Como siempre lo dijimos sucede exactamente, desde el 22 de Noviembre 2021 hay una campaña por las redes sociales culpando a las personas que no votaron el 21N de la derrota sufrida en las urnas, sin embargo, es bueno recordar que donde ronca tigre no hay burro con reumatismo, tal como reza el sabio refrán criollo, a lo que es lo mismo que donde hay buenos liderazgos no hay abstención que ronque. Cuando los liderazgos son auténticos y están sembrados en el sentimiento de la ciudadanía, cuando estos llaman a votar es muy difícil que ese llamado sea contrariado por un discurso de abstención. Por eso no se entiende que algunos que dicen ser líderes o dirigentes cada vez que pierden una elección inmediatamente apelan a culpar a los demás de su propia derrota, sin antes someterse a una autoevaluación para ver donde estuvo la falla. No mi llave, no se puede culpar a los demás de nuestras propias torpezas.
En ese sentido quienes dicen ser líderes y creen que el pueblo venezolano está obligado a salir votar cada vez que ellos así lo dispongan, sin que antes presenten cuentas sobre la confianza entregada en momentos muy puntuales. La política no puede ser como el baile del cha, cha, cha, un pasito palante y otro patrás. Es necesario que quienes de la noche a la mañana decidieron participar en las elecciones para gobernadores y alcaldes que recién finalizaron el 21 de noviembre 2021, y que fueron convocadas por el usurpador Nicolás Maduro, expliquen a la ciudadanía porque si en diciembre 2020 no se debía votar en las parlamentarias por falta de condiciones electorales y en noviembre 2021 sin que haya cambiado nada, si había que salir a votar. Esa patinadera sin brújulas es lo que no acepta la ciudadanía venezolana.
Pretender creer que con solo arropar a los candidatos con la tarjeta de la UNIDAD con la manito incorporada, con la que ganamos 112 diputados en diciembre 2015, la misma que esos directivos de partidos políticos fueron incapaces de defender en la calle en 2016 cuando fue atacada y vapuleada por el régimen madurista para evitar la realización del referendo revocatorio que tampoco supieron o no quisieron defender, la ciudadanía iba a salir corriendo a votar para elegir cargos burocráticos de alcaldes y gobernadores, que no solucionará en nada la terrible crisis humanitaria que azota al 95% de los venezolanos, sino que solo serviría para que unos pocos se enchufen, y la mayoría que se joda. Eso en política, es un error que se paga caro, tal como acaba de ocurrir el 21 de noviembre 2021.
Cada vez que el régimen convoca elecciones fraudulentas con el objetivo de cogérselo casi todo y repartir algunas migajas para lavarse la cara, como acaba de ocurrir el 21N, el mensaje de los que practican la patinadera del baile del cha, cha, cha, el mensaje es: “si salimos todos a votar derrotaremos a la tiranía”, tal como lo hicieron los de la mesita de Claudio Fermín, Timoteo Zambrano, Henri Falcón, Felipe Mujica y el evangélico Bertucci en mayo 2018 y en las parlamentarias 2020, igualmente como lo han hecho varias veces los directivos de partidos políticos del G4 que se agarraron para ellos como una propiedad privada los símbolos de la UNIDAD, repitiendo que hay que votar para recuperar los espacios.
A veces algunos de los que participan en estos carnavales electorales convocados por el régimen madurista, olvidan lo que dijo Maduro en 2016 después de perder las parlamentarias, considerada la última elección con algunas garantías: “mas nunca convocaré unas elecciones para perderlas”, o lo que dijo el padrino en 2017: “Mientras exista una fuerza armada como la que hoy tenemos, antiimperialista, revolucionaria, bolivariana, nunca podrán ejercer el poder político en Venezuela. Yo creo que es bueno que lo entiendan esta facción de maleantes, politiqueros”. En ese sentido, para los que hablan de recuperar el poder participando en elecciones parlamentarias o regionales sin condiciones y en una especie de aventuras a ver que sale, allí las describe claritas el general que controla el poder.
Así que inventar discursos de recuperación de espacios o de que hay que votar porque somos mayoría, y bla, bla, bla, totalmente vacíos, por parte de quienes en los últimos cinco años lo han hecho todo al revés, no es la solución. Es necesario la formación de una nueva coalición política con liderazgos diferentes capaces de generar estrategias coherentes que conduzcan al cese de la usurpación y la recuperación de nuestra Venezuela.
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