¿Cuántos alumnos están asistiendo? ¿Cuántos se han ido? ¿Cuántos maestros nos quedan? Si usted, como director de un plantel, no tiene estos datos, reales, no inventados, no puede planificar el comienzo del año escolar. Los datos son necesarios, y en este país cuesta tener datos de la mayoría de los asuntos educativos. ¿Cuántos años hace que no se aplica alguna prueba que pueda medir el rendimiento de nuestros estudiantes? No tiene que ser necesariamente la Pisa, tal vez la prueba estandarizada más popular internacionalmente hablando, puede ser otra, pero que se mida de alguna manera el impacto que la educación venezolana está teniendo en los educandos. La verdad es que, si no fuera por instituciones como la UCAB, no tuviéramos ningún dato confiable de nada, hasta saber cuántos planteles hay resulta misión imposible.
El pasado 30 de noviembre, la UNESCO hizo público un informe sobre los avances fundamentales de la educación en América Latina y el Caribe, hay datos alarmantes. Les comparto algunos de ellos.
El estudio se llama ERCE 2019: Estudio Regional Comparativo y Explicativo. Son datos del 2019, antes de decretarse la pandemia y la subsiguiente suspensión de las clases presenciales.
En ese estudio, que no es el primero que hacen, participaron 16 países: Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Perú, Cuba, República Dominicana Costa Rica, Honduras, El salvador, Guatemala, Nicaragua, México, Panamá… Si, no ha sido un olvido, no participaron Haití, Venezuela ni las Guayanas… ¿Qué tal? Y así sucede con otros estudios comparativos que se publican: Venezuela ausente.
Pero vamos con algunos datos hechos públicos ese día, sobre cómo están las matemáticas y la lectura en esos 16 países, antes de la pandemia.
Más del 40% de los estudiantes de tercer grado y más del 60% de los que están en 6 grado, no alcanza el nivel mínimo de competencia fundamental para lengua y matemática. Muchos niños se están quedando atrás.
En lectura, concretamente, en tercer grado, el 44,3% se sitúa en el nivel más bajo de desempeño. En sexto grado, el nivel más bajo se ubica en el 23,3%. Un niño que en sexto grado no sepa leer bien, no podrá aprender en bachillerato.
En Matemáticas, en 3er grado, el 47,7% se sitúa en el nivel más bajo; en 6 grado, el 49,2%.
Es como pare preocuparse, ¿no creen?
El estudio se hizo en esos 16 países con evaluaciones a 160.000 niños y niñas, y además cuestionarios y entrevistas a maestros, directores y padres y madres. Incorporaron módulos sobre habilidades sociales.
Según el estudio, sólo se observaron avances sustantivos en Perú, Brasil y República Dominicana en comparación con el estudio que se hizo anteriormente por la UNESCO.
Venezuela, al no participar, no tiene manera de saber si vamos avanzando, si estamos estancados o estamos retrocediendo.
Hay que mencionar, que cuando en Miranda estaba de gobernador Capriles y Juan Maragall era su Director de Educación, se aplicaron pruebas Pisa, y se hicieron públicos los resultados. Fe y Alegría, hasta hace unos años, aplicaba pruebas a todos los países de la Federación Internacional en lengua, matemáticas, valores y relación con la comunidad. Le llamamos a eso Sistema de Mejoras, se aplicaban cada 3 años. ¡Ojalá podamos volver a hacerlo! Pero nosotros somos solo 177 colegios en el país. Se requieren pruebas para todos los estudiantes o al menos una muestra representativa.
El asunto es que Venezuela siempre por fuera. ¿Y qué tal en este tiempo de pandemia, con clases a distancia? ¿Cómo estarán los aprendizajes? Necesitamos mediciones.
Pero también como ciudadanos. Las elecciones del 21, con sus fallas, y con Barinas incluido, son útiles para saber cuánto es el nivel de participación, por municipios, por regiones… Sin ese evento no podríamos saber que el partido de gobierno, a pesar de haber ganado la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, ha ido bajando en el número de venezolanos que le siguen fieles. No sabríamos que la oposición, del color que sea, pasó de 27 alcaldías a 117… ¿Cuáles líderes calaron? ¿qué se hizo en cada alcaldía? Todos esos datos deberían servir para que los políticos reflexionaran y aprendieran. Sin datos, sin mediciones, todos son supuestos.
¿No creen que medirse ayuda y es necesario?
@luisaconpaz