Pfizer, BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson prevén cerrar 2021 con 65.600 millones de euros facturados por sus inyecciones contra la covid-19, más del doble que todo el sector de las vacunas antes de la pandemia. Estas farmacéuticas han vendido al menos 5.850 millones de dosis en un año de oro, en el que han experimentado crecimientos de vértigo. La multinacional Pfizer ha facturado el doble que en 2020 mientras que su socia alemana, la startup BioNTech, ha multiplicado su caja casi por cien durante el último año. Ambas concentran el 71,2% de las ventas. En 2021 las inoculaciones contra el coronavirus han sido un bálsamo para la economía mundial, que en marzo cumplirá dos años asfixiada por la pandemia. La adaptación de los pinchazos contra la variante ómicron y las campañas de revacunación marcarán en 2022 un negocio que tiñe los mercados de esperanza.
Los fabricantes de vacunas culminarán el año 2021 superando con creces, solo con inyecciones para la covid-19, lo que factura su segmento de negocio en un año: 29.357 millones en 2019, en datos de la consultora Evaluate Pharma. “Suerte que existían estas compañías y, si el precio que hay que pagar es dinero, bienvenido sea. Si no, no hubiéramos sido capaces de hacer lo que hemos hecho”, reflexiona el director del Instituto for Healthcare Management de ESADE, Manel Peiró, “impresionado” por la capacidad de producción y logística que han demostrado las farmacéuticas. La Federación Europea de la Industria y Asociaciones Farmacéuticas (EPFIA, en sus siglas en inglés) pronostica, en declaraciones a este diario, que al acabar el año se habrán fabricado 12.000 millones de dosis.
Las acciones de Pfizer en la Bolsa de Nueva York crecieron un 23% hasta los 47,46 euros en noviembre, el mejor mes de la compañía en 30 años, según recoge Bloomberg, que menciona que el anterior crecimiento comparable fue en 1991, cuando la multinacional estaba trabajando en fármacos contra el VIH. Los valores de las farmacéuticas que desarrollan las vacunas vivieron una subida generalizada en las Bolsas a finales de noviembre, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostró su preocupación por la variante ómicron del virus. Las fabricantes también registraron un momento álgido a mediados de agosto, cuando ya estaban generalizadas las campañas de vacunación nacionales.
La farmacéutica norteamericana Pfizer acumula un retorno anual del 46,33% y la empresa de biotecnología alemana BioNTEch un 170,43% (Nasdaq). Pfizer, con una previsión de 32.000 millones facturados en 2021 por su vacuna Comirnaty (un 44,17% de sus números totales), es la compañía que más inyecciones habrá distribuido este año, 3.000 millones, junto a BioNTech, que prevé facturar entre 14.000 y 15.000 millones. La biotech Moderna, con un retorno del 75,40% en el Nasdaq, prevé ingresar entre 13.000 y 14.000 millones por su inyección, de la que ha distribuido 800 millones y ha multiplicado sus ingresos totales por 65 en comparación con 2020. Las dos vacunas diseñadas con ARN mensajero, que han mostrado mayor efectividad, concentran un 93,6% de la facturación mundial de las cinco compañías con autorización en Europa. AstraZeneca, que estuvo marcada por el temor a sus efectos secundarios y los incumplimientos de entrega a la Unión Europea, tiene previsto facturar 2.000 millones, similares a los 2.230 que, según Reuters, estima Janssen, la farmacéutica de Johnson&Johnson, para su producto. Las ganancias hasta septiembre publicadas por las compañías abarcan la totalidad de su negocio. Las más pequeñas obtienen un mayor porcentaje de beneficio neto sobre facturación total: Moderna (65,1%) y BioNTech (52,8%). Pfizer se lleva un 32%, Johnson&Johnson un 23,3% y AstraZeneca un 17,9%.
Pere Ibern, miembro del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES) de la Universidad Pompeu Fabra, destaca el éxito de BioNTech y Moderna por haber apostado desde hace años por el ARN mensajero, “algo que no habían trabajado tanto grandes farmacéuticas como Sanofi, Merck o GSK”, que “han quedado descarriladas y ahora esperan retomar el camino aprendiendo de los otros”. Ibern destaca la importancia de la investigación y desarrollo, a lo que las cinco compañías han dedicado en 2021 un total de 21.000 millones. El experto aprecia una tendencia al alza en las farmacéuticas: alianzas con pequeñas firmas biotech para promover el I+D. “Me gustaría pensar que no serán necesarios tantos miles de millones de vacunas cada año, pero es posible que vivamos en una revacunación permanente”, reflexiona Peiró sobre las dosis de refuerzo, que ya están en marcha. Sobre el volumen facturado, el profesor de ESADE augura que los precios de las inyecciones irán bajando en el futuro, como pasó con la penicilina, que “hoy es una commodity, el precio es sumamente asequible”.
El gran reto de las vacunas es continuar siendo efectivas ante las nuevas mutaciones del virus. El pasado lunes un estudio de la aseguradora Discovery Health Ltd., que da servicio a 3,7 millones de personas en Sudáfrica, apuntó que la pauta completa de la vacuna de Pfizer ofrece un 70% de protección ante la posibilidad de ser hospitalizado por covid. El vicepresidente de vacunas para los mercados de países desarrollados de Pfizer, Ralf Rene Reinert, aseguró en Bloomberg que en las próximas semanas la compañía dispondrá de datos para medir la efectividad y decidir si deben modificar la fórmula: “No vamos a empezar de cero. Sabemos qué tenemos que hacer”.
Los informes de resultados de las vacunas autorizadas en Europa apuntan a una previsión de repartir 5.850 millones de dosis antes de que acabe el año en todo el mundo, si bien los datos del proyecto Our World In Data (Universidad de Oxford) estiman en 8.590 millones las que ya se han suministrado a pacientes en todo el mundo incluyendo las inyecciones chinas —Sinopharm/Wuhan, Sinopharm/Beijing, Sinovac, ZF2001 y CanSino—; la rusa Sputnik V y las cubanas Abdala y Soberana 02.
Más flexibilidad en Europa
Preguntada por el rol de Europa en el negocio de las vacunas, la EPFIA lamenta que actualmente el 47% de los nuevos tratamientos nacen en Estados Unidos y solo un 25% en el viejo continente (2014-18). “Eso es absolutamente lo contrario de lo que pasaba hace 25 años”. El lobby de las farmacéuticas apunta que para revertir esta tendencia “cualquier marco de referencia de políticas tiene que ser igual, o más, competitivo que otras opciones que hay en el mundo”. Para 2022 la federación espera “continuar encontrando nuevas vacunas y tratamientos contra la covid” al tiempo que piden a la Comisión Europea “adaptar nuestra I+D, procedimientos regulatorios y de fabricación a las nuevas necesidades derivadas de las nuevas olas de la actual pandemia”.
España, aún fuera del negocio
Hace un año la farmacéutica española Reig & Jofre se disparó en Bolsa al anunciar que produciría la vacuna de Janssen. Aún no ha podido empezar. “Avanza el proceso de transferencia tecnológica”, anunció la compañía en las cuentas de resultados del tercer trimestre, que previsiblemente se integrará a la red de fabricantes en 2022. De momento, en un año la compañía ha visto bajar un 22,7% el valor de sus acciones en el IBEX. La otra esperanza de España para entrar en el negocio es Hipra. El laboratorio catalán prevé que la vacuna que está desarrollando (en fase de estudio con el reclutamiento de un millar de voluntarios) esté disponible en el segundo trimestre de 2022. En febrero la farmacéutica pactó la entrega de 50 millones de dosis a Vietnam.
El País