostrar cual es nuestra intención. Una de las relaciones interesantes desde el punto de vista de la antropología religiosa, es el fenómeno de identificación y apropiación, que ocurre entre una advocación de la Virgen o un Santo o Santa, sobre una determinada porción territorial. Se produce una cobertura, un patronazgo, de una figura de la divinidad sobre un determinado espacio geográfico, el cual pasa a estar protegido por dicha divinidad, cuya protección tiende a ser exclusiva y suficiente, no necesitada de alternar o convivir, con otras manifestaciones divinas.

Esa vivencia de los fieles busca expresarse, ostensiblemente a través de diversos mecanismos culturales y comunicacionales, que evidencien tal supremacía. Pero parece ser que dichos mecanismos –tal es este caso- no siempre reflejan, la realidad religiosa de la totalidad del territorio, especialmente, porque tratan de subsumir los pequeños espacios en los espacios mayores, creyendo que los mayores absorben y fagocitan, a las dimensiones más pequeñas, asunto que es falso, pues los espacios mayores (digamos regionales), expresan su relación de apropiación divina (nuestro ejemplo de una advocación de la Virgen), pero sólo esa.

Las apropiaciones de los espacios menores, locales siguen existiendo, son irremplazables, no se subsumen en los superiores, pues constituyen una experiencia humana religiosa irreductible, por lo que es correcto hablar de convivencias en espacios distintos, que en la dinámica general de la sociedad, casi ni se rozan. Este es el ejemplo de la celebración de la Virgen del Carmen en Nueva Esparta, territorio de la Virgen del Valle.

Para cualquier venezolano la asociación de Nueva Esparta (Margarita), con la devoción a la Virgen del Valle es inmediata, incluso tal relación, forma parte importante de la identidad cultural margariteña. Nosotros postulamos que tal identificación es regional, pero que en las comunidades más pequeñas, se expresa una gran variedad de devociones, que en el plano propiamente de las advocaciones de la Virgen, están precedidas mayoritariamente, por la Virgen del Carmen antes que por la Virgen del Valle.

Tal constatación, permite demostrar la coexistencia de Identidades Regionales, perfectamente diferenciadas de Identidades Locales y Microlocales, en este caso en la esfera de lo religioso y en un nicho de mucha semejanza, como es el de las advocaciones de la Virgen María.

De lo que pudiera desprenderse que si en un nicho religioso tan semejante, las identidades locales han logrado mantener su propia especificidad, mucho más radical será la diferencia, si comparásemos otros nichos culturales como pudiesen ser la gastronomía, las técnicas de construcción de viviendas o las ocupaciones económicas tradicionales.

De manera tal, que si de veras se quiere tener una imagen más apegada a la verdad, sobre las identidades culturales religiosas en Nueva Esparta, será imprescindible tomar en cuenta, las escalas locales y microlocales.

El presente artículo debido a sus dimensiones, no pretende ser conclusivo pero si lo suficientemente demostrativo, como para no dejar duda de la hegemonía de la advocación de la Virgen del Carmen, sobre otras advocaciones marianas en Nueva Esparta, incluyendo a la propia Virgen del Valle, que aunque ocupe con “su manto protector” a toda la isla de Margarita, localmente es en lo fundamental, una expresión de la localidad del Valle del Espíritu Santo.

Salvo que en futuros trabajos alguien pueda demostrar lo contrario, como por ejemplo que la celebración de la Virgen del Valle, es asumida como expresión de la identidad de comunidades locales, en mayor número que la Virgen del Carmen. Mientras llega ese momento, los argumentos que a continuación esgrimimos, favorecen las siguientes hipótesis:

1.-la advocación de la Virgen del Carmen es asumida como elemento de devoción, por un mayor número de comunidades locales de Nueva Esparta, que las que asumen en el mismo sentido, a la Virgen del Valle.

