José Pékerman está ante el que puede ser el desafío más difícil de su carrera. Una selección venezolana que, tras estar a las órdenes de Richard Páez, César Farías, Noel Sanvicente, Rafael Dudamel y José Peseiro, dejó de ser la ‘cenicienta’ de Sudamérica. Pero esa evolución no ha significado, de momento, la tan ansiada clasificación a un mundial de fútbol. Hay un techo que la selección debe romper, y la contratación del técnico argentino José Pékerman es un reconocimiento de que hay un paso hacia delante que debe ser dado.
Pékerman es un hombre con una visión. Siempre ha defendido el valor de poner el trabajo primero, bajo el convencimiento de que luego los resultados acompañarán. Entiende que el fútbol está gobernado por una dictadura de resultados, cuando esos resultados muchas veces deben ser matizados.
El fútbol es de los deportes más azarosos, y las evaluaciones a corto plazo sufren de mucha miopía. Pensar en el mediano y largo plazo siempre será mejor. Y, al ser un entrenador con una visión, no le tiembla la mano a la hora de exigir condiciones mínimas para llevar a cabo su idea. Como ejemplo está el hecho de que, pese al fútbol deslumbrante de su selección argentina en el mundial 2006, decidió abandonar ese cargo cuando vio que las garantías que él exigía no serían cumplidas.
Desafortunadamente, la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) no ha sido conocida por ser un ente que respalde los proyectos deportivos. La deriva provocada por el FIFA Gate que terminó con Rafael Esquivel en la cárcel, generó una enorme inestabilidad en la federación. Con este trasfondo, no debe extrañar que el proyecto de Noel “Chita” Sanvicente no terminó siendo todo lo exitoso que tuvo que haber sido. ¿Por qué el entrenador más exitoso del fútbol venezolano no pudo siquiera igualar lo logrado por Farías y Páez? La respuesta está en que a los entrenadores con visión se les debe apoyar con recursos para poder trabajar de acuerdo a esta visión. Y así, la junta directiva que recientemente tomó posesión del cargo de la FVF, deberá demostrar que trajo a José Pékerman por una razón y que se le dará acceso a los recursos necesarios para desarrollar su filosofía.
Esto ha quedado claramente demostrado con el requerimiento del entrenador argentino de controlar lo que suceda con las selecciones juveniles, y así poco a poco irlas integrando a la selección de mayores. Su equipo será el que gestione las juveniles, y así, hacer de todo este proceso algo más integral.
La selección venezolana tiene los jugadores como para poder ir a un mundial en lugar de otras selecciones de nuestro continente. Para lograrlo, se puso en su lugar a un entrenador con el prestigio suficiente para encarar el desafío con ilusión. Pero ello será posible si se aprende de los errores cometidos cuando se tuvo al “Chita” Sanvicente. Hay que apoyar al entrenador, y respetar la visión que trae. Cuando habla de visión no es meramente lo que se ve en el campo. Es el trabajo. Que al final, es lo que garantiza Pékerman.
En su presentación pidió paciencia, «ir ordenadamente y corregir lo que está mal». Si ese mensaje de estabilidad por parte de Pékerman es respondido con estabilidad institucional de la FVF, y apoyo a este nuevo proceso, las posibilidades de la ‘Vinotinto’ para conseguir el objetivo tienen que ser muy superiores a lo que se ha visto hasta el momento.
Periodista deportivo. Es editor del portal web Línea de Tres – @GusFrancoH