Entre las expectativas en que se debate la compleja disertación sobre la conducción y futuro del país, vista la disparidad e incoherencias que dominan el debate público, claramente se percibe un profundo y negativo contraste entre gobierno, políticos, académicos, empresarios y sociedad civil por lo que resulta utópico soñar con una Venezuela desarrollada y feliz.
En tal situación, pareciera que cada organización o voceros que creen ejercer algún liderazgo sobre parte de la masa poblacional, se consideran poseedores absolutos de la verdad y en tal obstinación se cierran en su falso razonamiento, sin dar paso a la discusión y razonamiento de otras alternativas propuestas lpretendiendo que “fuera de mi no hay salvación”. De esta manera, el juego se tranca y no avanzamos en lo absoluto. Lo peor y más detestable ocurre cuando por mezquino personalismo se cae en la nefasta “venta de conciencia” y se le pone precio a su decisión: acto ruin y despreciable percibido reiteradamente en Venezuela.
Que gran equivocación y que falta de sindéresis. Con el destino del país no se juega, ni la soberanía del país se negocia…es nuestra patria y como tal es sagrada. Pongamos orden dentro del desorden y acabemos de una sola vez con esta locura endemoniada que mantiene estupefacta a la ciudadanía sensata. Nuestra Constitución Nacional, con todas sus imperfecciones es nuestra carta magna y merece respeto. El régimen gobernante es el primero en incumplirla y la aplica a su conveniencia, otras veces es letra muerta.
Ante la gravedad que representa esta confusa situación, viene a mi mente las palabras del Generalísimo Francisco de Miranda, cuando en 1806, al desembarcar de la fragata Leander en Ocumare de La Costa y observar que sus connacionales comprometidos no lo aguardaban en el sitio indicado, motivo a haberse quedado dormidos la noche anterior, tal vez, por una borrachera, indignado exclamo: “¡Bochinche!, ¡bochinche! ¡Esta gente no es capaz sino de bochinche!”.
El bochinche que actualmente se observa en Venezuela, avivado por un pretendido deseo de poder que embriaga y subyuga a quienes sueñan con forjar fortunas rápidas, sin mayor esfuerzo, a sabiendas del grave delito de apropiación indebidas que se perpetra en detrimento del erario nacional, sin lugar a dudas constituye una de las más graves y reprochables contravenciones que Rescatar y salvar la República significa reconstruir a Venezuela sobre las mejores bases sólidas fundamentadas en su patrimonio moral, libertad, igualdad y justicia que le permitan alcanzar derechos irrenunciables de la Nación, sustentados en la independencia, libertad, soberanía, democracia e integridad territorial, tal cual lo señala el vigente texto constitucional en sus primeros artículos.
Nuestra actual Constitución de 1999 presenta incongruencias y contradicciones en algunas áreas específicas, como por ejemplo cuando se establece que la “República…es un Estado federal descentralizado…” (art. 4 y 6) lo cual no se cumple, por cuanto todo es manejado desde el poder central en detrimento de las regiones. O cuando se afirma que “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente…” Art. 5 constitucional) tampoco se cumple, tal cual sucedió con la “Consulta Popular” del pasado 12 de Diciembre efectuada en apego a las disposiciones constitucionales y cuyo resultado expresó un mandato de carácter vinculante (Art. 70) que fue ignorado por quien ejerce el poder. I así, se observan otras fallas y lagunas legales que no han sido superadas.
De manera que se precisa aprovechar la coyuntura de desorden y anarquía imperante en nuestro país para rehacer y actualizar nuestra Carta Magna, reformular y echar bases sólidas integrales que posibiliten hacer de Venezuela un Estado moderno, renovado, independiente, libre, soberano y democrático; garante constitucionalmente de su propio desarrollo. Para que se cumpla este objetivo, debe diagramarse una Reforma integral del Estado venezolano, se reemplace el modelo de Estado actual y se proceda a redactar, discutir y sancionar un nuevo texto de Constitución Nacional. Como corolario, debe implementarse un amplio Proyecto de País que contemple y promueva un ambicioso desarrollo nacional en todas sus áreas en el corto, mediano y largo plazo.
En tal sentido, el Movimiento Independiente Democrático (MID) Táchira, desde el 2013 presentó a la opinión pública nacional su Libro Proyecto País Venezuela Reconciliada, igualmente la Ong. “La Rebelión de las regiones somos todos”, se sumó al proyecto y, en esta mismo orden, sea bienvenida la reciente exhortación Comunicado ANCO como parte de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional y Democrático de Venezuela: Reagruparnos para Refundar a la Nación: Un compromiso nacional – 15-11-2021.
Doctor en Cooperación Internacional. Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional.