Román Ibarra: Elecciones 2021

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Para el momento de escribir estas líneas, ya ha finalizado la prórroga tanto para la inscripción, como para la sustitución de candidaturas aprobadas por el CNE.

El gobierno inscribió sus candidatos disciplinadamente en la fecha prevista, pero en la oposición, no ha sido posible lograr la unidad. Es decir, una vez más se pone de manifiesto el interés personal, o partidista, por encima del interés general.

El bochorno observado en diversos estados y municipios habla de una lucha intestina que destruye a la muy dividida oposición, y trabaja al servicio del gobierno directa e indirectamente, a pesar de que en el seno del gobierno también hay contradicciones no aprovechadas por la oposición.

Jamás se pusieron de acuerdo para seleccionar un método de escogencia de candidaturas, y por el contrario, los del G4 esperaron hasta última hora para decidir su participación, bajo presión, sin mucha convicción, y sin pedir perdón a la ciudadanía por el daño generado por la recurrente abstención.

Llegaron a imponer sus candidatos, atropellando no solo al sector de la oposición que siempre ha optado por las elecciones, sino incluso a sus propios militantes, como pasó en Caracas con la imposición de Guanipa por encima de Roberto Patiño. En el Táchira han querido atropellar a la gobernadora Laidy Gómez, inventando una candidatura paralela; en Lara lanzaron hasta tres candidaturas fantasmas, sin alma, ni votos, con el único afán de destruir las posibilidades del líder natural de ese estado, como es Henri Falcón. En Aragua tenían un acuerdo aparente en torno a la candidatura, y de repente hasta un amparo introdujeron buscando lanzar la candidatura de uno de los partidos del G4.

En Maracaibo, atropellaron al reconocido periodista independiente Juan Carlos Fernández, para imponer otra candidatura. El único estado en el que ha imperado la sensatez, ha sido Carabobo, en el que los principales candidatos se pusieron de acuerdo y alcanzaron candidatura única y unitaria. Otro tanto ocurre en Miranda donde dos candidatos se enfrentan y desconocen los resultados de las encuestas por ellos aceptadas inicialmente.

De resto, el espectáculo que se vive con el intento de división de candidaturas en casi todos los estados, aseguran un camino fácil para los candidatos del gobierno y una derrota segura para la oposición. Es un pésimo servicio a la ciudadanía que está harta de los malos resultados de los gobiernos oficialistas en sus regiones y municipios.

De otro lado, mientras en Venezuela los candidatos de las distintas fórmulas intentan avanzar en sus respectivas campañas para conquistar el voto, el dueño de uno de los partidos del G4, aboga en Europa para que NO envíen observadores a las elecciones de noviembre, a pesar de que su partido está participando en la  campaña. Gran contradicción que se puede confundir con saboteo descarado.

Primero llamaban a la abstención; luego aceptan participar a regañadientes y obligados por los aliados internacionales; participan de la mesa de negociación en México; están en campaña, pero el dueño de una de las franquicias, en este caso VP, dice desde España que no, que así no. Otro tanto, pero en Venezuela, hace el autodenominado interino diciendo que no hay condiciones. Cualquiera puede pensar que lo que no tienen es votos, y de ahí su incoherencia.

El gobierno se ausenta de la mesa de negociaciones, no sabemos si por las declaraciones del enviado norteamericano James Story, o si ello tiene que ver con la detención y eventual extradición del pollo Carvajal, y el colombiano Alex Saab. Contradicciones y errores del gobierno imposibles de potenciar por la atomización de la oposición. Nos espera un desastre electoral en esas condiciones.

Luego no podrán decir que ha sido culpa del gobierno y del CNE. Hay muy poca valoración de los intereses ciudadanos. ¡Pena ajena!

@romanibarra

 

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