Earle Herrera: Monos de Monómeros

Compartir

 

Ya sé, es un juego de palabras facilón, pero certero, como flechazo olímpico. La acepción del vocablo “mono” aquí no es zoológica, sino ético-administrativa y hasta penal. Eso fue lo que dejó la derecha colombo-venezolana en la empresa que se robaron en el vecino país. Volvió a aflorar el síndrome carmonista del “yo no fui”. Primero Justicia acusa del robo continuado  a Voluntad Popular. Este partido le devuelve la pestilente pelota a sus mellizos, en  un ping pong grotesco.

Es injusto llamar “monos” los desfalcos, robos y otras pillerías. Nuestros peludos primos no andan en eso, incluso la mona Chita, cuya única picardía fue robarle Tarzán a la insulsa Jane. Su desliz con el Hombre Mono se entiende porque la selva era demasiado aburrida y un affaire  pasional le ponía salsa a la historia para vender los suplementos y luego las películas, gracias a Chita, su carisma y su punch publicitario.

Pero bajemos de las ramas injertadas en nuestra infancia por Edgard Rice Burroughs, el incestuoso autor de Tarzán, y volvamos a las menos fantásticas de Monómeros, de cuyos restos se adueñó Iván Duque. La “administración” del autoproclamado la quebró en un tiempo récord que ya registrará Guinness. Sus “gerentes” hicieron lo propio con Citgo, en Estados Unidos. Es, si se quiere, una corrupción ecuménica, con ramificaciones por todo el mundo. En Londres se robaron el oro venezolano y en los bancos portugueses se hicieron con los depósitos de Venezuela. País adentro, perpetraban actos terroristas, invasiones de mercenarios y magnicidios frustrados, todo financiado con los recursos secuestrados por gobiernos extranjeros. Los monos de Monómeros tienen sus cómplices y beneficiarios foráneos.

Decía un analista opositor que le sorprendía la corrupción precoz de un grupo antes de llegar al poder. No es que la oposición sea honesta per se, sino que mientras no sea gobierno, no tiene dónde robar. La del G4 es la corrupta excepción. El imperio secuestró los activos de Venezuela y se los entregó. Es oposición y “gobierno interino” a la vez. Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral en un solo paquete. Solo desecharon el Poder Moral, casi con desprecio. Así, los “monos” de Monómeros no están en un zoológico, sino en las arcas de Iván Duque y las cuevas  del G4.

 

Traducción »