La verdad es que Noruega sentó de rabo, dicho en lenguaje coloquial, a la delegación venezolana, a propósito de la actitud grotesca como viene actuando en la Mesa de Diálogo en México, sobre todo, con la utilización de la figura de Alex Saab, que no es sino un despropósito, y esto porque el gobierno de Nicolás Maduro sabe que lo llevan de la mano a este proceso de negociaciones, y la prueba está en que el primer requisito, que pidió, que era el levantamiento de sanciones, no se le ha cumplido. Pero está con el agua al cuello, sobre todo, en términos económicos.
Se trata de un país que no tiene ingresos, tenemos una industria petrolera, que produce menos de un millón de barriles diarios de petróleo; incluso, se corre en la opinión pública que algunas partes de las instalaciones y plantas de procesamiento de crudo se están vendiendo como chatarra en la industria de la fundición, y lo mismo sucede con las llamadas empresas básicas, y que es lo que explica la caída de la economía ya por varios años consecutivos. De hecho, ya lo que llega de lo que opina la gente en el exterior, es que Venezuela constituye el caso más patético, de lo que es el resultado de la aplicación de la receta del comunismo a un país.
Esta desbandada también tuvo en su onda expansiva a la industria manufacturera, de forma que de unas doce mil empresas, que estaban en plena producción a comienzos del gobierno de Hugo Chávez, hoy en día apenas quedan unas dos mil, y así sucesivamente; lo que explica que el venezolano viva hoy de las remesas de sus hijos en el exterior, a propósito de un éxodo, que hemos tenido de seis millones de compatriotas; cuando no, sobrevive en unas condiciones muy precarias; haciendo una sola comida al día, sobre todo, los adultos mayores.
Es posible que el alto gobierno viva del mercado negro del oro o del propio narcotráfico, a partir del llamado Cártel de los Soles; pero eso no da para mantener a un país de unos treinta millones de habitantes; además, este tipo de economía da satisfacciones, pero no deja dormir tranquilo a nadie, con el cuento de que te siguen los pasos, y lo que se demostró en la reciente cumbre de la CELAC en México, donde Nicolás Maduro estuvo a punto de caer en manos de los caza-recompensas.
Pero, además de este problema económico, también está el mismo problema de Alex Saab, a punto de ser extraditado a los EEUU, y de cajón, como se maneja en la opinión pública, que este hombre al llegar, se va a acoger a la condición de testigo protegido, para evitar una condena de cadena perpetua, que le imponga la justicia de ese país, y que es lo que más le da en la llaga a este gobierno; lo que explica la actitud entre burlona y saboteadora con la que llega, repito, a esa mesa de negociaciones; porque es una falta de respeto, sobre todo, esta última vez, como se presentó este sábado con un cartel, estampando la figura del “barranquillero”, como se le comienza a conocer; diplomático sobrevenido; que el día viernes, fecha en que estaba pautada la primera ronda de diálogo, brilló por su ausencia, aun cuando se manejaba que la delegación, que encabeza Jorge Rodríguez, había viajado a México, en ese sentido; una falta de respeto, y esto porque después se supo que al gobierno lo había incomodado lo que había dicho la primera ministra de Noruega, de que en Venezuela no se respetaban los derechos humanos, y que es donde yo digo que sentaron de rabo a dicha delegación.
Porque, en el fondo, constituye un vacilón, lo que hace esta gente con la figura de Alex Saab, es decir, un despropósito, ganas de ralentizar las situaciones. A sabiendas de que ellos están conscientes, de que nadie le va a admitir prestarle a un hombre, que está en un proceso de extradición de un país a otro, para que asuma esa representación diplomática, que este gobierno le ha acreditado, además, violando todos los preceptos constitucionales, para el otorgamiento de dicha acreditación, por lo que no le hicieron caso al momento de llevar a cabo tal procedimiento, con vistas a lograr su libertad; partiendo del hecho de que a partir de allí se acogía al derecho de una hipotética inmunidad diplomática, es decir, una situación muy traída por los cabellos; a lo que, por supuesto, no le hicieron caso; sin embargo, son atajaperros, que esta gente monta; primero, para que el otro se retire de la mesa, y, segundo, para darle más larga al asunto de las elecciones presidenciales, que en una de las rondas de las negociaciones debe aparecer en la agenda, a cambio del levantamiento de las sanciones; lo que supone ganancia de tiempo más en el poder.
De hecho, de inmediato EEUU respondió que el proceso de extradición de Saab seguía su curso normal; lo mismo que la justicia de Cabo Verde ni caso le hizo a esta jugada. Pero la voz que faltaba en este tejemaneje que pretende el gobierno ha sido la de Noruega, a propósito de lo que dijo la primera ministra de ese país, con respecto a la violación de derechos humanos en Venezuela, y pronunciamiento que era lo que esperaba la diplomacia venezolana, que no comulga con esta gente. Es decir, Noruega no se iba a prestar para esa farsa; aun cuando ha hecho de mediador, para darle un desenlace a esta aberración política, en la que nosotros estamos metidos, y que nos ha llevado al colmo de la abyección. Ahora, ¿qué puede pasar una vez que Saab sea conducido a los EEUU? Por supuesto, este señor dirá como Hugo Armando Carvajal, El Pollo, que no sólo va a caer él, sino su más cercano entorno; que es Miraflores, como lo demuestra la desesperación de esta gente por borrarlo del mapa, y que es lo que más atenta contra la estabilidad de Nicolás Maduro en el poder; sobre quien pesa una recompensa de 15 millones de dólares; aparte del proceso que se le lleva a cabo en la Corte Penal Internacional, y que es lo que dice la gente en la calle: ese hombre no podrá dormir.
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