A veces nos encontramos en periodos extensos de agitación los cuales afectan nuestra salud incluyendo nuestro metabolismo .Momentos en los que no importa lo cansados que estemos no logramos descansar y llegamos a convertirnos en unos verdaderos zombies.Sin embargo, existen estrategias que podemos utilizar para potenciar nuestra energía y en este artículo discutiremos algunas de las más eficientes.
Número 1: Optimizar el ambiente en que dormimos y descansamos. Esto se traduce en distintos niveles, comenzando por organizar y limpiar nuestro lugar de descanso. En ocasiones nuestra habitación refleja el estado de nuestra mente y las preocupaciones que tenemos. Al deshacernos del desorden nos damos la oportunidad de organizar también nuestras ideas y entrar en un estado más relajado para descansar.
Si tu problema no radica en la limpieza y organización puedes intentar redecorar tu habitación. Debemos enfocarnos siempre en decorar con colores relajantes en tonos no muy vibrantes, reducir los sonidos y buscar aclimatarnos de manera que nos sintamos a gusto para dormir. También puedes usar aceites esenciales para introducir olores que calmen tus sentidos como la lavanda y el aceite de té.
Número 2: Revisa tus prioridades y cataloga tus relaciones. En cierto sentido, los humanos somos imanes de energía. Cuando pasamos tiempo compartiendo con otros intercambiamos opiniones y emociones. Para algunas personas, ese flujo de energía puede llegar a ser drenante.
Nuestro estado de ansiedad aumenta al encontrarnos en situaciones en que nuestro grupo de amigos, pareja o familia no están aportando energías positivas a nuestra vida. Lo mismo sucede cuando el trabajo y los estudios nos abruman. Es importante aprender a dar prioridad a las cosas que no solo son importantes, sino que también nos traen felicidad y buenas vibras.
Número 3: Nutre tu cuerpo de manera balanceada y ejercítate. Al alimentarnos de manera balanceada, aumentamos la posibilidad de que nuestros sistemas funcionen correctamente. Le damos espacio al cuerpo para que pueda recuperarse del ajetreo al que lo sometemos, sin necesidad de que también tenga que lidiar con los problemas relacionados al sobrepeso y la mala alimentación. A su vez, ejercitarnos con frecuencia nos ayuda a regular nuestra sensación de cansancio y a mantenernos en forma. Se ha visto que más del 50% de las personas que sufren de obesidad tienen problemas para dormir. Entre los que destaca la apnea del sueño, por lo que mantenernos en forma es un comienzo para sentirnos energéticos.
En resumen, tener energía va más allá de dormir bien. Se trata de manejar los compromisos que tenemos con nosotros mismos y con las personas con las que nos relacionamos. A su vez, el ambiente en que vamos a descansar juega un papel vital en cómo nos recargamos por lo que debe ser tranquilo y placentero.