La extradición de Alex Saab desde Cabo Verde a los EEUU es una pieza más que pierde Nicolás Maduro en el tablero del juego; al mismo tiempo que representa un duro golpe para el mundo de la delincuencia organizada, y del cual éste se hizo cómplice; a propósito de una de las herencias que le dejó Hugo Chávez; pues no se olvide que este señor le fue presentado al difunto por la vía de Piedad Córdoba y, según ha trascendido, se trataba de la persona que se encargaba de lavarle el dinero, proveniente del narcotráfico, a la guerrilla colombiana.
¿En qué momento lo identificó la DEA? En efecto, su detención fue una sorpresa; pues hasta entonces se trataba de un personaje muy desconocido; apenas sonaba en alguna que otra columna de comentarios periodísticos, como uno más de los testaferros de este régimen, tal un Raúl Antonio Gorrín Belisario, dueño de Globovisión; incluso, con mucho menos perfil que este señor; tal un Víctor Vargas Irausquín, presidente del BOD; la lista es larga, señores. El hecho es que hasta el mes de junio del año pasado nadie sabía quien era este señor. No obstante, su detención fue como una bomba, que sacudió no solamente la opinión pública de nuestro país, sino también la de Colombia, visto su origen colombiano; aunque de descendencia libanesa, y entonces fue cuando se vino a saber el tipo de vida que llevaba; seguramente, fue donde vino a poner el ojo la DEA, pues se trata de ese tipo de persona, que se hace multimillonario de la noche a la mañana, sin haberse sacado al menos un premio de lotería.
He allí algo que no se puede ocultar: la fortuna; además de la tos. Incluso, rueda por las redes el comentario acerca de un libro, que viene de publicar un periodista colombiano, y en el cual se detalla la forma como este señor logra convertirse en el hombre útil, sobre todo, del gobierno de Nicolás Maduro, y en lo que tiene que ver con la importación de alimentos, para el programa de las bolsas CLAP; pero, además, en la colocación del famoso “oro de sangre”, que se extrae del mal llamado Arco Minero de Guayana. De acuerdo a lo que se señala, a este hombre se le seguía la pista desde el 2019, a propósito de la impronta que va dejando en su carrera de millonario, y en el cual va envolviendo a su entorno; sobre todo, a familiares, y que es lo que más va a levantar sospechas; aparte de valerse de una serie de cómplices; cuyos nombres comienzan a correr por las redes, entre ellos, uno de sus hijos; aparte del famoso ex diputado de Primero Justicia, Luis Parra, quien llegó a ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional, usurpando en ese sentido la investidura de Juan Guaidó; que a Saab se le señala como ser el financista de la operación “Alacrán”.
En efecto, se trata del típico sujeto, especialista, según se observa, en registrarte una empresa de maletín a base, sobre todo, de sobornos, cuando no de chantajes, y para lo cual se nace. Yo siempre he partido del hecho de que todo don es una energía. El liderazgo es una energía, que porta determinado sujeto, por ejemplo, y que representa la posesión del poder; como cuando Hegel queda impresionado con la figura de Napoleón Bonaparte, una vez que lo ve a caballo: aquel hombre diminuto (“El Cabito”, le decían) concentrando todo el poder del mundo en su persona. Aquí sucede lo mismo: cualquiera no maneja el chantaje o el soborno, y aquí está la clave del éxito de nuestro personaje; un hombre con conexiones en todo el mundo, de acuerdo al tipo de abogado, que le presta sus servicios: unos venezolanos, otros colombianos, y con muchas conexiones en el mundo financiero. De hecho, trasciende del libro que se conecta con el régimen de Venezuela, una vez que logra, gracias a la mediación de Piedad Córdoba, que el antiguo Cadivi le otorgue 70 millones de dólares, que ha solicitado para una empresa de maletín. Obsérvese que para el momento de ser detenido portaba entre sus pertenencias un pasaporte de Barbados, y lo más seguro es que se valía de las mil identidades.
Va a hablar; incluso, ya se dice que ya le ha comenzado a aflojar la lengua a la DEA, y fue por esto que Maduro movió cielo y tierra; dilapidando, en ese sentido, 20 millones de dólares, para la defensa del conocido como “el diplomático de papel”; tomando en cuenta que a última hora se le concedió esta condición, es decir, un diplomático sobrevenido, y entonces fue cuando vimos todo el centro de Caracas con un graffiti, que decía: “Libertad para el diplomático”; además de las vallas, que se estampan en las paredes del Metro de Caracas, y en donde se le veía el retrato de su persona, de piel cetrina y de mirada extraviada, y lo que llamó la atención en su momento; es decir, cuando se le concedió la condición de diplomático, tomando en cuenta que por esta vía el gobierno violaba la Constitución, y donde se establece que para ejercer esta función, el sujeto tiene que ser venezolano de nacimiento, y estamos ante un barranquillero, como se le conoce en el libro mencionado, de descendencia árabe y a quien, a última hora, se le va a conceder la nacionalidad venezolana.
De lo que ya llevamos dicho, se observa que en este caso es donde más ha actuado el gobierno con la truculencia propia de un elefante metido en una vidriera; empezando por el hecho de haber enviado el gobierno un avión fletado y cargado de dólares para Cabo Verde al segundo día de su detención; donde iba el entonces canciller Jorge Arreaza con instrucciones de repartir entre los carceleros aquel dinero, y avión que fue rebotado, tan pronto lo requisan y le descubren el cargamento de dólares. Ahora, ¿qué no dirá de Nicolás Maduro en esos intensos interrogatorios, a que será sometido, una vez que la DEA lo tenga en sus celdas? Por supuesto, Maduro dirá: “que es una raya más para un tigre”; el hecho es que al caer toda la cadena de cómplices de Saab, se le tranca también el serrucho, si se parte del hecho de que este hombre era una importante fuente de ingresos.
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