Enrique Meléndez: Derrota en la propia casa

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En efecto, lo sucedido en Barinas le da la razón al prejuicio que existía acerca de la falta de garantías electorales, que se ofrecían en esta oportunidad por parte del régimen; aquí, como en la comunidad internacional, y de una manera bien truculenta, porque en esta oportunidad estamos frente a un caso de hacer de la justicia una herramienta al derecho y al revés: conforme va viniendo, vamos viendo; a propósito de la mentalidad con la que se gobierna, de que si no gano, arrebato.

Porque se cuenta con la fuerza, y es por aquí por donde comienza esta situación, es decir, Barinas es un estado de estrategia militar. No olvidemos que estamos bajo un régimen castrense, que no es propiamente una democracia, sino un cacicazgo; en ese sentido, existen los caciques locales que consideran que donde pisan, les pertenece, en este caso, Barinas, y entonces aquí figura como tal el generalote ese, que secuestró las actas, correspondientes a los votos, que le daban ganador a Freddy Superlano, y que mantuvo al país en la zozobra, con respecto a los resultados, hasta que un reconteo de los votos le vino a dar la razón a éste; de modo que a última hora el régimen se vio precisado a tener que mostrar las garras a partir de la justicia, digamos, al revés.

Lo de la familia Chávez, es decir, que pierde una plaza, que también por nepotismo le ha pertenecido, y por donde se asoma también el tema del caciquismo, más que todo responde a un hecho romántico; porque lo más lógico es que si la revolución o “este desastre”, como dice la cantante que en la capital del estado entona un golpe llanero con un gran contenido de protesta política, y que llega por las redes sociales, nació allí, a partir de la venida al mundo del “muchacho de Sabaneta”, la gobernación le pertenezca a uno de los miembros de la familia, como siempre ha sucedido; comenzando con el viejo Hugo de los Reyes, quien gana esa plaza allá por los primeros años del gobierno de Hugo Rafael, cuando entonces se presentan las respectivas elecciones regionales y municipales, como en esta oportunidad; partiendo, por lo demás, del hecho de que se trataba del momento, en que Hugo Rafael era considerado un portaviones; pues se había convertido en un fenómeno político “telúrico”, como lo calificaba un articulista de La Razón; a este señor le sucede su hijo Adán, es decir, una especie de dinastía chavera a lo criollo; luego Argenis, quien acaba de renunciar, y uno diría que por vergüenza, que no le quedaba otra; lo cual, como dice Freddy Superlano, es la prueba de que él sí ganó las elecciones.

Por supuesto, porque a última hora se viene a descubrir que éste estaba inhabilitado; que es por lo que yo digo que aquí en este país se maneja la justicia al derecho y al revés y, en ese sentido, aparece un señor de nombre Adolfo Superlano; uno de los famosos “alacranes”, que en su momento le dio carta de buena conducta a Alex Saab, y quien viene a introducir una demanda ante el TSJ; de que se desconozca el proceso electoral en cuestión, dicen que incitado por el Comisario de la Revolución para Asuntos Electorales, que sería el señor Jorge Rodríguez, partiendo del supuesto, de que el otro Superlano está inhabilitado políticamente, y que es lo que lleva al TSJ a decidir la repetición de las elecciones en esa entidad.

Obsérvese que la jugada está hecha; primero, para salvar a los dos rectores del Consejo Nacional Electoral, supuestamente, de la oposición, a objeto de que no se vean en la situación embarazosa, de tener que admitir el fraude de una manera descarada, como sucedió en la anterior elección regional con el caso de Andrés Velásquez en Bolívar, que le arrancaron el triunfo de las manos; segundo, la demanda la introduce un “alacrán”, es decir, ningún dirigente del gobierno, sino de la oposición; una oposición hecha a la medida del régimen y, algo peor, para plantear dicha anulación, bajo el alegato antes mencionado, y es que resulta que años atrás el propio Jorge Rodríguez había anunciado que se le levantaba dicha inhabilitación al candidato de la MUD. ¿Por qué no se introdujo esa demanda cuando éste se inscribió como tal, para competir en estos comicios?

Por supuesto, donde se demuestra que no hay estado de derecho; si tomamos en cuenta, además, que para el momento del cese de la inhabilitación de Superlano, el propio Rodríguez fundamenta el hecho del indulto, que se trata como él lo explica de una gracia, que se arroga el jefe de Estado, para determinados sujetos, y que en su momento Rafael Caldera se la concedió a Hugo Chávez, sin esperar a que se produjera en su caso la sentencia firme, a propósito del juicio que se le seguía tras los sucesos del 4 de febrero de 1992, y lo que daba lugar a que quedaba inhabilitado de por vida, por haber atentado contra el Estado. ¿Qué hubiera pasado en aquella Venezuela, si de pronto la antigua Corte Suprema de Justicia procede a desconocer la voluntad de Rafael Caldera, ante la amenaza que representaba Chávez, vistas las circunstancias de la hora, y procede a inhabilitarlo? Es aquí donde uno observa la Venezuela de la República civil y ésta militarista; pues hasta entonces no se habían desmantelado las instituciones como ahora, y lo que nos ha conducido a lo que los filósofos conocen como la ley de la selva.

Es imposible entregar Barinas, dice el gobierno puertas adentros; primero, por lo del honor de la familia Chávez, con respecto a su terruño, y lo que decíamos de la dinastía del poder suyo allí; segundo, porque en esa región opera la narcoguerrilla; asociada con la mafia militar, que está destaca en la zona; por eso hablábamos de un estado de estrategia militar, y no quieren que un saboteador venga, y les limite la capacidad de negocios, en ese sentido. Pero es la derrota del chavismo; porque se trata de su propia casa; cuna, como dice la mujer de las coplas, de “este desastre”; que menos mal que Argenis en este caso hasta mostró un rasgo de vergüenza.

melendezo.enrique@gmail.com

 

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