Después de la derrota electoral sufrida por Chávez en la pretensión de hacer de la actual Constitución una Constitución socialista, en referendo que ganó el pueblo venezolano en el 2007, la revolución se propuso alcanzar los objetivos del socialismo usando la vía legislativa.
Para ello estableció primero, como compromiso con sus seguidores, el juramento de que toda decisión que favorezca al proceso debe ser defendida, “todo dentro de la revolución, nada fuera de ella”, y así, para asegurar un compromiso superior de los designados en los poderes públicos y lograr la eliminación de su independencia y autonomía, en la Ley Orgánica del Poder Popular, en su artículo 24, definió un concepto inconstitucional, pero por él se guían los revolucionarios, como es el principio “de gobernar obedeciendo” que señala: “Todos los órganos, entes e instancias del Poder Público guiarán sus actuaciones por el principio de gobernar obedeciendo, en relación con los mandatos de los ciudadanos, ciudadanas y de las organizaciones del Poder Popular, de acuerdo a lo establecido en la Constitución de la República y las leyes”.
Aquí ya entonces, los poderes públicos que ejercen contrapeso al poder Ejecutivo quedaban sometidos a los dictámenes del poder popular, que es lo mismo, a órdenes del presidente.
De esta manera, comenzó la centralización y la acumulación de poder en manos del presidente; pero la revolución requería en su proceso liquidar las competencias y autonomías de estados y municipios, y para ello fue estableciendo un modelo político paralelo basado en comunas y consejos comunales, junto a decisiones que decapitaron las competencias de gobernaciones y alcaldías.
Un problema central que define la pérdida de la autonomía es el hecho de que las leyes del poder popular desconocen y hacen letra muerta las disposiciones constitucionales en el sistema de distribución vertical del poder, nacional, estatal y municipal.
Las competencias que fueron exclusivas de los estados por la Constitución, pasaron luego, en el 2009, a ser competencias concurrentes, es decir, son atendidas por la Nación y los estados, haciéndose depender de lo que decida el poder nacional, dicho de otra manera, haciéndose depender de la voluntad de Chávez, primero, y ahora de Maduro.
En total, se perdieron 19 competencias que tenían los estados, que asumió el poder central y no transfirió esas competencias, previamente liquidadas a los estados, a ningún ente de los que creó en las leyes del poder popular, y no las transfiere en razón de que el modelo socialista es centralista y centralizador, todo el poder de las decisiones es de quien ejerza la cabeza de la revolución.
Importante que usted sepa que las nóminas de gobernaciones y alcaldías se pagan por Caracas, que el Situado Constitucional, en la práctica ya no existe y, por tanto, la distribución que se hacía del ingreso nacional y su distribución entre estados y municipios, para obras y otras iniciativas, ya no existe, el presidente concentra la ejecución del 90 % del presupuesto.
Otra función que liquidaron a la figura del gobernador es la de ser agente del Ejecutivo nacional y, por tanto, ejercer función en sus estados de la coordinación de los organismos nacionales.
Entonces, cuáles mitos debemos aclarar: 1.- que al candidato de la revolución sí le llegarán los recursos; no, no le llegarán tampoco, como no le ha llegado a la mayoría de gobernadores chavistas y alcaldes. 2.- que el Protectorado sí está trabajando, la revolución te fractura las piernas y luego te ofrece como solución unas muletas para que creas que te está ayudando.
Es competencia del poder nacional abrir los aeropuertos, que por su propia decisión cerró; es de su competencia abrir los pasos por los puentes de frontera, que ellos mismos ordenaron cerrar; son los responsables del precario estado en el que se encuentran las instalaciones hospitalarias, que no se encuentren las medicinas para el cáncer y otras enfermedades; responsables de que su familia se haya ido del país; responsables de que el valor del bolívar en la práctica desapareció; responsables de que los colombianos no puedan venir a vacacionar ni a comprar; responsables de que no existen insumos para el agro; responsables de que no existan obras públicas para reactivar el trabajo en la construcción.
Son responsables de todo, todas las competencias las tienen ellos. Responsables de nuestra pobreza y crisis.
Si en 21 años la revolución acabó con la prosperidad en Venezuela, cómo puede creer que un candidato militante de la revolución trabajará para reparar lo destruido, si la revolución comunista es dominación por hambre y necesidad.
Que a usted no lo engañen los que están confundidos o se hacen que lo están.