El miembro del directorio de la Alianza Nacional Constituyente Egildo Luján, no ve sino confusión en los diálogos, que se están llevando a cabo en México entre el gobierno y la oposición e, incluso, se pregunta qué tiene que negociar un gobierno deslegitimado y sancionado internacionalmente.
-Lo más probable es que todo termine en tequilas y rancheras; pues estamos ante un gobierno deslegitimado y sancionado internacionalmente, que envió su representación a México para ¿negociar? Pero que constante y diariamente el ilegitimo presidente, despotrica e insulta a la comisión opositora; así como al Presidente Interino Juan Guaidó; quién es reconocido como tal internacionalmente, y a quien amenaza con meterlo preso. Pareciera, que, la intención es animarlos a que se retiren de México y quede suspendida la convocatoria, como ya sucedió en los pasados encuentros. Con la única intención de ganar tiempo, además de acusar a la oposición de sabotear y retirarse del encuentro ¿conciliatorio?
Señala Luján que Venezuela concurre a este escenario, con la esperanza de resolver lo que fue años atrás un problema interno de carácter nacional, y que ya hoy se ha constituido en una amenaza a nivel mundial; donde se han visto forzados a intervenir las grandes potencias, al ser Venezuela transformada primero, en piloto de ensayo político a lo Fidel Castro y, luego, convertida en cabeza de playa financiadora del Foro de Sao Pablo con su plan macabro de contaminar; en principio todo el continente, con un proyecto disfrazado de comunismo, acompañados de facciones terroristas internacionales, grandes mafias del narcotrafico y otras de malas mañas y acciones; logrando contaminar y afectar preocupantemente el orden mundial de naciones y muy, particularmente, el Continente Americano y la Comunidad Europea.
Reconoce, en ese sentido, la iniciativa de Noruega de convocar a los factores en disputa por la gobernanza en Venezuela, constituidos; por un lado por un gobierno no reconocido por la mayoría de países del mundo occidental y por el otro lado, por un presidente interino y una Asamblea Nacional; ambos reconocidos internacionalmente.
-Más del 80% de la población venezolana no aprueba al régimen en el poder; ni tampoco al liderazgo opositor partidista, que en el transcurso de los últimos 20 años, por múltiples razones han fracasado en la recuperación del poder por las vías democráticas. Entre ellos, varias convocatorias a encuentros nacionales e internacionales que han terminado en pérdida de tiempo y esfuerzos.
-Ya en este encuentro de las respectivas comisiones, van dos ciclos de reuniones sin ningún resultado aparente y donde lejos de concordar en los temas urgentes y necesarios que afectan a la población. Tan solo discuten; el tema de unas elecciones regionales de dudosa imparcialidad de parte del ente electoral, que de hecho, no resolverían nada, y el de la controversia venezolana-guayanesa sobre el territorio Esequibo, pertinente al Acuerdo de Ginebra, actualmente vigente, firmado por Venezuela, Inglaterra y Guyana, el 17 de febrero de 1966, sobre la reclamación sobre propiedad territorial por parte de Venezuela. Obviamente, es un tema muy importante, pero tampoco pertinente; al hambre, miseria, inseguridad, salud, pandemia, destrucción de la economía, producción y empleo, que está sufriendo el pueblo venezolano y a su vez causando un enorme problema a los países vecinos, invadidos por la diáspora más grande mundialmente.
Finalmente, considera que todo indica, que la solución final no estará en manos de los venezolanos; que la extradición a USA de Alex Saab desde Cabo Verde y la de Hugo “Pollo” Carvajal, recientemente recapturado en Madrid; el pronunciamiento de La Corte Penal Internacional de La Haya sobre el caso Venezuela; las sanciones internacionales impuestas; eso por un lado y, por el otro, que en el año 2022 hay elecciones de medio término en USA, en la que se renueva el Congreso y un tercio del Senado, y que el partido Demócrata de Biden, según las encuestas, tiene un alto riesgo de perder el Congreso estadounidense el próximo año, lo que, a su modo de ver, habría más presión sobre el gobierno de Maduro y, por esta vía, rescatar la democracia venezolana.
-Adicionalmente, los enormes problemas que causan la diáspora venezolana a sus vecinos en la región y los insufribles problemas internos del pueblo venezolano. Son razones suficientes que pueden influir a un cambio a corto plazo.