Los resultados regionales electorales y su obligada interpretación desapasionada, nos han recordado el título de dos películas: Los gritos del silencio, al igual que Gritos y susurros.
Dos sonidos contrapuestos, sentimientos, reacciones y comportamiento pre y post electoral, nos descubren una Venezuela oculta y silente, que día a día, sufre y confronta una crisis multidimensional. País que convive o sobrevive a una división dicotómica de la sociedad en dos bandos enfrentados; al desequilibrio e inestabilidad y una grave incapacidad de dialogar así sea en susurros.
Una ciudadanía que se abstuvo y sin embargo gritó electoralmente, unos resultados que, más allá de la renovación de poderes, exigen un análisis crudo, valiente, pensando en el país y en la democracia. Una lectura que trascienda lo inmediato, se enfoque en las causas de la abstención, en la arraigada confrontación política, la polarización y sus efectos, con especial interés en el proceso de diálogo-negociación en curso, sin obviar las consecuencias internas para cada bloque.
Nuestros últimos trabajos han tocado el tema de la abstención electoral. Significado, posibles causas y las múltiples consecuencias, más allá de lo político. Es difícil interpretar la abstención en especial, los dolientes, afectados e implicados, ciudadanía, oposición y Gobierno. Resultados que invitan a trascender las cifras y el cortoplacismo; exigen una lectura amplia y profunda de causas y consecuencias con visión de mediano y largo plazo largo. En situación de sensación desamparo y orfandad, cuando la rabia cohabita con el cansancio, indiferencia, desinterés y desilusión, se erosiona la confianza en las instituciones, la ciudadanía requiere certezas y no incertidumbre. Dada esa situación y los resultados electorales, es obligante la revisión interna de los bloques políticos polarizados; Imperiosos analizar desapasionadamente la creciente abstención, que podría devenir en un comportamiento electoral consolidado a futuro.
Necesario explorar y evaluar otras dimensiones políticas y psicosociales del abstencionismo: desapego institucional, desafiliación, desafección política y sus consecuencias.
La abstención más que silencio o susurros, emitió gritos político-electorales.