2.-pensamos que tal situación se repite en otras entidades regionales (como el Zulia con la Virgen de Chiquinquirá), a favor de la Virgen del Carmen, por lo que sería posible afirmar –provisionalmente- que es esta advocación, la que evidentemente concentra, el mayor número de poblaciones con devociones marianas de Venezuela (asunto que evidentemente, no trataremos en el corto espacio de este artículo).

Comunidades y maneras, como se celebra la Virgen del Carmen en Nueva Esparta

Disponemos de datos sobre la celebración de la Virgen del Carmen, en doce comunidades del Estado de Nueva Esparta; diez en Margarita y dos en Coche, las cuales presentamos en el siguiente Cuadro.

En relación a la Virgen del Valle cabe destacar dos elementos importantes, el primero es que la Virgen del Carmen, también se celebra en la población del Valle del Espíritu Santo, por lo que la identidad local es compartida entre las dos advocaciones.La Virgen del Carmen se celebra –al menos- en doce comunidades locales de Nueva Esparta, en la mayoría como Patrona o Vice-Patrona, lo cual nos habla tanto de la antigüedad del culto en esa comunidad (es posible suponer, que los Patronos son asignados en los momentos fundacionales de la población), como su incidencia fundamental, en la identificación de dichos gentilicios.

El otro elemento, es que aunque la Virgen del Valle sea considerada patrona de todos los pescadores, en el Sector Bella Vista, también le asignan esa cualidad a la Virgen del Carmen, por lo que dichos pescadores de esa localidad, mantienen una doble devoción protectora de su oficio, una local (Virgen del Carmen) y otra regional (Virgen del Valle), asunto que expresa de manera gráfica, como la Identidad Local no se subsume en la Identidad Regional, sino que coexisten en el espacio y en el tiempo.

[1].-Otros Artículos míos sobre la Virgen:

-La Religiosidad Popular Venezolana en un Fresco y Religiosidad Católica Venezolana en un Fresco: Virgen: Carmen, Valle, Chiquinquirá, Pastores, Reyes, Año Viejo 

http://ciscuve.org/?p=168

-La Virgen de Chiquinquirá en Barinas, Lara, Zulia y Colombia, http://ciscuve.org/?p=35435

-La Virgen del Carmen en Nueva Esparta: la otra hegemonía, http://ciscuve.org/?p=35400

-Sobre la Virgen del Carmen, http://ciscuve.org/?p=35388

-La Virgen del Valle en Once Estados de Venezuela, http://ciscuve.org/?p=35425

-Visión sociológica, fenomenológica y antropológica de la Virgen María. Ciclo Eortológico (Primera Parte), http://ciscuve.org/?p=2534

-Si desea conocer otros Artículos, Audios, Álbumes de Fotos Etnográficas y Videos de Enrique Alí González Ordosgoitti, entre en la siguiente URL: http://ciscuve.org/?cat=4203  

Poeta – Doctor en Ciencias Sociales, Sociólogo, Folklorólogo, Filósofo, Teólogo, Locutor, Profesor Titular de la UCV, de la Facultad de Teología de la UCAB (2000-2016) y del Instituto de Teología para Religiosos-ITER (1991-2016). Miembro del Comité Directivo del Centro de Estudios de América (CEA), Vicerrectorado Académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV)

-Co-Creador y Coordinador General -desde 1991- de la ONG Centro de Investigaciones Socioculturales de Venezuela-CISCUVE.

-Co-Creador y Coordinador -desde 1998- del Sistema de Líneas de Investigación Universitaria (SiLIU) sobre Sociología, Cultura, Historia, Etnia, Religión y Territorio en América Latina La Grande.

-Co-Creador y Coordinador -desde 2011- de la Página Web de CISCUVE: www.ciscuve.org

-Para contactarnos: ciscuve@gmail.com – @ciscuve; ciscuve-Facebook -; @enagor –  enagor2@gmail.com; Skype – enrique.gonzalez35

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