El ciudadano venezolano está sometido, casi humillado, por la torpeza y violencia del revolucionarismo militarista y la incapacidad e indolencia de unas grupos políticos todavía anclados en el partidismo, desconociendo el valor y la importancia del ciudadano y la ciudadanía. Obvio, el Ambiente Político Real Violento impuesto por el revolucioarismo ha conmocionado al ciudadano que, además, tiene que maniobrar para subsistir frente a la inmiseración, todo esto parte de la realidad política que se acerca la 21N y aún algunos de los políticos no han entendido el valor de la ciudadanía que se moviliza hacia la decencia política.
La esencia política que se manifestó ya el 6D de 2020 y todavía el egoísmo de operadores partidistas no lo han comprendido, en consecuencia ellos no entienden y menos se aproximan a la otra vía. La ignorancia y torpeza de esos operadores es exponencial. La ciudadanía reclama se presenten como supuestos operadores, están reclamando que se haga política, que se supere el Ambiente Político Real Violento en el cuerpo societal y vía liderazgo se pase active el Ambiente Político Real Electoral, que no es sólo votar sino re-enrutar la masa democrática no partidista de la república: sobra ignorancia política y grupalismo perverso.
La decencia cívica para una sociedad civil es aquella que requiere de una Ambiente Político Real Expectante y no Confuso, por eso el ciudadano avanza hacia la decencia cívica para que como fuerza motora ciudadana en franca resistencia civil, si fuese necesario, construya política como la participación política conteniente ejecutara de los cambios ciertos en las Gobernaciones y Alcaldías, que es lo que asumimos permitirá que una masa crítica harta del encajonamiento de la imposición partidista motorice a partir del voto, y nunca más de grupalismos inmorales y politiqueros.
Decencia cívica es cuanto reclama la ciudadanía desde el 6D. ¿No se han dado cuenta todavía? La sociedad así como desprecia y niega, no tolera la infamia armada, ladrona, inmoral, es incapaz de tampoco aceptar la imposición primitiva del color. Quiere el ciudadano en el 2021 mediante la fuerza cívica alcanzar la virtud de la decencia política, crearse la posibilidad como ciudadano y prepararse para el revocatorio, muestra de la vergüenza más grande que conoce el mundo político en el hemisferio y en Venezuela.
En cuanto, de cuanto y de lo que se habla en la sociedad es de una democracia liberal. Democracia liberal como acción transformadora, léase un ejercicio de poder político que nunca más emplee el Estado Cuartel y el hiato grotesco y primitivo del plan de machete y las bocas de fuego. La democracia liberal a la cual apunta y aspira la ciudadanía es aquel gobierno que produce un Ambiente Político Real Expectante con ejecutorias del poder ancladas en la constitución y las leyes, peros sobre todo teniendo como guía la decencia cívica, la tarea de los operadores políticas que representarán la ética y la fuerza moral de quienes gobiernan para transformar con acciones conjuntas, que tienen como centro al ciudadano y al propio operador de la política.
La decencia cívica se constituye en una meta útil y fundamental para el cambio político que se avecina desde ya, teniendo en cuenta que después del 21N al país político le corresponde activar el referéndum revocatorio. Ese es el camino político que debe transitar una sociedad angustiada y harta del revolucionarismo golpista. La sociedad venezolana hoy deprecia al bestiario, la ideología totalitaria y al secuestro del socialismo militarista. En consecuencia, en rigor los demócratas han enviado un mensaje a quienes aún no se han dado cuenta de la capacidad de la decencia política como acción masiva específica para desplazar la barbarie del militarismo.
La democracia liberal sin ataduras, con el imperio de la decencia cívica para crear un Ambiente Político Real que evolucione de Confuso a Expectante, en el cual los demócratas definirán el motor, motivación, dirección y sentido de la ecuación política del Estado venezolano. El 21N apunta al 5E del 2022, desde ya una ciudadanía plena de juicio y expresión de participación política contendiente anuncia que se terminó el desgraciado espacio del militarismo, la corrupción y el asalto al poder político cese. La decencia cívica responderá por una democracia política real donde se imponga la ecuación en la cual el individuo está por encima de la comunidad y el Estado, y el partidismo se considera una mueca de fracaso político democrático en Venezuela.
Es original,
Director CSB-CEPPRO – @JMachillandaP