Rusia ha puesto sus cartas sobre la mesa.
Tras el inusual despliegue de tropas rusas en la frontera con Ucrania, que algunas agencias de inteligencia han visto como el anuncio de una potencial invasión y que ha generado preocupación en Occidente, el Kremlin publicó este viernes una lista de exigencias para rebajar la tensión con Europa y EE.UU.
En esencia, el gobierno de Vladimir Putin ha exigido límites estrictos a las actividades de la OTAN en sus países vecinos, que le dé un tácito rol de veto a Rusia sobre las decisiones de la organización y que la alianza atlántica descarte que Ucrania y Georgia se le unan como miembros.
La OTAN, que se creó originalmente para defender Europa contra posibles amenazas de la ex Unión Soviética, tiene fuerzas en las repúblicas bálticas y Polonia.
Putin pidió, además, que autoridades de su gobierno mantengan conversaciones con EE.UU.
La pasada semana, el mandatario ruso se reunió virtualmente con su par estadounidense, Joe Biden, para discutir la situación en Ucrania.
La Casa Blanca informó este viernes que había recibido la propuesta rusa, pero que Washington no planea sostener nuevas conversaciones con Moscú si no incluyen a otros países europeos.
“No habrá conversaciones sobre seguridad europea sin nuestros aliados y socios europeos”, dijo la portavoz de Biden, Jen Psaki.
“No vamos a comprometer los principios clave sobre los que se basa la seguridad europea, en particular que todos los países tienen derecho a decidir su futuro y su política exterior, y estén libres de interferencias externas”, agregó. La OTAN también informó que había recibido las propuestas rusas.
El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, dijo que no podía imaginar negociaciones sin la participación de Ucrania y señaló sus propias condiciones para posibles negociaciones con Rusia.”Cualquier diálogo con Rusia debe tener en cuenta las preocupaciones de la OTAN sobre las acciones de Rusia, se basará en principios y documentos clave sobre la seguridad europea y se llevará a cabo en consulta con los socios europeos de la OTAN, como Ucrania”.
En medio de la disputa, medios de EE.UU. informaron este viernes que el gobierno de Biden está considerando un plan para enviar helicópteros y otros equipos militares que alguna vez fueron asignados para el ahora desaparecido ejército afgano a Ucrania para ayudar a reforzar rápidamente sus defensas.
¿Qué pide Rusia?
El viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, dijo que su país le había entregado a Estados Unidos y la OTAN dos borradores de tratados.
No había otra opción, dijo, ya que “el estado de las relaciones entre Rusia y Occidente es de una falta total de confianza”.
En las propuestas, Rusia establece una serie de demandas calificadas de “radicales” por algunas fuentes, que requieren que los países que se unieron a la OTAN después de la caída de la Unión Soviética no desplieguen tropas o armas en zonas donde podrían verse como una amenaza para Moscú.
No se permitirían bombarderos pesados ni buques de guerra en áreas fuera del espacio aéreo nacional de esas naciones o en aguas desde las que pudieran lanzar un ataque.
Eso significaría que la OTAN no jugaría ningún papel en ninguna de las tres repúblicas bálticas o Polonia.
Y la OTAN tendría también que abandonar cualquier plan para que Ucrania y Georgia se unieran finalmente a la alianza occidental.
El Kremlin solicita a la OTAN, además, retirar la infraestructura militar instalada en los estados de Europa del Este después de 1997.
La publicación de la lista llega pocos días después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia indicara que estaba buscando un documento con “carácter legal y obligatorio” que prohibiera cualquier expansión adicional de la OTAN hacia el este en Europa.
“Los estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte aceptan la obligación de excluir una mayor expansión de la OTAN a Ucrania y otros estados”, sugiere el texto como una garantía aceptable para Rusia.
La demanda es contraria a la política de “puertas abiertas” de la organización.
Esta semana, el jefe de la alianza se reunió con el presidente de Ucrania y le reiteró el apoyo de la organización militar al país.
Sin embargo, la OTAN no prometió armamento y otro apoyo militar crítico que Ucrania había estado buscando para disuadir o contrarrestar una posible incursión rusa.
¿Qué está pasando?
Desde noviembre pasado, Rusia comenzó a mover un número considerable de tropas y equipamiento militar hacia la frontera con Ucrania, al punto que varios gobiernos, incluidos los de EE.UU. y la Unión Europea, alertaron sobre la posibilidad de un ataque este invierno.
Kiev y Moscú están técnicamente en guerra desde hace más de siete años (cuando Rusia invadió y se anexó Crimea) y los enfrentamientos fronterizos y los movimientos militares rusos son frecuentes en el área.
De hecho, en la pasada primavera, también sonaron las alarmas cuando tanques rusos desplegados en la frontera ucraniana.
El Ministerio de Defensa de Ucrania calcula que más de 100.000 soldados rusos han sido desplegados en el área fronteriza en el noreste, este y sur de Ucrania, incluidos personal de infantería y fuerzas aéreas y marítimas.
Hace unas semanas Washington aseguró contar con reportes de inteligencia que señalaban que el Kremlin se “preparaba para una invasión” y varios países de Europa han alertado a Rusia de consecuencias si agrede a Ucrania.
La guerra de 2014, que llevó a la anexión rusa de Crimea, ha dejado hasta la fecha más de 14.000 muertos, según cifras oficiales.
Los bandos firmaron un armisticio hace más de un año, lo que llevó a una desescalada notable del conflicto.
Sin embargo, en la primavera pasada, el Kremlin realizó ejercicios militares en Crimea y luego dispuso un amplio despliegue de equipo militar pesado cerca de la región del Dombás, el área fronteriza en el este de Ucrania donde se inició el conflicto.
Semanas más tarde retiraron las tropas, aunque ahora están de vuelta.
Las relaciones entre Moscú y la OTAN se han tensado en las últimas semanas, luego de que el Kremlin suspendiera su misión en la sede del organismo en Bruselas el 18 de octubre, después de que la alianza expulsara a ocho representantes rusos acusados de espionaje.
Una propuesta inalcanzable: Análisis de Steve Rosenberg, corresponsal de la BBC en Rusia
La diplomacia es el arte de lo posible. Bueno, lo fue… hasta ahora.
Es prácticamente imposible imaginar a Estados Unidos y la OTAN firmando, sin cambios considerables, los borradores de los documentos que han elaborado los diplomáticos rusos.
Rusia exige el veto sobre quién se une a la Alianza. Un no de principio: la OTAN ha dicho muchas veces antes que Moscú no puede opinar sobre quién será miembro.
Además, los rusos quieren retroceder el reloj hasta mayo de 1997.
Ningún país que se haya unido a la alianza de la OTAN después de esa fecha podrá contar con tropas o armamento de la OTAN. ¿Cómo se sentirían al respecto los estados bálticos, que ven a Rusia como una amenaza potencial?
Moscú sabe muy bien que exige cosas que Occidente no cumplirá, así que ¿por qué pedirlas?
Quizás se trate de una táctica de negociación. Pídelo todo para que te den algo.
Pero la estrategia también puede estar diseñada para el consumo interno: para convencer al público ruso de que la creciente tensión entre Rusia y Occidente no es culpa de Moscú.
BBC News Mundo